Las misteriosas gestiones de Zapatero en Venezuela
Muy poco transciende de las gestiones que José Luis Rodríguez Zapatero realiza desde hace meses en Venezuela. Se sabe el objetivo declarado – mediar entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición-, pero no cuáles son los pasos que el ex presidente del Gobierno está dando para lograrlo.
Al menos no son conocidos para el gran público, aunque parece que el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, sí está al tanto de lo que hace, informado por el propio Rodríguez Zapatero. De hecho, a finales de la pasada semana, el Gobierno de Mariano Rajoy le agradeció, a través de un comunicado, las gestiones realizadas para lograr la liberación de Gabriel San Miguel, un joven opositor, con doble nacionalidad española y venezolana, que estaba detenido desde el mes de junio.
Ahora, parece que Zapatero trata de que esa liberación llegue también a otros opositores encarcelados por las terminales del régimen bolivariano, bajo peregrinas acusaciones.
Sin embargo, a tenor de lo poco que se dice en el entorno de Zapatero, los contactos no están limitados a la cuestión de los presos, y se extienden también a los sectores de la oposición.
Es posible que la naturaleza de la negociación requiera de ese misterio. En realidad, siempre que se quiere conseguir algo, resulta más eficaz hacerlo discretamente que ante las cámaras y los focos, pero no estaría de más que se dijera, al menos, con qué formaciones de la oposición se está reuniendo Zapatero, de la misma forma que el régimen bolivariano se encarga de publicitar que Maduro le ha recibido.
Tal vez los contactos se estén desarrollando a unos niveles menos altos de lo que cabría esperar al ver esa foto con Maduro. Quizás ningún líder de la oposición quiera aparecer en una foto con el que fuera jefe del Ejecutivo español, si no es cuando se puedan ofrecer resultados, porque hoy por hoy, la imagen que Zapatero se ha labrado, al menos en algunos de los ambientes opositores, es la de alguien que está siendo utilizado por Maduro.
Sería muy triste que esa imagen se correspondiera con la realidad, porque lo que esperan muchos venezolanos es que se les ayude a conseguir el gran objetivo de la celebración del revocatorio con tiempo suficiente para lograr la salida de un presidente que ha llevado al país al desastre y, después, la convocatoria de nuevas elecciones. Y Maduro ya ha dicho que él no negocia nada de eso.
Conseguir la liberación de opositores encarcelados es algo digno de elogio y a así lo ha reconocido una parte de la oposición venezolana, pero Rodríguez Zapatero no debe conformarse con una actividad que recuerda a lo que sucedió con Cuba cuando aún él estaba al frente del Gobierno. Un régimen que encarcela arbitrariamente siempre tendrá presos que ‘regalar’ cuando quiera quedar bien ante alguien. Lo que Zapatero debe tratar de lograr es que nadie en Venezuela sea encarcelado por motivos políticos. Eso, y que Maduro respete a una Asamblea Nacional elegida por los venezolanos.