Galería: Una comunidad para las fotógrafas latinoamericanas
Verónica Sanchis Bencomo jamás se imaginó lo que iba a encontrar mientras trabajaba archivando libros de fotografía y otros artículos en la biblioteca del Centro Internacional de Fotografía (ICP, por su sigla en inglés). Para Bencomo, una fotógrafa venezolana, la experiencia se tradujo en educación, pero no como podrías imaginártela.
“¿Dónde están las fotógrafas latinoamericanas contemporáneas?”, se preguntó. “Estaban las grandes de la fotografía, como Graciela Iturbide, pero no había mucho sobre las contemporáneas. ¿Dónde estaban mis pares? En una región tan grande, ¿cómo era posible que no hubiera ninguna?”.
Sanchis Bencomo ha pasado los últimos cuatro años respondiendo esa pregunta, luego de fundar Foto Féminas, una biblioteca y plataforma digital que cada mes publica el trabajo de una fotógrafa diferente que trabaja en Latinoamérica y el Caribe. Con la mira puesta en sus imágenes y no en sus títulos o contactos, la investigadora ha creado una comunidad virtual de fotógrafas experimentadas y emergentes cuyos estilos varían desde la fotografía documental y el fotoperiodismo hasta la fotografía artística y conceptual.
Los años que Sanchis Bencomo pasó como asistente de profesores en el ICP (desde finales de 2013 hasta principios de 2016), donde conoció las obras de grandes exponentes de la fotografía estadounidense como Diane Arbus y William Klein, influyeron profundamente en ella.
“No controlaba lo que pasaba por mis manos”, afirmó Sanchis Bencomo. “Tenía que archivar lo que fuera. Había libros raros, monografías, invitaciones a exposiciones y artículos. También me gustaba cómo hacían las presentaciones, su parte gráfica y los cambios que han sucedido. Fue una experiencia que jamás había tenido”.
No obstante, la escasez de mujeres latinoamericanas le molestó al punto de decidirse a fundar una especie de archivo. Se sintió más motivada cuando conoció a la fotógrafa guatemalteca María Cristina Orive que hace unas décadas fundó la editorial fotográfica La Azotea junto a su colega argentina Sara Facio. “Me dijo que ahora era más sencillo ser fotógrafa que en aquella época”, comentó Sanchis Bencomo, de 32 años. “Hace 40 años las mujeres no tenían oportunidad alguna, pero debes ser constante”.
Una de las primeras mujeres que incluyó en su catálogo fue Karla Gachet, una fotógrafa ecuatoriana cuyo trabajo se publica de manera regular en periódicos y revistas. En una breve entrevista que acompaña sus imágenes, Gachet habló de la importancia que tiene la región para ella. “Las historias que se entretejen en Latinoamérica son mi debilidad; me encantan”, escribió. “Su color, la luz y las relaciones entre comunidades, entre individuos y con la tierra. Ahí, más que en cualquier otro lugar, el campo tiene una dinámica mucho más variada que la ciudad. La gente sigue viviendo en comunidades que creen en la magia. Registrar estas historias es una experiencia muy espiritual para mí; siempre regreso un tanto cambiada después de presenciarlas. Trabajar en Latinoamérica siempre hará que tengas otra perspectiva de la vida”.
Sofía Verzbolovskis, una fotógrafa panameña que comparte su tiempo entre Nueva York y su país natal, hizo una crónica del declive de la ciudad portuaria de Colón en “La Tacita de Oro”. “Se trataba de ‘la ciudad’ donde todo mundo asistía a fiestas e iba de compras; fue la ciudad más próspera de Panamá en su época y ahora está totalmente arruinada”, escribió. “Sin embargo, está en proceso de renovación, lo cual me asusta un poco, pues me temo que van a destruir toda la arquitectura que caracteriza a la ciudad para convertirla en algo absolutamente aburrido, completamente ‘normal’, a falta de una palabra más adecuada”.