Ovidio Pérez Morales: Ante un cambio de gobierno
Los Obispos venezolanos afirman “que el pueblo clama por un cambio profundo de la orientación política del país que sea producto de la decisión del pueblo soberano (CRBV 5)”.
Esto leemos en la exhortación pastoral de la Conferencia Episcopal del 13 de enero pasado, Jesucristo luz y camino para Venezuela. Reproduce, por cierto, lo declarado en el Mensaje de la Asamblea Conjunta de Obispos y Laicos tenida pocos días antes.
Cuando los Obispos hablan de un “cambio profundo“, tienen en mente y recuerdan de nuevo la causa fundamental de la gravísima crisis nacional: “el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el Plan de la Patria (llamado Socialismo del Siglo XXI)”.
Todo cambio implica un punto de partida y otro de llegada. Este último, en el presente caso,no esestático sino dinámico, generador. A continuación expondré sintéticamente, a manera de “decálogo”, algunas características de la Venezuela deseable y -debe decirse también- obligante. Ahora bien, al referirme a lo que debe ser y hacer un nuevo Gobierno, lo entiendo no en sentido excluyente como Ejecutivo, sino en el tejido del Poder Público y en el marco de la participación, corresponsabilidad y protagonismo que en algún modo toca ejercer a todos los ciudadanos.
Así pues, el nuevo Gobierno debe:
- Garantizar la vida, la seguridad y la tranquilidad de la población, su alimentación y salud básicas, con atención especial a los más necesitados (CRBV 43-55.83.86).
- Restablecer el estado de derecho y para ello una verdadera independencia de poderes (CRBV 136).
- Actuar políticas económicas que promuevan la producción y el libre emprendimiento realizados con amplia participación, responsabilidad social y solidaridad; y en esta misma línea, la libre asociación de los trabajadores (CRBV 112).
- Actuar una política petrolera eficiente, orientada a la superación del modelo rentista y a la diversificación de la economía, cuidando con esmero del ambiente; lo cual vale también y de modo peculiar en lo referente a la minería (CRBV 127).
- Garantizar el pleno ejercicio del pluralismo democrático (CRBV 2.6).
- Promover una educación de calidad humana y científico-técnica, ajustándose a las necesidades del país yal pluralismo cultural, teniendo en cuenta a los diversos actores educativos así comoatendiendo debidamente a los docentes (CRBV 102-104).
- Garantizar la libertad de información y comunicación en perspectiva de responsabilidad social y convertir los medios del Estado en genuino servicio público, con administración especial y apertura pluralista (CRBV 6.57-58).
- Actuar la descentralización, regionalización y municipalización del poder público, propiciando en forma efectiva la participación de la sociedad civil y aplicando el principio de subsidiaridad (CRBV 4.6).
- Restablecer la Fuerza Armada como institución sin militancia política al servicio de la nación según lo establecido por la Constitución (CRBV 328.330).
- Promover la elevación moral y espiritual de los venezolanos retomando la educación moral y cívica, así como abriendo espacio de nuevo a la educación religiosa escolar (CRBV 59).
Las citas hechas de la Constitución son ilustrativas, como primera y fácil referencia. Propósito de este “decálogo” es estimular la formulación –que estimo urgente- de objetivos claros, precisos y comprensibles por todos,de lo que nuestro país necesita para recomponer su marcha y edificar el futuro que se merece. Complejos y extensos desarrollos quedan para técnicos y especialistas.
Al tocarlo que corresponde hacer al Gobierno y los derechos ciudadanos resulta imprescindible no aislarlos de los deberes ciudadanos. Una “nueva sociedad” implica el protagonismo corresponsable de todos los miembros de la “polis”. El exigir al prójimo y a la nación debe acompañarse del servirle a ellos.
No carece totalmente de fundamento la afirmación de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Venezuela postula un nuevo Gobierno hacia un país renovado.-
OVIDIO PÉREZ MORALES: El excelentísimo monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales, nació el 26 de junio de 1932 en la Población andina de Pregonero en el estado Táchira, Venezuela. Realizó sus Estudios de Derecho en UCV. Caracas. Licenciado en Filosofía, 1954. Licenciado (1959) y Doctor (1961) en Teología, Pontificia Universidad Gregoriana. Obispo de Coro (1980), Arzobispo de Maracaibo (1992), Arzobispo/Obispo de Los Teques (1999). Secretario General del CELAM (1972-1978), Vice-Presidente (1981) y Pdte. (1990-1996) de la Conferencia Episcopal Venezolana.