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Reinaldo Escobar: Todo el poder a la militancia

Más de un 95% de los diputados que tomarán posesión en abril militan en el PCC o la UJC, pero de corresponderse con la presencia en la sociedad de los afiliados a estas organizaciones, el porcentaje sería del 65,4%

Lejos de la cacareada diversidad y pluralidad de la que alardea el Gobierno, la composición de la Asamblea Nacional de Cuba revela que más de un 95% de los diputados que tomarán posesión el próximo 19 de abril militan en el Partido Comunista (PCC) o en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

De los 605 candidatos a la Asamblea Nacional del Poder Popular que deben haber sido ratificados en las elecciones de este domingo 11 de marzo, 576 son miembros del PCC o de su «ala juvenil», la UJC. Mientras que solo 29, que representan apenas el 4,79% de los asambleístas, no integran ninguna de estas organizaciones.

El PCC tiene un poco más de 600.000 militantes, una cantidad similar a la de los miembros de la UJC, según las cifras oficiales. De ahí que juntos apenas superan el millón de personas, en una población de 11 millones. De corresponderse con la presencia en la sociedad de los afiliados a estas organizaciones, el porcentaje sería del 65,4%.

En esa exigua minoría de no militantes se hallan figuras al estilo de María Armenia Yi Reina, líder ecuménica de la Iglesia Los amigos. La diputada de 49 años es la única mujer del Parlamento que no forma parte de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la única asambleísta que no es miembro del Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Una rareza.

Solo 29 diputados, que representan apenas el 4,79% de los asambleístas, no forman parte del Partido Comunista o de la UJC

Entre los no-militantes se halla también Jorge Luís Romero Herrera, zapatero remendón que parece haber llegado a la Asamblea para cubrir la cuota del sector no estatal o cuentapropista. El joven se destacó además por haber ganado una medalla de bronce en un torneo de boxeo y, dato curioso, trabajó como chofer en la contrainteligencia militar.

El cantante y compositor Raúl Torres, sin las siglas PCC o UJC en su biografía, atesora como méritos más relevantes el haber creado canciones dedicadas a a Hugo Chávez ( El regreso del amigo) y a Fidel Castro ( Cabalgando con Fidel). Este último tema musical lo catapultó al Parlamento tras ser difundido hasta el delirio durante los funerales del expresidente.

Otras personalidades de la cultura y el deporte como la habanera Digna Guerra, directora el Coro Nacional de Cuba; el artista plástico Nelson Domínguez Cedeño que representa a Morón y la campeona Olímpica Yipsi Moreno en la nómina de Camagüey, conforman también el pequeño grupo de los no-militantes. Una gota en medio de un océano de miembros del PCC.

Basta revisar los listados publicados en las últimas semanas por la prensa oficial, para notar que las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Cienfuegos, Villa Clara, Sanctis Spíritus y el municipio especial Isla de la Juventud están representadas en el Parlamento por un 100% de miembros del PCC. Son regiones «teñidas de rojo» y cuyos representantes actuarán bajo la disciplina partidista.

Entre quienes elegirán el nuevo Consejo de Estado y al futuro presidente se impondrán la lealtad y la obediencia, teñida de una falsa diversidad

La Habana, con una representación de 106 diputados resulta ser la provincia que tiene un mayor número de no militantes (13), seguida de Santiago de Cuba, que de un total de 54 parlamentarios al menos 4 no integran ninguna de las dos organizaciones políticas. En el resto el país los números son más escasos todavía.

Con esta aplastante mayoría de parlamentarios con un un carné rojo en el bolsillo, la cúpula gobernante se asegura que los diputados se deban más a la organización partidista que a la Asamblea Nacional. No queda dudas del orden de prioridades de los diputados si la Constitución de la República establece que el Partido «es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado» y la disciplina partidista obliga a la subordinación absoluta.

Puestos a elegir entre dos fidelidades, estos 596 militantes sin dudas optarán por seguir las orientaciones del secretario general del PCC, cargo que Raúl Castro ocupará hasta 2021 si no se hace un congreso extraordinario para sustituirlo.

De manera que entre quienes elegirán el nuevo Consejo de Estado y al futuro presidente se impondrán la lealtad y la obediencia, teñida de una falsa diversidad. Si Vladimir Ilich Lenin lanzó en 1917 el lema de «Todo el poder a los soviets», un siglo después Castro ha reinterpretado aquella idea y se propone llenar su último Parlamento de diputados 100% confiables.

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