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¿Y el bloqueo, que no lo veo?

Un grupo de estudiantes aplaude en La Habana la resolución de la ONU contra el embargo de EEUU a Cuba, en octubre del 2016. Ramón Espinosa AP

La historia de Tía Tata Cuenta Cuentos, del Bloqueo de Estados Unidos a la Mayor de las Antillas, termina donde empieza la super lista que exhibe al mundo la Aduana de Cuba en su página web.

Muestran los impuestos que cobran por la entrada a territorio cubano de cualquier cantidad de dinero, de objetos o misceláneas, electrodomésticos, materiales de construcción –para hacer un edificio si quisieras–, medicinas y prácticamente un hospital se puede importar, ¡ah! muy importante, sin restricciones mientras les paguen.

Hasta una aplicación o APP tiene los servicios aduaneros cubanos. Y es lógica esta modernización, si esta es la vía servida en bandeja de plata para llenar las arcas del dictador al mando usurpado por los alumnos ejemplares aduanales entrenados para ser más pillos que Alí Babá y los cuarenta ladrones.

Este personaje de Las mil y una noches es un ladrón de poca monta, un mediocre estafador, ante esta pandilla de uniformados que acechan en los aeropuertos cubanos. El uniforme es verde igual que el dólar estadounidense para recordarles todo el tiempo la consigna comunista: Nacidos para robar.

¡Qué descaro!¡Cuánta mentira!

Puedes llevar una casa desarmada con instrucciones incluidas. ¿Y el bloqueo? Que no lo veo.

Conozco personas que importan desde aquí hasta los clavos para colgar cuadros en las paredes de la(s) casa(s) o local de negocios que están “equipando” o armando en el archipiélago privado de Raúl Castro.

Y los colaboradores profesionales o esclavos modernos, que trabajan en varios países del mundo –y que regresan a Cuba– conscientes de que son víctimas de la estafa conocida por el Estado de la República de Cuba y son felices con sus ridículos salarios. Comparados con los del pueblo de la isla, se sienten bendecidos.

Me quedo fría y sin palabras cuando tienen hasta una página en Twitter nombrada “CubavsBloqueo” con su respectivo hashtag: #NoMásBloqueo… y a esto le faltó una parte importante, de la Dictadura Castro COMUNISTA.

O mejor otros hashtags que digan: #Raúldéjanoscomerpensaryhablar #Cuántosmuertostienentufirma #Queremosvivircomotú

#DictadorDesaparecedelplaneta #VivaCubaLibreYSinComunismo

Imagino que no hay espacio suficiente en Twitter para las consignas que sí representan a los cubanos que no tienen voz ni voto ante este mal en el poder con siete cabezas y miles de armamentos bélicos para usarlos contra los cubanos de ser necesario.

Armas que ahora están a prueba contra los opositores que se atreven dentro de Cuba a decir lo que piensan. Los admiro infinitamente porque padecí la Dictadura Castro COMUNISTA durante 38 años y hay que ponerse las botas del General Antonio Maceo para revirarse a ese sistema sin piedad ni derechos respetados.

¿Están tan desinformados los defensores de Cuba en la Organización de las Naciones Unidas cuando votan casi todos los países contra el embargo por más de 50 años que Estados Unidos tiene sometido al archipiélago cubano?

¿Esta gente de la ONU tendrá acceso ilimitado a internet? ¿El idioma español es una barrera de injusticia para apoyar la dictadura de los Castro? ¿El voto se realizará mecánicamente antes de la hora de almuerzo? Y el hambre no los deja pensar.

¿No se preguntan cómo construyen hoteles de lujo y no hay bloqueo para entrar los materiales que necesiten? ¿Estarán enterados de las clínicas para turistas extranjeros donde abundan los insumos médicos?

El que crea en el bloqueo debe saber que no hay mayor enemigo del pueblo cubano que la maldición Castro Ruz. Que ellos y sólo ellos han privado a nuestra nación de todos los derechos. Y si tienen dudas, que viajen a Cuba, y también afirmarán para siempre: ¿Y el bloqueo? Que no lo veo.

Idaysi Capote: Periodista y escritora cubana.

Siga a Idaysi Capote en Twitter: @idaysicapote

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