El sueño americano de un cubano ‘de izquierda’
Erasmo Calzadilla, colaborador de la página Havana Times, se enganchó en el último vagón de los “pies secos, pies mojados”
LA HABANA, Cuba.- Cuando en septiembre del pasado año participé en el foro Voces Abiertas, celebrado en el Marriot Hotel Miami Airport, entre los participantes había un ensimismado joven a quien solía encontrarme en el barrio donde resido (el Reparto Eléctrico) y que no imaginaba fuese periodista o bloguero. Resultó ser Erasmo Calzadilla, de Havana Times, con quien unos años atrás había sostenido una polémica en la red, donde me había acusado, a mí que me considero un socialdemócrata, de embestir como un toro cada vez que veía el color rojo.
Cuando me saludó en Miami, me puse impertinente y lamenté que nunca lo hubiese hecho en Cuba, ni siquiera cuando nos topábamos de frente en la guagua, a lo que me contestó con un convincente “tú sabes cómo es eso allá”.
Durante los tres días que duró el Foro, Erasmo Calzadilla, que daba muestras de muy buen apetito en el comedor y no se despegaba ni un momento del director de Havana Times, se mostraba esquivo con los periodistas independientes. Solo saludaba a Ernesto Pérez Chang (que también fue vecino suyo en el Reparto Eléctrico) y a mí, pero no entablaba conversación.
Pero he aquí que Erasmo Calzadilla pidió asilo político y vive actualmente en los Estados Unidos, en Texas. Del Foro Voces Abiertas se fue derechito a México, y volvió a ingresar en los Estados Unidos por el paso fronterizo de Laredo, donde se acogió a la política de pies secos, pies mojados.
Así como les cuento. Lo narra el propio Erasmo, en un post suyo del pasado 31 de enero que no tiene desperdicio: “Me quedé en la Yuma”.
Afirma mi exvecino bloguero que no está muy feliz con el paso, pero ya está dado. “Un conjunto de circunstancias personales y la vorágine que me envolvió durante mi estancia en Miami me llevaron a ello”, explica.
Refiere que está “…tratando de trabajar y de salir adelante para ayudar a los míos, No solo a mi familia y amigos, también a aquellos que comparten mis ideas”. Hum, ¿quiénes serán?
Erasmo Calzadilla, que como mismo él dice, se enganchó en el último vagón de los pies secos, pies mojados para mudarse a los Estados Unidos, reconoce: “…perseguido político es un término demasiado fuerte para mi caso. Creo que todavía se pueden hacer muchas cosas por cambiar la realidad en Cuba sin entrar en confrontación directa con el gobierno…”
¿Estará consciente de que descaradamente cometió perjurio y puede tener problemas con la justicia norteamericana? ¿Cree que bastará para que lo consideren un perseguido político y no buscarse líos con la Migra que se atreva a emplear el término “dictadura” para referirse, ahora sí, a lo que antes llamaba “gobierno revolucionario”, y con expresar su respeto y apoyo a los que luchan por la libertad?
No veo muchas perspectivas en los Estados Unidos, sino todo lo contrario, para Erasmo Calzadilla, incompatible con el american way of life, de tan de izquierda, anticapitalista y ecologista como es. Siempre lo digo: el adoctrinamiento castrista, por mucho que uno se le resista, deja secuelas irreparables.
Con su visión catastrofista del futuro, Erasmo Calzadilla expresa sus temores de que los recién emigrados, como él, llevarán la peor parte en la próxima década, que asegura será desastrosa debido al agotamiento de los recursos y la destrucción del medio ambiente.
En vista de todo eso, si yo estuviera en el lugar de Erasmo, me olvidaba de sus planes de reunir unos dólares para comprar una casita en la campiña patria -¡total, si el Reparto Eléctrico está casi en el campo!- y me daría prisa en regresar a Cuba, que según asegura, está mejor preparada para las crisis económicas y donde se puede vivir sin aire acondicionado ni calefacción, sembrar plátanos y boniato en el jardín y criar puercos y gallinas en las azoteas.
Si sabrá Erasmo de esas ventajas, él que está adaptado a alimentarse de bazofias ligadas con soya y croquetas de claria, y según contó una vez en un post en Havana Times, a cuando no hay agua en las tuberías y no se puede descargar el inodoro, a cagar en un periódico, en una bolsita de nylon o agachado detrás de un matorral.
Que vuelva pronto, lo esperamos. Otro mundo mejor es posible, aun en el Reparto Eléctrico…
Luis Cino Álvarez (La Habana, 1956). Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Se inició en la prensa independiente en 1998. Entre 2002 y la primavera de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista De Cuba. Es subdirector de Primavera Digital. Colaborador habitual de CubaNet desde 2003. Reside en Arroyo Naranjo. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los blues.
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