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José Dávila: Análisis Electoral Actualizado de Nicaragua

 

5201504w-640x640x80A un escaso mes de las elecciones del 6 de noviembre de 2016, prácticamente Daniel Ortega ya se ha salido con la suya al organizar un proceso electoral a su exacta medida en que va a alcanzar con la mayoría absoluta su tercera re-elección, haciéndose acompañar por 5 partidos dizque de oposición, pero que son partidos colaboracionistas que hacen comparsa al partido hegemónico para seguir consolidando el sistema político impuesto.

Con estas elecciones se está dando un paso importante en la transición de una dictadura unipersonal a una dictadura dinástica (familiar), que amenaza con someter a Nicaragua a un largo período oscuro sin libertades públicas ni buena imagen del país en la comunidad internacional.

Ortega cerró absolutamente la posibilidad de que le hicieran competencia en estas elecciones con una serie de decisiones entre los meses de junio a septiembre del presente año, comenzando con la eliminación de la fuerza política opositora que pudo haberle dado batalla electoral. Eliminando también la supervisión internacional del proceso.

Ortega no quiso dejar un solo resquicio por el cual pudiera expresarse la inconformidad de los nicaragüenses con su régimen, remachó herméticamente el ataúd de las elecciones libres, y no quiso correr el mínimo riesgo de que aquí se diera una competencia electoral; fue una respuesta rotunda a los análisis internacionales de que el régimen Ortega podría seguir en la serie de derrotas electorales que había sufrido en meses anteriores el populismo latinoamericano; fue implacable en cerrar ventanas y portillos para que no quedara una sola señal de que el régimen pondría en cuestión su poder en estas elecciones.

Con el apoyo de Rusia, China, aliados ideológicos y en parte con la visión no protagónica de no cuestionar con más determinación estas elecciones por parte del empresariado dominante de Nicaragua, Ortega hizo sus elecciones a la carta, sin contar con la simpatía de numerosas instancias internacionales y partidarias democráticas, que criticaron este proceso electoral y pusieron en duda sus características democráticas.

Quedó a la oposición impedida de participar, a sectores populares en el interior del país, a la sociedad civil organizada, a los movimientos sociales, la opción de declarar estas elecciones una Farsa Electoral e invitar a la abstención o al voto nulo, mensaje que ha penetrado considerablemente en la opinión de los ciudadanos, pero que no afectará los resultados electorales porcentuales arrasadores previstos a favor de Ortega.

El régimen no sólo nunca escuchó los reclamos nacionales ni las críticas internacionales para que tomase medidas a favor de que las elecciones fueran libres y democráticas, sino que sus reacciones a planes con la ley «Nica Act» de USA, que suspendería de ser aprobada, préstamos internacionales a Nicaragua por parte de los organismos multilaterales, fueron arrogantes.

Ante la posibilidad de ser aprobada dicha ley, el gobierno mandó a aprobar de urgencia nacional una ley de Asociación Público-Privada en que el estado y los empresarios reglamentan bilateralmente los negocios, contratos y licitaciones, dejando sin posibilidad ni siquiera a sus propios diputados en la Asamblea Nacional hacer un cambio o debatir dicha ley, que lógicamente fue aprobada sin votos en contra. Fue una especie de regalo a los empresarios por temor a la Nica Act, que tenían dos años de venirla solicitando.

Dos escenarios

Pero ya con una farsa electoral prácticamente consumada, la pregunta central que viene, es: ¿Cuál será la actitud del gobierno después del 6 de noviembre de este año o en enero-febrero de 2017, sabiendo que su credibilidad y legitimidad saldrán afectadas con este tipo de elecciones?

Se perfilan dos escenarios básicos:

a). -Que el gobierno haga cierta apertura política tomando algunas medidas sustanciales (cambio de magistrados, restitución de personerías jurídicas, invitación futura a observación electoral internacional) que vengan a aliviar el ambiente electoral para las elecciones municipales de noviembre de 2017, medidas que podrían darse dentro de un Diálogo Nacional o una Concertación como ha propuesto Humberto Ortega.

b). -Que el régimen decida no pagar el costo de la crítica masiva recibida por el tipo de elecciones que organizó, se sienta triunfalista, y siga adelante en sus planes de consolidar una dictadura dinástica, re-escalando las relaciones con China y Rusia, profundizando con más pactos con los grandes empresarios el componente corporativista del régimen, y dejar que los partidos políticos sigan en el marco legal actual y así participen en las elecciones municipales de 2017.

¿Cuál de estas dos opciones tomará Ortega? ¿O habrá una híbrida entre ambos rangos?

No olvidemos que hay algunos elementos “flotantes” que podrían incidir o no en las opciones que podría tomar el régimen:

-Si se aprueba o no la Nica Act de USA, esta iniciativa parece haber perdido ritmo y no hay que descartar que no se apruebe este año, y habría que re-comenzarla el próximo año.

-El nivel de legitimidad y credibilidad con el que termine el régimen este tipo de elecciones, y la manipulación que haga para “asignar” cuotas parlamentarias que reflejen un maquillaje de “democracia” y “pluralismo” ante los ojos del mundo.

-El estado o la recomposición que haga la oposición después de las elecciones en que ha denunciado y luchado contra la farsa electoral, que ha sido el elemento unificador en la práctica de todos los grupos de oposición verdadera. Después del 6 de noviembre vendrán los reacomodamientos de las distintas fuerzas.

Si se pudiera pronosticar la preferencia del régimen por alguna de las dos opciones mencionadas y observando su comportamiento de cara a estas elecciones, es más probable que adopten la opción b, segundo escenario, quizás con algunas mínimas medidas políticas para aliviar el ambiente electoral para las elecciones municipales de 2017. No debemos olvidar que toda dictadura permite elecciones o promueve diálogos o aperturas, sólo que no para perder el poder, sino por el contrario, buscando consolidarlo.

13 de octubre de 2016.

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