PolíticaVideos

Breve marcha del ‘pueblo combatiente’

plaza020117Asistentes a la ‘marcha del pueblo combatiente’. La Habana, 2 de enero de 2017. (J. E. RODRÍGUEZ)

Bajo consignas como «el pueblo habanero se engalana para la patriótica jornada» y «todos somos Fidel», el Partido Comunista daba en la noche del domingo sus últimas instrucciones para la revista militar que fue reprogramada del pasado 2 de diciembre para este lunes en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Pero la asistencia del «pueblo combatiente», llamado no solo a homenajear a las Fuerzas Armadas sino también a Fidel Castro, tuvo «carácter oblivoluntario», la frase que utilizan los cubanos para referirse a la presión que hace el Gobierno cuando quiere garantizar respuesta masiva a sus convocatorias.

«De no ir hubiésemos tenido afectaciones en el ‘componente educativo’ y por ende en nuestros escalafones», declararon estudiantes de preuniversitario y tecnológico presentes en el acto político-militar. Agregaron que una vez concluido el desfile se irían a la heladería Coppelia.

El «componente educativo» es una valoración que abarca el comportamiento de los estudiantes y su actitud político-ideológica, y que puede influir en su expediente académico.

La participación «oblivoluntaria» de los estudiantes, tanto de la enseñanza media (FEEM) como de la universitaria (FEU), había sido garantizada previamente a los medios de prensa oficiales por dirigentes estudiantiles. Miembros del buró nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) habían asegurado que «la decisión de dedicar la revista militar a la juventud cubana» fue «otro acto de fe, otra muestra de confianza (…) al que los jóvenes sabrán corresponder con una presencia masiva y entusiasta».

Por otra parte, en reuniones organizadas por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) delegados del Poder Popular informaron a los vecinos sobre las «orientaciones» del Partido para el desfile.

Teniendo en cuenta que estos eran días festivos, «la dirección del Partido insistió sobre la importancia de que la convocatoria para esta marcha de reafirmación revolucionaria tenía que ser casa por casa, cederista por cederista», indicó un residente en Arroyo Naranjo.

Otras advertencias estuvieron relacionadas con el consumo de bebidas alcohólicas «antes y durante el desfile«. Además, se recomendó llevar vestimentas «alegóricas a los colores de nuestra bandera«, y que, «dentro de sus posibilidades, cada cederista asumiera el compromiso de portar carteles con consignas como ‘yo soy Fidel'».

«Esta marcha del pueblo combatiente no es para Cuba sino para el mundo», dijeron los delegados.

¿Y los tanques y los aviones qué?

Sin embargo, el esfuerzo del régimen por movilizar a los ciudadanos a la Plaza no habría tenido igual resultado en todos los municipios habaneros.

La transportación hacia la Plaza, establecida desde las 4:00 de la madrugada para las localidades de la periferia habanera, fue en algunos casos prácticamente innecesaria.

«Hice tres viajes con apenas 20 personas en cada uno», comentó un chofer de Arroyo Naranjo.

Trabajadores del sector privado en las barriadas de La Timba y La Dionisia, cercanas a la zona del desfile, dijeron que, «en comparación con las de otros años, esta marcha fue más breve«.

«Tuvimos buena venta de chucherías y refrescos, pero en verdad esperábamos mucha más gente por el bombo y platillo con que anunciaron esta marcha, que además duró cerca de hora y media», dijo un cuentapropista.

Entre el personal de aseguramiento y de logística, la televisión, los elementos de la Policía y la Seguridad del Estado, los militares de alto rango que compartieron la tribuna con el general Raúl Castro, las personalidades que ocuparon los palcos y los trabajadores de comunales, computaron buena parte de la asistencia.

Fue un desfile que poco tuvo de «revista militar«, a excepción de las 21 salvas disparadas, los centenares de pioneros de la enseñanza primaria que escoltaron la réplica del yate Granma, y los participantes que evocaron a los mambises.

«¿Y los tanques, los cohetes y los aviones cuándo van a pasar?«, preguntó un niño de 10 años a sus padres. Una interrogante que fue denominador común entre gran parte de los asistentes.

«Raúl sí que es inteligente«, dijo a media voz un trabajador que desfilaba con el bloque del Ministerio de Turismo. «¿Para qué iba a gastar petróleo en remolcar artefactos oxidados que todos sabemos que no funcionan?».

Lejos de haber sido un desfile de respaldo a las FAR o de adherencia al concepto de revolución de Fidel Castro, esta jornada ideológica fue una evidencia de que las tácticas de convocatoria del régimen flaquean.

Integrantes del bloque de la FEU, que cerró la marcha, apenas saludaron la tribuna, dejaron los gritos de «Yo soy Fidel» para correr a hacerse fotos con Javier Sotomayor y Yipsi Moreno.

Mientras, un grupo de trabajadores de comunales suspiraba aliviado: «Al fin se terminó el asunto. Todo este reguero que ves lo recogemos en 30 minuticos, y pa’l carajo la ‘marcha del pueblo combatiente’, que el chaqueteo y la vida real continúan».

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba