20-N: Sánchez, la fábrica de franquistas
El Gobierno aún no ha logrado exhumar a Franco del Valle de los Caídos, pero sí hacerle una gran campaña de márketing: desde que comenzó el proceso la Fundación Francisco Franco ha crecido un 25%.
Si a Mariano Rajoy la oposición le llamaba fábrica de independentistas, sin duda Sánchez lo es de los adeptos a Franco. Después de medio año de Gobierno anunciando que exhumará al ex Jefe el Estado, aún está por ver que el presidente, Pedro Sánchez, consiga finalmente su propósito, pero lo que es indudable es la campaña de marketing que le está haciendo el Ejecutivo al ex militar y que la fundación Francisco Franco está empezando a notar.
Porque si la razón principal que ha esgrimido Sánchez durante todo este tiempo para explicar su iniciativa es que retirando los restos del Valle de los Caídos se contribuirá a cerrar heridas y a favorecer la reconciliación social entre aquellas «dos Españas», lo cierto es que los datos que arroja la fundación son bastante significativos: si hasta que llegó el presidente a la Moncloa contaba con 800 afiliados, aseguran que a día de hoy superan los 1.000. «Y cada día nos llaman más», asegura Juan Chicharro, presidente de la fundación, licenciado como teniente de Infantería de Marina en 1974 y ex ayudante de campo del Rey Don Juan Carlos –precisamente, la familia le nombró a él tras fallecer Carmen Franco, con el fin de que hubiera alguien independiente a la familia que gestionara la fundación–. Lo que significa que en menos de medio año han crecido un 25%. Chicharro afirma, además, que de este porcentaje casi un 80% es gente joven. Hasta la fecha, el número de afiliados se iba reduciendo: al ser principalmente gente mayor, al morir la fundación iba perdiendo afiliados.
Pero la polémica generada en torno a la exhumación ha hecho que nazca entre la gente joven un interés por el ex Jefe del Estado que hasta el momento no existía ni tenía visos de hacerlo. Y lo mismo ha sucedido a nivel internacional: el presidente de la fundación asegura que medios desde Sudamérica y Estados Unidos se han puesto en contacto con ellos, como el Washington Post, Los Angeles Times, The Atlantic, The New Yorker o incluso de la cadena HBO. Y también desde Europa. A estos datos se le suma que la fundación tiene intención de abrir una delegación en Barcelona y nombrar delegados en Gerona, Tarragona y Lérida. Al igual que en el resto de comunidades del mapa. En resumidas cuentas, expandir la transmisión de la historia de Franco.
Así, Sánchez no sólo exhumará a Franco, sino también su memoria. Porque pese a que el Ejecutivo considere de urgencia sacar sus restos de la basílica de El Escorial, lo cierto es que el CIS no pregunta a los españoles por nada relacionado con él desde hace dos lustros. Este periódico, a través de NC Report, hizo un sondeo el pasado mes de julio según el cual el 65,8% de los encuestados no veían urgente la iniciativa política. Y recientemente, a principios de este mes, un 67,5% manifestaba su descontento con la gestión del Ejecutivo, pese a lo que un 50,7% consideraba que Sánchez finalmente conseguiría su objetivo de exhumar el cuerpo del dictador.
Cuándo se producirá es una incógnita, ya que el Ejecutivo todavía no ha explicado cuáles serán las dos enmiendas a la ley de Memoria Histórica para evitar, como quiere la familia, que el cadáver se traslade a la cripta de la Almudena. Un problema considerable que el Gobierno no estimó y que se le viene ahora encima, por el que no se atreve a mover ficha hasta que no se resuelva. Este periódico ya publicó en exclusiva que los nietos se mantienen a la espera de las enmiendas que presente el Gobierno para tratar de impedir que el cuerpo del militar descanse en la cripta propiedad de la familia, pero que no cejarán en su decisión.
Están dispuestos a acudir al TS y, si es necesario, a Estrasburgo. Luis Felipe Utrera-Molina, abogado y albacea universal de la familia, informa en conversación con este periódico que el Gobierno sigue sin ponerse en contacto con ellos. «No han actuado con criterio», afirma. «Si hubieran hecho las cosas con tacto, como por ejemplo ofrecernos llevar a Franco a un lugar más discreto dentro del Valle, habríamos podido sentarnos a buscar una solución conjunta. Pero no así». Asegura que la Iglesia mantiene su posición de ponerse de perfil en este asunto, y que incluso después de que el Gobierno explique las enmiendas no hará ningún movimiento para impedir que el cuerpo de Franco descanse en el enterramiento de la familia. Fuentes próximas a los nietos cuentan que la familia está ya «un poco cansada» de este asunto.
«Si lo que pretendía Sánchez es que Franco no tuviese reconocimiento externo lo está consiguiendo», afirma irónicamente el sociólogo Amando de Miguel. «Se está creando un mito cuando ni siquiera existía». De Miguel considera que el presidente del Gobierno padece el síndrome de Eróstrato con su necesidad de «figurar». «Y al final pasó a la historia por quemar el templo de Diana».