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15 horas con María Corina Machado: La ruta para ganar a Maduro

ABC acompaña a la candidata opositora a la presidencia de Venezuela, en una jornada de viaje por el interior del país. Multitudes de venezolanos se acercan a quien les ha devuelto la esperanza de poder revertir la crisis que sufren en casi cinco lustros de chavismo

La líder opositora, María Corina Machado, realiza varias paradas en la carretera, durante su trayecto a la localidad larense de Barquisimeto. Su propósito es sumar a los venezolanos a la Alianza Nacional L.V.

 

La propuesta es pasar una jornada completa siguiendo los pasos de María Corina Machado en uno de tantos días en que la flamante líder de la oposición venezolana se dedica, en las últimas semanas y a lo largo y ancho de todo el país, a conformar la Gran Alianza Nacional: el motor de su maquinaria electoral en busca y en defensa de votos de cara a las elecciones a la presidencia del próximo año. Un periplo de más de quince horas que, tal y como lo ha vivido ABC, resulta lo más parecido a viajar en un tren de alta velocidad del que esta caraqueña de 56 años y con un brillante curriculum profesional –es ingeniera Industrial por la Universidad Católica Andrés Bello e hizo el postgrado en la Universidad de Yale (EE.UU.)– no se permite el lujo de bajar. Mucho menos después del 22 de octubre, cuando legitimó su liderazgo en las primarias de la oposición.

María Corina Machado, líder del partido Vente Venezuela, se coronó con el 92% de los votos emitidos como la candidata presidencial unitaria frente al presidente Maduro para las elecciones de 2024. Para ella, es ahora o nunca.

De aquí a los próximos comicios median unos doce meses, según establece la Constitución de Venezuela. Pero podrían ser menos si Nicolás Maduro decide adelantarlos a su antojo y conveniencia, como ya ha anunciado varias veces. Por eso, María Corina no pierde el tiempo ni se duerme en los laureles. No se permite una sola pausa.

Madrugada en Caracas

Cita a ABC a las 5:30 de la mañana en la puerta de su residencia de Caracas. El vigilante de la misma no se sorprende ante la llegada de visitantes a tan temprana hora, pues «la señora –explica con respeto– siempre madruga para salir a trabajar». Su equipo y su gente más cercana la identifican como la ‘señora’, ‘Cori’ o, simplemente, María, y ella se ríe con los apodos que le ponen. Su personal ya está resignado al horario cuartelero que impone. Saben que, en política, no hay fines de semana ni festivos. A su lado, no hay descanso ni respiro posible.

María Corina Machado aparece puntual con su mochila gris al hombro, camisa blanca, pantalón vaquero y zapatillas de correr, lista para comenzar el viaje por carretera a bordo de dos camionetas y junto a un equipo de ocho personas. Los destinos son las localidades de Barquisimeto, en el estado Lara, y San Felipe, en Yaracuy, a unos 400 kilómetros al oeste de Caracas.

Cabe señalar que el régimen de Maduro le ha prohibido realizar viajes en avión, tanto nacionales como internacionales. Por ello, María Corina se conoce al dedillo todas las carreteras de Venezuela de tanto rodar por ellas; los baches, los peajes y hasta las barreras con las que tratan de inmovilizarla. Es diestra a la hora de salvar obstáculos, especialmente los que con frecuencia impone la Guardia Nacional Bolivariana. Machado no se achanta frente a ningún uniformado: «Si el coche no puede pasar, yo sí puedo ir a pie al poblado donde se me espera», explica desafiante.

 

Imagen principal - En los quioscos de carretera, la gente da a la líder opositora mensajes con peticiones. Ella promete: «Les responderé»
Imagen secundaria 1 - En los quioscos de carretera, la gente da a la líder opositora mensajes con peticiones. Ella promete: «Les responderé»
Imagen secundaria 2 - En los quioscos de carretera, la gente da a la líder opositora mensajes con peticiones. Ella promete: «Les responderé»
MENSAJES Y PROMESAS: En los quioscos de carretera, la gente da a la líder opositora mensajes con peticiones. Ella promete: «Les responderé» L.V.

 

Acompañar a la líder de la oposición venezolana por carretera también supone compartir riesgos, el acoso y persecución a los que el régimen la somete sin descanso. Lo último, la orden de detención, a través de la Fiscalía General, de tres destacados colaboradores suyos, entre otros quince opositores: Henry Alviares, Claudia Macero y Pedro Urruchurtu. Una orden para intentar descalabrarla.

La oficina rodante

Su agenda semanal de actividades, ruedas de prensa, entrevistas y reuniones se discute y planifica cada lunes en reuniones con el personal del equipo de campaña y coordinadores regionales que la acompañan. Durante el resto de la semana se ajustan e introducen cambios de última hora. Por la cantidad de compromisos que se suman a sus tareas, cada día resulta más complicado conseguir un huequito para hablar con ella. Pero, como buena ingeniera, tiene gran capacidad organizativa.

