Biden dinamita el consenso para poder aprobar su agenda
El presidente de EE.UU. dice ahora que una mayoría simple debería bastarle en el Senado
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha apoyado públicamente un cambio en las reglas del Senado, que permitirían a los demócratas aprobar en solitario dos leyes para asegurarse de que las minorías raciales votan sin impedimentos. Tras las falsas acusaciones de fraude de Donald Trump por las elecciones presidenciales de 2020, los republicanos en estados clave como Arizona o Georgia se han apresurado a modificar las leyes electorales para restringir el voto.
«¡Estoy harto de estar callado! No voy a ceder en esto», dijo Biden, instando a su partido a que haga los cambios necesarios para aprobar las leyes que él defiende. Depende del propio Senado cambiar esas leyes, y los demócratas están divididos sobre dar ese paso.
El presidente ha hecho el anuncio en un esperado discurso en Georgia, donde ha acudido para reunirse con representantes de las minorías raciales que denuncian que los republicanos les están dificultando el derecho a votar.
«Ya no se trata de quién puede votar. Se trata de hacer más difícil votar. Se trata de quién puede contar el voto y si tu voto cuenta en absoluto», dijo Biden, enardecido, sobre las nuevas y restrictivas leyes en los estados gobernados por el Partido Republicano. «Creo que la amenaza a nuestra democracia es tan grave que debemos hallar la forma de aprobar nuevas leyes que garanticen el derecho al voto», añadió. Y a los republicanos, les dijo: «Dejen que prevalezca la mayoría… No tenemos otra opción que cambiar las reglas del Senado, incluida la eliminación del filibusterismo».
En el argot político de EE.UU. el filibusterismo es la táctica empleada para impedir que se aprueben las leyes. En el caso del Senado, no se puede someter a votación una norma si no hay un acuerdo para ello de 60 votos. La otra cámara del Capitolio, la de Representantes, no está sujeta a esas restricciones y opera con mayorías simples.
Biden fue senador durante 36 años y siempre se había opuesto a cambiar las normas del Senado. Estas contemplan que para aprobar una ley se necesitan, por lo general, 60 votos de 100. Es decir, normalmente deben negociar republicanos y demócratas, algo que facilita el consenso y el bipartidismo. En contadas ocasiones, sobre todo en asuntos presupuestarios, puede aprobarse una ley en el Senado con mayoría simple de 51 votos.
En la misma votación que perdió Trump en 2020, el Senado quedó con dos escaños en el aire, los dos de Georgia, que fueron a una segunda vuelta. Esta se produjo en enero, y los demócratas ganaron por la mínima. Cada partido quedó así con 50 escaños y quien tiene el voto de desempate es la presidenta del Senado, cargo que recae sobre la vicepresidenta, Kamala Harris. Los demócratas, por lo tanto, no pueden permitirse ninguna baja.
Biden expresó este martes su frustración por tener «51 presidentes», es decir, depender de todos y cada uno de los votos de su partido para poder aprobar leyes.
Varios son los proyectos de Biden que han encallado en el Senado ante la resistencia republicana. Dos de ellos son sobre acceso al voto: la llamada Ley de Avance de los Derechos Electorales John Lewis, que le daría al gobierno federal la autoridad para intervenir en ciertas leyes estatales de votación para prevenir la discriminación, y la Ley de Libertad para Votar, un proyecto legislativo más amplio que establecería reglas nacionales para votar por correo y por adelantado. Además está bloqueado el gran proyecto de la presidencia Biden, un colosal paquete de gasto, que en principio era de más de tres billones de dólares y después bajó a dos, y contiene ambiciosas reformas en materia social y medioambiental.
El problema de Biden, sin embargo, no son sólo los republicanos. Hay dos senadores demócratas centristas —Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Kristen Sinema, de Arizona— se oponen a esos cambios en el Senado y se han resistido a aprobar el paquete de gasto de la Casa Blanca. Ambos, sin embargo, apoyan las leyes para facilitar que los grupos minoritarios puedan votar sin impedimentos.