Karina Sainz Borgo: Estos son algunos de los libros que no puede dejar de leer en verano
Verano, pues. La que acaba de comenzar es una estación a lo Pavese –ese desgarrón hacia el invierno-, un tiempo que requiere, para sobrevivirlo, un equipaje literario en condiciones. Algo que ayude a sobrellevar la euforia de no hacer nada o, por qué no, la sobre-exposición a la familia o el síndrome de la claustrofobia y la sombrilla. Por género, temática o autor. Más que la categoría, importa la sustancia. Que prime la literatura por encima de otra variable. Esa es la premisa de esta selección presentada por Vozpópuli.
Comienza la lista por el policíaco, un género literario al que la industria no para de exprimir. Si fue usted, lector, un entusiasta del Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, conviene que se acerque a Problemas de identidad, el libro con el que Carlos Zanón cumplió el encargo que le hizo la editorial Planeta de traer al presente al personaje. ¿Qué pensaría el escritor en la Barcelona de los ‘presos políticos’? ¿Cómo se mueve Carvalho en un mundo en el que su mítico Biscuter se apunta a Master Chef? El resultado es un libro interesante. Zanón es capaz, no ya de imitar o impostar un Vázquez Montalbán para nostálgicos, sino de usarlo como una manera de crear una relectura, un Meta-Carvalho.
En el apartado noir, se ofrece como lectura estival a la que muchos se refieren como la Elena Ferrante española, una autora que se niega a revelar su identidad y que firma los libros como Carmen Mola. Sus historias, asentadas en el territorio del thriller, están protagonizadas por una atípica inspectora, Elena Blanco, la jefa de la Brigada de Análisis de Casos (BAC), y está herida en lo más profundo de su ser por el rapto y la desaparición de su único hijo años atrás. Tras La novia gitana (Alfaguara), esta primavera se publicó La red púrpura (Alfaguara), donde la autora retoma la crudeza de su primera entrega con la eficacia narrativa que ha convertido sus libros en un auténtico fenómeno noir.
En otro apartado, algo distinto de la categoría anterior, hay que mencionar una de las novelas más interesantes publicadas hasta ahora en lo que va de año: La noche fenomenal (Anagrama), de Javier Pérez Andújar. Es un libro hilarante, en apariencia absurda, que borda con hilo fino una crítica demoledora. No queda títere con cabeza y el lector tiene la sensación de estarse riendo con asuntos que aun pareciendo inverosímiles, tienen más de la realidad de lo que está dispuesto a pensar. Se desarrolla en una Barcelona contemporánea en la que no para de llover y un grupo de colaboradores de un programa de fenómenos paranormales –La noche fenomenal, se llama- descubre una serie de hechos extraños: la presencia de dos Barcelona o la proliferación de agujeros negros a través de los cuales desaparece la gente.
Entra en la lista veraniega Juan Bonilla con Totalidad Sexual del Cosmos (Seix Barral), una novela que estalla entre las manos de quien lee no sólo por el personaje que recupera sino por la potencia de la prosa que emplea Bonilla para construirla. En sus páginas, el escritor narra la vida de la pintora, poeta y ‘performer’ Nahui Olin, una mujer de sensualidad y temperamento expansivo. Nacida en México en 1893, vivió en el París de los primeros años del siglo XX, donde conoció a Georges Braque, Henri Matisse o Pablo Picasso. Tras su paso por San Sebastián, regresa al México pre-revolucionario, donde se convierte en una de las primeras mujeres en convertir el desnudo en propuesta estética y transgresora: arte conceptual con un siglo de ventaja.
Un volumen de relatos se apunta entre los imprescindibles de este verano:Canciones para el incendio (Alfaguara), de Juan Gabriel Vásquez. Está escrito con elegancia, gusto y coherencia. Todos los relatos están unidos entre sí por un tema: la memoria y sus mecanismos falibles, aquello que se recuerda o se olvida con una intención detrás de la cual se revela un poso político. Aunque Vásquez esté hablando de una mujer que se deja retratar llorando ante una cámara, alude a algo más complejo y oscuro que guarda relación con la naturaleza humana y ese sentido irreparable que acompaña determinados episodios de nuestras vidas.
En el apartado relato también entra en un ranking de lecturas Lucia Berlin (1936-2004), una escritora norteamericana silenciada y apartada por el mundo literario y que con su Manual para mujeres de la limpieza (Alfaguara) deslumbró a lectores, editores y críticos. Este otoño el sello Alfaguara rescató un nuevo volumen de inéditos Una noche en el paraíso, una colección de 21 relatos inéditos en castellano y que forman parte de los cuentos no incluidos en la antología de la norteamericana publicada en 2015, más de diez años después de su muerte.
Errata Natura y Periférica vuelven con una edición conjunta y de una autora potente que consiguió reinventar el registro de la memoria arrojándolo a la ironía y la hilaridad como caminos para adentrarse en la tragedia. Se trata de la estadounidense Mary Karr (Texas, 1955), de la que se publica Iluminada, un libro en el que escarba en sí misma al tiempo que abre una ventana al mundo. Alcoholismo, soledad, depresión, maternidad, la enfermedad de los padres, la pena, el sacrificio… todo junto como un artefacto explosivo y atronador, aunque mucho menos vitalista y rompedor que El club de los mentirosos (también editado por Errata Naturae & Periférica).
En el apartado No Ficción, tres libros sobresalen con respecto al resto. El primero, la biografía de Magallanes escrita por Stefan Zweig y que el sello Capitán Swing recupera en ocasión del quinto centenario de la vuelta al mundo. En estas páginas, Zweig narra la experiencia de Magallanes como una novela de aventuras. Aunque en ocasiones un tanto hagiográfica con el portugués, esta biografía se convierte en fascinante gracias a la reconstrucción de la hazaña que Magallanes acomete: comandar cinco barcos, con una tripulación de 265 hombres, motines, frío, hambre, rivalidad, errores cartográficos… Un libro del cual resulta difícil despegarse y que dura en las manos, paradójicamente, lo que dura un vuelo trasatlántico.
Dos ensayos más embellecerán, sin duda las lecturas de estos meses: Un verano con Homero (Taurus), una mezcla de ensayo/novela/reportaje en el que escritor y aventurero Sylvain Tesson revisita la Guerra de Troya y sigue los pasos a Ulises en su interminable viaje de regreso a Ítaca. A ese se suma Historia del silencio (Acantilado), en cuyas páginas el historiador francés Alain Corbin describe el papel y el significado del silencio como mecanismo de fortaleza interior donde los grandes escritores, pensadores, eruditos y creyentes se han recogido durante siglos.
Círculo de Tiza se ha destacado esta primavera con un libro magnífico, de prosa fibrosa y feroz. Se trata de Gente que se fue, un conjunto de relatos del escritor y periodista David Gistau que el sello capitaneado por Eva Serrano ha incorporado a catálogo y que sirven al lector para seguir la pista del columnista al que el periódico comienza a quedarle estrecho un domingo sí y el otro también. Sus personajes boxean, se dejan partir la ceja o acunan al bebé de una stripper en el asiento de un Jaguar que no saben conducir. Los cretinos y las prostitutas salen hasta debajo de las piedras y la melancolía se corta con cocaína sobre billeteras tan lisas como el anillo de un obispo. Un pelotón de gente que, de tan rota, enternece.