China encumbra el pensamiento de Xi Jinping al nivel de Mao Zedong
El XIX congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) ha aprobado que el pensamiento de su actual líder Xi Jinping se incluya en la constitución de esta formación citando expresamente su nombre, lo que le otorga la misma relevancia que el ideario de Mao Zedong y Deng Xiaoping.
Como todo las decisiones adoptadas por este cónclave, los más de 2.300 delegados participantes en esta cita eligieron con un exquisito detalle la formulación con la que se referirá su carta magna a la filosofía política del mandatario, que será citada como «Pensamiento Xi Jinping sobre Socialismo con características chinas para una nueva era», lo cual la eleva por encima del de los ex presidentes Jang Zemin y Hu Jintao, que también sirven como referencia a los militantes comunistas pero sin que se les recuerde de forma explícita.
El «Pensamiento de Mao Zedong» apareció citado por primera vez como guía básica de los comunistas en el VII Congreso que se celebró en 1945, como recuerda Sergey Radchenko, profesor de la Universidad Cardiff del Reino Unido.
La llamada «Teoría de Deng Xiaoping» no pasó a formar parte formal de la constitución del PCCh hasta 1997, aunque ya fuese un elemento básico de estudio desde el XI congreso de 1978.
Radchenko también alerta que este tipo de decisiones no tienen que ser aceptadas como un dogma inamovible y alude a la propia historia del VIII congreso de la formación en 1956, donde supuestamente se intentó mitigar el poder de Mao Zedong, reemplazándole por Liu Shaoqi y Deng Xiaoping, y hasta se eliminó su «pensamiento» de la constitución comunista.
Los turbulentos años ulteriores del apodado Gran Timonel confirmaron que cualquier análisis sobre su ostracismo político en esas fechas había sido una estimación un tanto apresurada.
La decisión del congreso comunista no ha sorprendido a los expertos. La intervención durante la jornada de apertura del congreso de quien es asimismo secretario general del PCCh había intensificado los esfuerzos del aparato de propaganda por ensalzar su figura y el pasado miércoles periódicos como El Diario del Pueblo o Global Times no ahorraron en prosa laudatoria.
«En los últimos cinco años, China ha logrado resultados históricos en la reforma y apertura, así como la modernización socialista gracias a la dirección del PCCh con Xi Jinping como núcleo» de esa formación, escribió el primero.
Liu Yunshan, uno de los 7 integrantes del comité permanente del buró político del PCCh, el núcleo central de 7 personas que dirige el país -cuya renovación se conocerá mañana-, exigió que «todos los miembros del partido» tengan que «estudiar el pensamiento de Xi Jinping sobre la nueva era» y dijo que «elevar ese pensamiento a los principios que guían al partido» tiene una enorme significación.
Otros dos miembros de esa reducida y poderosa camarilla, Zhang Dejiang y Yu Zhengsheng se sumaron a esta dinámica. «El Pensamiento (sic) es el momento clave del congreso y una contribución histórica al desarrollo del partido», aseveró la agencia Xinhua citando a Zhang en un escrito tan explícito que la teoría de Xi Jinping se citaba con mayúsculas, como si fuera algo inédito.
La campaña en favor de la imagen de Xi Jinping consiguió adeptos incluso entre las empresas privadas y la firma Tencet, propietaria de Wechat, puso en circulación un juego virtual que permitía a los ciudadanos chinos demostrar sus habilidades para aplaudir a Xi Jinping al escuchar su discurso. Se trata de golpear la pantalla del teléfono móvil cuantas veces sea posible en 18 segundos.
La competición virtual titulada «Qué gran discurso: aplaude a Xi Jinping» apareció el mismo día de la apertura del congreso y en esa jornada ya había registrado 860 millones de participantes, según South China Morning Post.
La significativa reunión que se ha desarrollado en Pekín aprobó también la composición del nuevo Comité Central del PCCh. La ausencia del titular de la influyente Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI), Wang Qishan, entre los cerca de 200 miembros de esa entidad indica que quien ha sido considerado hasta ahora como número dos real del país abandonará su cargo al rebasar la edad establecida por la tradición comunista y pasará al retiro.
Qishan se había convertido en el escudero más fiel de Xi Jinping y el artífice de su ambiciosa campaña contra la corrupción, que ha supuesto el castigo de más de 1,4 millones de funcionarios de todos los niveles: desde 250 altos cargos como Bo Xilai, Zhou Yongkang o más recientemente Sun Zhengcai a una miríada interminable de políticos regionales o militares de notable renombre.
En total, 17 miembros del Comité Central y otros 17 miembros suplentes han caído en desgracia desde que Xi Jinping accedió al poder en 2012, una cifra que supera -como recuerda South China Morning Post- a todos los que sufrieron la misma suerte en los últimas 4 reuniones de ese organismo y da una idea de la ingente remodelación que ha realizado el líder local apoyándose en el trabajo de Wang Qishan.
Sin embargo, se desconoce si la retirada de Wang Qishan será total o se le asignará una posición en cualquiera de los comités creados por Xi Jinping, cuya influencia rivaliza o supera incluso a los propios ministerios.