20 lecciones del autoritarismo del siglo XX para combatirlo en el XXI
Timothy Snyder es Housum Professor of History en la Universidad de Yale y autor de Tierra Negra: El Holocausto como historia y advertencia (2015). Luego de que Donald Trump ganara la presidencia de los Estados Unidos, Snyder publicó en su cuenta de Facebook esta guía de veinte puntos. El texto fue publicado por varios medios estadounidenses. Aquí en Prodavinci presentamos una traducción realizada por Mario Trivella Galindo.
Los estadounidenses no son más sabios que los europeos que vieron cómo la democracia cedió ante el fascismo, el nazismo o el comunismo. Nuestra única ventaja es que podemos aprender de la experiencia de ellos. Y éste es un buen momento para hacerlo. Aquí hay veinte lecciones del siglo veinte, adaptadas a las circunstancias de hoy en día.
1. No obedecer con antelación. Mucho del poder que tiene el autoritarismo le es dado de manera gratuita. En tiempos como estos, los individuos piensan con anticipación sobre lo que querría un gobierno más represivo y empiezan a hacerlo sin que nadie se los haya pedido. ¿Ya has hecho esto, no? Detente. La obediencia anticipada le deja ver a las autoridades lo que es posible y acelera la pérdida de libertad.
2. Defender una institución. Defiende una institución. Vigila el sistema judicial o a los medios de comunicación, a un tribunal o a un periódico. No hables de “nuestras instituciones” si no las estás haciendo tuyas al actuar en su nombre. Las instituciones no se protegen solas. Caen como fichas de dominó cuando no se les defiende desde el comienzo.
3. Recordar la ética profesional. Cuando los líderes de Estado dan un ejemplo negativo, comprometerse con un ejercicio profesional justo se vuelve mucho más importante. Es difícil fracturar el estado de derecho sin abogados y es difícil llevar a cabo simulacros de juicios sin jueces.
4. Distinguir ciertas palabras al escuchar a políticos. Mantente alerta al uso expansivo de palabras como “terrorismo” o “extremismo”. Está atento a las nociones fatales de “excepción” y “emergencia”. Indígnate con el uso traicionero del vocabulario patriótico.
5. Mantener la calma cuando llegue lo impensable. Cuando llegue el ataque terrorista, recuerda que todos los gobernantes autoritarios constantemente esperan o planean dichos eventos para consolidarse en el poder. Piensa en el incendio del Reichstag. El repentino desastre que se requiere para acabar con el balance del poder, con los partidos de oposición, y así sucesivamente, es el truco más viejo del libro hitleriano. No caigas en su trampa.
6. Ser amable con nuestro lenguaje. Evita pronunciar esas frases que todo el mundo usa. Piensa en tu propia manera de hablar, incluso cuando intentes expresar eso mismo que te parece que todos los demás dicen. No revises Internet antes de irte a la cama. Deja cargando tus dispositivos fuera de tu cuarto y lee. ¿Qué leer? Quizás El poder de los sin poder, de Václav Havel; 1984, de George Orwell; La mente cautiva, de Czesław Miłosz; El hombre rebelde, de Albert Camus; Los orígenes del totalitarismo, de Hannah Arendt; o Nada es verdad y todo es posible, de Peter Pomerantsev.
7. Destacarse. Alguien tiene que hacerlo. En palabras y actos, es muy fácil seguir la corriente. Hacer o decir algo diferente puede sentirse extraño. Pero sin esa inquietud no hay libertad. Y en el momento en que tú pongas el ejemplo, se romperá el embrujo del statu quo y otros te seguirán.
8. Creer en la verdad. Abandonar los hechos es abandonar la libertad. Si nada es verdad, entonces nadie puede criticar al poder, pues no habría ninguna base a partir de la cual hacerlo. Si nada es verdad, entonces todo es un espectáculo. La billetera más grande paga por las luces más enceguecedoras.
9. Investigar. Descifra las cosas por ti mismo. Pasa más tiempo leyendo artículos largos. Colabora con el patrocinio del periodismo de investigación al suscribirte a los medios impresos. Date cuenta de que una buena parte de lo que está en las pantallas está ahí para hacerte daño. Aprende sobre sitios web que investiguen manipulaciones propagandísticas promovidas desde el extranjero.
10. Practicar política corporal. El poder quiere que tu cuerpo se ablande en tu silla y que tus emociones se disipen en la pantalla. Sal. Pon tu cuerpo en lugares desconocidos con gente desconocida. Haz nuevos amigos y marcha con ellos.
11. Hacer contacto visual y conversar de manera trivial. Esto no sólo es cortés. También es una manera de mantenerte en contacto con tu entorno, sobreponerte a las barreras sociales y entender en quiénes debes confiar y en quiénes no. Si entramos en una cultura de denuncia, querrás conocer el paisaje psicológico de tu vida cotidiana.
12. Asumir responsabilidad por la imagen del mundo. Date cuenta de las esvásticas y otros signos de odio. No mires hacia otro lado y no te acostumbres a ellos. Remuévelos tú mismo y sirve de ejemplo para que otros hagan lo mismo.
13. Obstaculizar el estado unipartidista. Los partidos que dominaban los Estados solían ser otra cosa. Se aprovecharon de un momento histórico para hacerle la vida política imposible a sus rivales. Vota en las elecciones locales y regionales mientras puedas.
14. Si puedes, contribuye regularmente con buenas causas. Escoge una organización caritativa y contribuye con pagos automatizados. Entonces sabrás que has tomado una decisión libre que está ayudando a la sociedad civil a hacer algo bueno.
15. Establecer una vida privada. Los gobernantes más despiadados usarán lo que saben sobre ti para manipularte. Purga a tu computadora de malware. Recuerda que el correo electrónico es tan público como la publicidad. Considera usar formas alternativas del Internet o simplemente usarlo menos. Reúnete en persona. Por la misma razón, resuelve cualquier problema legal. El autoritarismo funciona como un estado de chantaje y busca los anzuelos con los cuales atraparte. Intenta no darles muchos anzuelos.
16. Aprender de otros en otros países. Manténte en contacto con tus amistades en el extranjero o haz nuevos amigos en otros países. Las dificultades presentes hoy en nuestro país son un elemento de una tendencia global. Y ningún país va a encontrar una solución por su cuenta. Asegúrate de que tú y tu familia tengan pasaportes.
17. Mantenerse alerta por los paramilitares. Cuando esas personas armadas que siempre te han dicho estar en contra del sistema empiecen a usar uniformes, y a marchar con antorchas e imágenes de un líder, se acerca el final. Cuando los paramilitares pro-líder y la policía oficial y el ejército se entrelazan, se acabó el juego.
18. Ser consciente en caso de que debas estar armado. Si portas un arma de reglamento, que Dios te bendiga y te proteja. Debes saber qué males del pasado han involucrado a policías y soldados que se encuentran a sí mismos, un día, haciendo cosas irregulares. Debes estar preparado para decir “No”. (Si no sabes lo que esto significa, contacta al Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto y consulta sobre entrenamiento en ética profesional.)
19. Ser tan valiente como sea posible. Si ninguno de nosotros está preparado para morir por la libertad, todos moriremos sin ella.
20. Ser un patriota. El presidente entrante no lo es. Deja un buen ejemplo de eso que Estados Unidos significa para las próximas generaciones. Lo necesitarán.