La muerte de Raúl Castro y otros “deslices”
Hay un dicho que afirma que los abogados encierran sus errores, los médicos los sepultan y los periodistas los publican
GUANTÁNAMO.- Hay un dicho que afirma que los abogados encierran sus errores, los médicos los sepultan y los periodistas los publican. Dos despachos de prensa en el servicio de noticias de Yahoo de este viernes 22 de junio de 2018 me lo han recordado.
¿Cómo es que murió Raúl Castro y no me enteré? Esa fue la pregunta que me hice al leer uno de los cintillos. Me refiero a un texto titulado “La Constitución de Cuba abrirá camino a derechos LGTB, dice Mariela Castro”, de la autoría de Moisés Ávila y publicado por AFP, que reseña las opiniones de Mariela Castro Espín, diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX). Hay allí una foto con esta nota: “Mariela Castro Espín, hija del fallecido presidente Raúl Castro, durante la rueda de prensa en el Centro Nacional de Educación Sexual el 20 de junio de 2018 en La Habana”.
Me sorprendió no sólo el tremendo error sino que también se dé por hecho que a la nueva constitución cubana se va a incorporar algo que ni siquiera ha sido discutido por la ANPP, lo cual dice mucho de la “democracia” del régimen.
A esos deslices se han unido otros en el mismo servicio informativo, cometidos esta vez por la agencia EFE en un texto titulado “Guantánamo quiere la fama por su café y su cacao, no por los presos de EE.UU.”.
El trabajo muestra gran ignorancia de la historia social y cultural de esta provincia al afirmar: “Guantánamo quiere sacudirse el estigma de ser la Cuba más pobre, sólo célebre por la base militar estadounidense”. Porque es cierto que Guantánamo es conocido por la existencia de la base yanqui, al extremo de que muchos desconocen que la ciudad está a más de 20 km del enclave militar, pero su celebridad —si es que la tiene— no puede constreñirse únicamente a ese particular.
Cuna del changüí —que precisamente este 23 de junio inicia su IX festival— la provincia es la zona donde surgió el son y cuna de arraigadas tradiciones que acusan huellas francesas, españolas, y caribeñas, las que, mezcladas indeleblemente con la impronta criolla, han conformado un vigoroso legado cultural. Baracoa, primer asentamiento poblacional de Cuba, su Yunque, Playitas de Cajobabo, Playa Duaba y La Farola forman parte de lo que más distingue al territorio, a lo cual deben unirse los nombres de músicos y deportistas de relevancia internacional. Vaya, que la base es importante, pero no es lo único a destacar. Es como si —salvando las diferencias— alguien quisiera recordar a San Francisco solamente por la prisión de Cayo Alcatráz.
Pero es el tono laudatorio del artículo, muy similar al que usa la prensa oficialista cubana, el que me ha llamado la atención.
EFE afirma que Guantánamo tiene la más alta tasa de natalidad del país y puede que sea cierto, pero no dice que también es una de las provincias —quizás la primera— con más altos índices de mortalidad infantil y materna.
Haciéndose eco de las palabras de Odel Cobas, director de la planta procesadora de coco de Baracoa, EFE asegura que a pesar de los daños ocasionados por el huracán Matthew, este contribuyó a aumentar los niveles de eficiencia de la industria, porque “obligó a los guantanameros a buscar soluciones para no tener las fábricas paradas y a los agricultores sin ingresos mientras los cocoteros y plantas de cacao se regeneraban”. Me pregunto: ¿Cómo puede aumentar la eficiencia de una industria carente de su materia prima fundamental, en este caso el coco?
En otro párrafo EFE asegura : “Donde antes solo se plantaba coco y cacao, ahora se intercalan frutales de mango, guayaba, plátano piña o papaya, cultivos que cuando pasa un huracán se regeneran con más rapidez, de forma que siempre haya materia prima, los trabajadores mantengan el empleo y los “guajiros” dispongan de cosechas para vender”.
Cualquier europeo que lea el texto pensará que esos cultivos ya están dando frutos cuando lo cierto es que las matas de mango y guayaba demoran años en lograrlo. EFE asegura que “borbotea en las máquinas la pulpa de mango para compotas, jugos y otros productos destinados al mercado nacional y al turismo”. En este caso también estoy seguro que la materia prima no procede “ de los cultivos intercalados” en las devastadas plantaciones de coco, sino del cercano Valle de Caujerí o de otras zonas de la provincia donde cada año se pierden miles de toneladas de mango debido a la falta de capacidad industrial para procesarla. ¿Dónde está la eficiencia, EFE?
Pero donde sí no tuvo desperdicio este despacho es al asegurar que el sector cafetalero revivió cuando en el 2015 el Estado aumentó el precio de compra —se refiere a la lata de café— porque desde entonces aumentó la superficie dedicada al cultivo. Desconozco donde EFE obtuvo estas afirmaciones triunfalistas, pero si hubiera consultado otras fuentes habría conocido que desde hace más de diez años la producción de café ha ido disminuyendo reiteradamente y a pesar del reajuste de los planes pocas veces han sido cumplidos en ese lapso. También se habría informado de que aunque es cierto que han aumentado las tierras dedicadas al cultivo todavía no han rendido cosecha alguna. ¿De qué recuperación habla EFE entonces? ¿Acaso sabe que el café que se le vende al pueblo está mezclado con chícharos? ¿Sabe EFE de otro gobierno que exporte lo mejor y vende a su pueblo lo peor?
No sé si este periplo de EFE por Guantánamo obedeció a la presencia de inversionistas españoles en Baracoa. De lo que sí estoy seguro es que su artículo tiene más de imaginación que de realidades.
AFP cometió un error, pero EFE dio muestras de una falta de objetividad extrema al escribir sobre una eficiencia industrial y una productividad que sólo existen en las mentes calenturientas de muchos dirigentes cubanos, acostumbrados a dar por hechas sus proyecciones, que casi siempre terminan en descalabros económicos.
En esto EFE ha actuado como lo haría un avestruz: saboreó la información que le pusieron en el pico, se la tragó y, luego enterró su cabeza sin mirar a ninguna parte.