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Nueva antología del fidelismo

retratos-evidencian-transformacion-psicologica-personaje_cymima20161212_0007_13La primera impresión que se tiene del libro Un objetivo, un pensamiento es que a lo largo de sus tres tomos el lector podrá apreciar la evolución política de Fidel Castro, autor de las citas que contiene el volumen. Esta apreciación inicial se debe a que en la portada de cada tomo aparecen retratos que evidencian la transformación física y psicológica del personaje.

En la primera cubierta se muestra al líder con barba negra, boina verde olivo y mirada desafiante. Es la imagen del guerrillero en el poder entre las décadas de los 60 y 70. En el segundo, se le ve con su uniforme de gala de comandante en jefe, notablemente encanecido y con el aspecto de quien tiene respuesta para todo, tal y como se presentaba en los años 80 y 90.

La imagen de la tercera portada refleja un momento de la vida de Castro ubicado en este milenio. El expresidente está al borde de la ancianidad, con cierto halo de sabia experiencia, pero manteniendo su voluntariosa autoridad. Se trata de una instantánea previa al 31 de julio de 2006, cuando se anunció su retiro de la vida pública a consecuencia de una delicada enfermedad.

Sin embargo, más allá de la impresión de transformación que causan estas tres imágenes, el libro presentado este sábado en el portal del Palacio de los Capitanes Generales de La Habana, es apenas una compilación de las ideas del expresidente alrededor de medio centenar de temas ordenados cronológicamente. Una atado de citas muy escogidas, para mostrar más la continuidad de su pensamiento que una evolución.

El lector se encuentra ante un texto sumamente filtrado, que evita citar los errores, exabruptos y posturas más intolerantes de Castro

La edición fue concebida para homenajear los 90 años del líder, celebrados en agosto pasado, pero su lanzamiento ha tenido lugar pocos días después de que sus cenizas fueran colocadas en un panteón del cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. La obra pensada como resumen de una vida se ha convertido en realidad en un condensado post mortem del legado fidelista.

La obra, cuyo precio asciende a 30 CUP, tiene como antecedente el Diccionario de pensamientos de Fidel Castro, elaborado por Salomón Susi Sarfati a cargo de la Editora Política en 2008. Otra compilación de alto valor es Así habló Fidel Castro, de Roberto Bonachea Entrialgo, de la editorial española Ediciones Idea, también de 2008.

El texto fue presentado por Eugenio Suárez, director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, y la editora principal del volumen, Rosa Alfonso Mestre, como una guía para la acción y un ideario para futuras generaciones, frente a medio centenar de participantes, entre los que asomaban rostros de funcionarios, admiradores del fallecido líder y miembros del Partido Comunista.

Los editores advirtieron de que «para esta compilación fueron consultadas 4.000 fuentes bibliográficas que abarcan el periodo comprendido desde octubre de 1953 hasta abril de 2011 (…) de las que se seleccionaron cerca de 8.000 citas». Discursos, entrevistas y reflexiones han sido las principales fuentes utilizadas.

Pero el lector se encuentra ante un texto sumamente filtrado, que evita citar los errores, exabruptos y posturas más intolerantes de Castro. Por ejemplo, cuando se menciona el tema del terrorismo obvia la cita de su discurso en el acto central por los tres lustros desde la creación del Ministerio del Interior.

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El libro se presentó en el portal del Palacio de los Capitanes Generales de La Habana. (14ymedio)

En aquella jornada de 1976, en el Teatro Karl Marx de La Habana, el líder admitió: «Si nos dedicamos al terrorismo, con toda seguridad que seríamos eficientes. Pero es el hecho que la Revolución cubana nunca ha aplicado el terrorismo. No quiere decir que renunciemos a ello, ¡lo advertimos!»

Al abordar el narcotráfico, la antología tampoco menciona una palabra de la causa No 1 de junio de 1989 en la que fueron juzgados y condenados a pena de muerte altos oficiales de las fuerzas armadas por su supuesta implicación en ese delito.

En el tema del trabajo por cuenta propia, los editores se ahorran los discursos que realizó durante la ofensiva revolucionaria de 1968, en los que enfatiza: «Nos proponemos eliminar toda manifestación de comercio privado, de manera clara y terminante». Tres décadas después, Castro tuvo que autorizar nuevamente el sector no estatal para paliar la profunda crisis económica que se produjo tras la caída de la Unión Soviética.

En el capítulo dedicado a la discriminación racial y de género, no se podrá encontrar una sola de las múltiples ocasiones en que expresó su conocida homofobia. Brilla por su ausencia la frase que Castro dijo en marzo de 1963: «Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos; algunos de ellos con una guitarrita en actitudes elvispreslianas, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre».

A pesar del extremo partidismo con que se ha hecho la selección de los textos incluidos en estos tres volúmenes, es evidente el caudal de trabajo que tuvieron ante sí los editores. Filtrar cientos de discursos, interminables intervenciones públicas y largas horas de soliloquio debe haber sido una tarea maratónica y agotadora. Pero el ejercicio más arduo lo tendrán los lectores, asomados a las páginas de un legado tan caótico, contradictorio y desproporcionado como el hombre que lo creó.

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