Machado también lleva el control de lo que publican las redes sociales y la prensa digital. Siempre consigue unos minutos para leer por el móvil las noticias más relevantes y lo que ocurre en el mundo. Está al día con la actualidad y prefiere conceder las entrevistas o hablar con su equipo mientras va en coche. Su automóvil es su oficina rodante. Y precisamente es en la carretera que lleva a Barquisimeto donde dialoga más tranquila con ABC.

Sobre Pedro Sánchez

La conversación, que transita de asunto en asunto, se abre sobre España y el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Asegura que tiene muchas expectativas cuando se le cuestiona sobre la recién estrenada legislatura: «En primer lugar, lo que uno se espera es que actúe en función del interés superior, como es asumir con responsabilidad lo que está ocurriendo en Venezuela, más allá de la afinidad ideológica o cercanía que pueda tener con el régimen chavista».

La líder opositora confía en que la población española sepa lo que ocurre en Venezuela, no solo por la presencia de venezolanos en España sino también por los españoles que viven en Venezuela: «Creo que a lo largo del espectro político español hay una conciencia que reclama una posición firme en defensa de los derechos humanos y a favor de una transición ordenada y estable; es lo que conviene a todos y a la gente cercana a Maduro».

Nicolás Maduro y su régimen están siendo acusados en tribunales internacionales por violación de los derechos humanos, corrupción y vinculación con el narcotráfico y el terrorismo internacional, incluyendo a Hamas e Irán. «Nadie puede esconder ahora los vínculos directos que tiene el régimen chavista con el régimen ruso y con Irán», acota la líder opositora. Para cualquier democracia occidental en el contexto de conflictos globales, lo de Venezuela tiene que ser «una alerta seria y grave, también para España; y Pedro Sánchez tiene gran responsabilidad en este contexto por estar (este semestre que ahora acaba) en la presidencia de la Unión Europea».

Su preocupación y temor es que Maduro «pretenda ‘desconocer’ la ruta electoral, amparándose detrás de un conflicto territorial con Guyana por la disputa del Esequibo. Hemos advertido que trata de escalar la controversia territorial para desviar la atención de las elecciones del 2024».

El referéndum del 3 de diciembre sobre el Esequibo le parece una locura delirante de Maduro. «En su desesperación, porque se sienten perdidos, hemos visto al régimen cometer grandes errores en el pasado. Esto es sumamente peligroso, porque han perdido la base social».

 

 

María Corina Machado besa a un niño durante uno de sus mítines de su camapaña electoral por los pueblos y ciudades de Venezuela L.V. 

La líder opositora causa furor allí por donde pasa. En la carretera hacia Barquisimeto si ve un grupito de personas, se detiene para saludarles, escuchar sus confidencias o simplemente repartir empanadas que le obsequiaron sus simpatizantes. Recoge papelitos con mensajes de enfermos y necesitados, y a todos les promete: «Miren que los voy a leer y responder». Machado no hace diferencias de color de piel o clase social a la hora de abrazar a la gente que se le acerca. A todos los invita a sumarse a la Gran Alianza Nacional. En sus discursos se dirige a los gremios profesionales, a las amas de casa, a los estudiantes, a los productores agrícolas: «Los necesitamos a todos, vengan conmigo a trabajar», insta. Y especialmente se dirige a los chavistas descontentos. En su organización excluye a los corruptos, delincuentes y mafiosos. «A esos no los queremos», dice tajante.

Esperando un milagrito

Todos la quieren tocar y tomarse una foto con ella, esperando tal vez que se produzca un milagrito con su presencia. En su pasada gira por Mérida su equipo de prensa cuenta que una anciana se acercó caminando con un bastón, aquejada por la artritis. Al verla entre la multitud, María Corina la abrazó y la tocó la cara. La anciana lloró de la alegría y exclamó a viva voz que «¡estoy curada, ya no me duelen las piernas!».

Y tal es la expectación que levanta en cada parada del camino, que la gente se aproxima para comprobar si de verdad ‘la señora’ es de carne y hueso, simplemente porque no recuerdan a ningún político que se les haya acercado en los últimos 24 años de chavismo. La candidata irradia magnetismo y carisma, energía, valentía y dinamismo, que contagia como pocos políticos venezolanos lo han hecho previamente. Solo es comparable con Carlos Andrés Pérez, recordado como el hombre que caminaba «con energía».

