Derechos humanosDictadura

Carta abierta de una médica a un dictador

A: General Raúl Castro Ruz, Dictador de Cuba

General dictador Raúl Castro Ruz,

El objetivo de esta carta abierta es exponer, a su régimen y al mundo, las razones fundamentales por las que he decidido renunciar a mi labor como médico al servicio de un sistema inhumano que viola los más elementales derechos del ciudadano, que golpea hasta a niños, ancianos y mujeres embarazadas, y que usa la medicina con fines políticos, y a los médicos y enfermeras como mano de obra esclava.

Mi decisión viene madurando hace ya algún tiempo. Son demasiadas las injusticias, excesivas las mentiras y las justificaciones. Siempre culpando a otros de lo que es responsabilidad total de un cruel sistema que solo se preocupa por el ser humano, hipócritamente, en la medida en que es necesario para que éste se someta dócilmente a los dictados y caprichos del dictador de turno.

¿Por qué le escribo a usted y no al ministro de Salud Pública o a Miguel Díaz-Canel? Por una sencilla razón: se enfrenta al amo, se le habla al principal responsable vivo del sufrimiento de toda una nación.

¿Por qué le escribo a usted y no al ministro de Salud Pública o a Miguel Díaz-Canel? Por una sencilla razón: se enfrenta al amo, se le habla al principal responsable vivo del sufrimiento de toda una nación

Como millones de jóvenes cubanos fui adoctrinada y engañada, soy hija y nieta de personas también adoctrinadas y usadas por la tiranía que inició su hermano Fidel Castro.

Milité, por desgracia, en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas, UJC. Fui presionada por su policía política para que, como médica, vigilara e influyera a opositores pacíficos que tan sólo buscan el respeto de los derechos humanos. Sus agentes me exigieron que debía colaborar con ellos y darles información de la salud y de todo cuanto supiera del líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer García.

Acercarme a la UNPACU y a su líder fue el peor error que cometieron. Si bien es cierto que tenía mis dudas, inconformidades e inquietudes, también es real que, como otros muchos profesionales, solo pensaba en mi carrera como médica y en ayudar a mi humilde y sacrificada familia. Para poder hacerlo esperaba salir de «misión» al extranjero. Es decir, salir como instrumento político y mano de obra esclava. Pero con la UNPACU conocí de dignidad, de derechos humanos, de democracia, de justicia, y de la verdadera y perversa esencia del régimen que usted encabeza.

Por romper con el régimen, por unirme a la UNPACU y compartir mi vida con su líder, un hombre muy humano y valiente que verdaderamente ama a nuestra patria, la Dirección de Salud Púbica en el Municipio Santiago de Cuba ha tomado en mi contra injustas medidas y sanciones. Mi familia ha sido presionada por su policía política para que, a su vez, me presionen y así vuelva al «redil».

Golpearon a muchos. Golpearon a mi abuela, una anciana postrada, y me golpearon a mí con cinco meses de gestación. Nos robaron y rompieron todo

Ahora bien, la gota que colmó la copa cayó el pasado 11 de febrero cuando decenas de agentes del Ministerio del Interior, en su mayoría fuerzas de asalto, irrumpieron en 8 hogares de miembros de la UNPACU con tal violencia que, si no lo hubiese vivido, no lo hubiera creído. Golpearon a muchos. Golpearon a mi abuela, una anciana postrada, y me golpearon a mí con cinco meses de gestación. Nos robaron y rompieron todo. Hasta los alimentos y las medicinas, con que curamos enfermos, se las robaron sus agentes. También me despojaron de mis medios de trabajo. Todas estas graves acciones y otras similares en días posteriores, en venganza porque hicimos campaña pacífica y legal por el No a su Constitución estalinista para el falso referendo del día 24 de febrero.

Durante 15 días sus fuerzas represivas cercaron totalmente nuestro hogar y no me dejaban salir a trabajar. Las pocas veces que pude salir a hacer gestiones personales fui víctima de violencia y humillaciones por sus agresivos agentes. Aún hoy continúa el cerco, y todas las noches nos apedrean nuestro hogar. En fin, he vivido y visto tanta crueldad y sin sentido…! Pensé que esto sólo podría ocurrir en regímenes como el de Adolfo Hitler y Benito Mussolini.

Renuncio a continuar trabajando para el Ministerio de Salud Pública de su régimen tiránico, no me usaran más, en lo más mínimo, pero nunca dejaré de ejercer mi noble profesión. Continuaré atendiendo a los activistas golpeados, perseguidos y marginados, seguiré atendiendo a todo enfermo que solicite mis servicios. Seguiré denunciando las injusticias de su régimen contra médicos y pacientes. Continuaré sirviendo a mi pueblo y luchando por su libertad.

Estoy completamente curada del síndrome que más daño ha hecho a nuestro pueblo: el «síndrome de indefensión» y estaré ayudando a otros médicos y trabajadores de la salud, a liberarse de tan dañina patología

Estoy completamente curada del síndrome que más daño ha hecho a nuestro pueblo: el «síndrome de indefensión» y estaré ayudando a otros médicos y trabajadores de la salud, a liberarse de tan dañina patología. Su dictadura caerá y los médicos podremos ejercer con dignidad y libertad nuestra sagrada profesión. Tendremos adecuadas condiciones de trabajo y salarios decorosos. Nadie nos usará como instrumentos políticos. El pueblo todo tendrá salud de excelencia y no tendrá que pagarla con sumisión y miseria. Los cubanos viviremos en libertad y con prosperidad. Puede estar Usted seguro.

Dra. Nelva Ismarays Ortega Tamayo
Especialista en Medicina General Integral
Registro Profesional 186670
Santiago de Cuba. 4 de marzo de 2019

 

 

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