 

GOBIERNO DE ESPAÑA

«Espero que Sánchez actúe en función del interés superior y asuma lo que ocurre en Venezuela, más allá de la cercanía que pueda tener con el régimen chavista»

 

Esta vez es una mujer, que podría ser la primera presidenta de Venezuela, la que ha roto los moldes de la política nacional. Sus compañeros de la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) todavía la miran con cierto recelo y desconfianza porque no es sumisa ni simpática con ellos. Y no terminan de digerir que les haya ganado con semejante rotundidad en las primarias.

La líder liberal se ha destacado por su firmeza, coherencia y claridad de pensamiento. El tiempo le ha dado la razón, a pesar de lo que digan sus colegas. En Barquisimeto, capital del estado Lara, tuvo lugar el encuentro con los larenses que van a trabajar en la Gran Alianza Nacional. «Vamos a celebrar esta Navidad con esperanza de ver pronto a nuestros hijos que se han ido al exterior buscando mejor vida. Es el compromiso, todos somos necesarios y vamos a llegar al último hogar, vamos a traer a nuestros hijos de vuelta«. Casi ocho millones de venezolanos han salido del país durante el chavismo.

Un halo de misticismo la rodea cuando habla de la cruzada que conduce –«esto es histórico y épico. Dios está con nosotros», proclama–, al pedir la bendición a la Virgen de la Divina Pastora. Promete regresar a Barquisimeto el 14 de enero, a la más grande procesión religiosa de la región de Lara. Ella es devota de esta Virgen, que congrega a más de un millón de personas.

 

      María Corina Machado habla a la gente durante su campaña electoral por los pueblos de Venezuela L.V.

El hombre de su vida

María Corina Machado nació en el seno de una familia adinerada y de abolengo por sus apellidos. Es la mayor de tres hermanas. Casada durante una década con Ricardo Sosa Branger con quien tuvo tres hijos –Ana, de 32 años; Ricardo, de 30 y Quique, de 28–, su padre, Henrique Machado Zuloaga, un empresario de la acería, metalurgia y electricidad, ha sido el gran amor de su vida. «Murió agarrando mis manos. He hablado con él todos los días de mi vida hasta que falleció, el 22 de enero de 2023», confiesa a ABC, a punto de romper en llanto por el afecto que le tenía.

Después de divorciarse, Machado no ha vuelto a contraer matrimonio, pero vive con Gerardo Fernández, su pareja sentimental desde hace diez años, con quien se considera casada. No tienen hijos en común, pero suman los tres vástagos de él y los tres de ella para criar una familia numerosa de seis jóvenes que se reúnen cuando la ocasión se los permite.

Rábanos en el jardín

Su pasión por la política le absorbe todo su tiempo, lo que le impide dedicarse a sus aficiones, como tocar piano y cultivar rábanos en su casa caraqueña. Durante la pandemia se especializó en sembrar toda clase de raíces, hasta cerrar el ciclo de la agricultura casera con el final del Covid. «La política no me deja tiempo, sino para hacer política», dice al revelar que los fines de semana se reserva media hora de su tiempo para hacer gimnasia.

Sus escritores favoritos y de cabecera son el premio Nobel Mario Vargas Llosa, la filóloga española Irene Vallejo, el venezolano Germán Carrera Damas y el austriaco Stefan Zweig. También se considera una admiradora de Margaret Thatcher. Y profesa la corriente del liberalismo.

Regresamos a Caracas. El reloj marca las 20.45 de la noche. Rodar por las arruinadas carreteras de Venezuela, llenas de socavones, supone llevar tres bidones de gasolina de reserva en cada vehículo para no esperar dos días para repostar en las gasolineras. Las colas kilométricas de vehículos en las estaciones de servicio dan vergüenza en el país con las mayores reservas petrolíferas del mundo.

Una cena ligera

Su pareja la espera con un plato de ensalada César para cenar ligero después de la agotadora jornada de recorrer más de 600 kilómetros por las ciudades de Barquisimeto y San Felipe. Las ensaladas verdes con rábanos y pechuga de pollo son las preferidas para guardar la línea, pero a veces la candidata rompe la dieta para comer chicharrones y emparedados de pernil de cerdo, que encuentra en los quioscos de la carretera. También le encantan los quesos blancos frescos venezolanos, como el guayanés, el guayamano y el telita.

Nunca se acuesta antes de la medianoche, después de hablar con su madre e hijos. Seis horas o menos son suficientes para descansar. Tampoco pierde el sueño por la inhabilitación que le impuso el régimen chavista ni piensa arrodillarse para que la habiliten en su carrera hacia la Presidencia de la República.

Lo que sí tiene muy claro es que llegará «hasta el final», como reza su eslogan publicitario, para derrotar a Nicolás Maduro y el socialismo. El 2024 es el año, nos dice blandiendo el puño, al despedirse de ABC.

 

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