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Pedro Sánchez llega a la sesión de investidura con las relaciones casi rotas con Podemos

Las filtraciones de las propuestas de ambas partes dificultan que las negociaciones para formar Gobierno lleguen a buen puerto a escasas horas de la sesión de investidura

España se asoma a un nuevo bloqueo político con otra investidura fallida. Horas antes de la segunda votación Pedro Sánchez no tiene garantizada su elección como presidente del Gobierno. Las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos sobre el reparto de carteras en un nuevo Ejecutivo saltaron este miércoles por los aires. Las elecciones generales parecen cada vez más cerca después de un día insólito, en el que en lugar de avanzar hacia un acuerdo se profundizó en las diferencias.

El desencuentro es de tal envergadura que los socialistas hicieron pública la extensa lista de competencias que les reclama Podemos y que se traducen en una vicepresidencia, tres ministerios de los actuales y dos de nueva creación. Fue la propuesta «inicial» de esta formación. Según fuentes del Gobierno: «Sus exigencias tal cual».

Y después, tras haber mantenido en los últimos días un silencio sepulcral, Moncloa filtró también el contenido de la oferta que han hecho a Podemos: una vicepresidencia de Asuntos Sociales para Irene Montero «tal y como exigían ellos», con competencias en Bienestar SocialDependencia y Pobreza Infantil, y tres Ministerios, de Vivienda y Economía Social, de Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo y de Igualdad.

Aunque queda un pequeñísimo margen de horas y algunos optimistas aún no lo dan por perdido, todo empeoró de forma sustancial. El pleno del Congreso se reanuda a las 13.30 horas y la votación se producirá a partir de las 14.25. Hasta ese momento disponen de tiempo para alcanzar un pacto. Pero han fracasado, uno tras otro, todos los intentos. Ni la intervención directa de Sánchez y Pablo Iglesias lograron encauzarlo. Al contrario, todo se enfangó aún más.

UNA MAÑANA CON CONATO DE CHOQUE

El primer conato se produjo por la mañana. Carmen Calvo en representación del PSOE y Pablo Echenique, de Unidas Podemos, estuvieron reunidos en el Congreso de los Diputados. La cita fracasó porque, según la formación morada, «no estaba habiendo apenas avances en las propuestas que hace el PSOE». «No hay novedades» y «nosotros no queremos entrar en el Gobierno a cualquier precio», mantenían. Los morados aseguran que Sánchez «no está dispuesto a compartir ninguna competencia social».

Según explicaban, el PSOE insistía en una vicepresidencia social sin más contenido de las que dependerían dos Ministerios: Vivienda y Infancia y Juventud. Esta información fue totalmente desmentida después por el PSOE, cuando dio a conocer el alcance de su propuesta.

Enfrascados en este punto, Echenique abandonó la reunión a las 13.30 horas. Ninguno de los partidos informó sobre donde se celebraba el encuentro. EL MUNDO confirmó que se produjo en el Congreso en el edificio de enfrente del hemiciclo. Vicepresidencia no ratificó la reunión hasta las 11.50 horas pero Calvo estaba allí desde prácticamente las 10 de la mañana. Cuando Echenique se marchó, según comprobó este periódico, acompañado por Ione Belarra y su asistente personal, su malestar era patente.

Veinte minutos después, a las 13.50 horas, salía Carmen Calvo del edificio también con semblante serio y se subía en uno de los coches que llevaban casi cuatro horas allí aparcados. Podemos mantenía que se habían dado un «receso para comer». Pero muy poco después un mensaje del PSOE puntualizaba que no era un «receso». «Han parado porque hay que concluir en una dirección o en otra». Y sentenciaban: «No hay más». En referencia a que el PSOE no tenía intención de mejorar su propuesta.

«LA EJECUTIVA LO APOYA»

Calvo y Echenique no volvieron a verse físicamente pero por la tarde hablaron tres veces por teléfono. Después Pedro Sánchez llamó personalmente a Pablo Iglesias. En el PSOE, según señalan fuentes del partido, hay una corriente muy favorable al acuerdo. «Buena parte de la Ejecutiva lo apoya«, indican.

En la conversación Sánchez, según la versión de Podemos, confirmó a Iglesias que no estaba dispuesto a ofrecer competencias ni en Trabajo, ni en Hacienda, ni en Transición ecológica, ni en Igualdad. Y le trasladó que era «su última palabra». El PSOE explicó entonces que «la oferta hecha a Unidas Podemos es una buena oferta». En ese punto aún no habían desvelado ni todo lo que les había pedido Podemos ni lo que ellos le habían planteado. Fue posteriormente cuando revelaron que esa propuesta final era la Vicepresidencia de Asuntos Sociales y los tres Ministerios. Y que eso era lo que Iglesias había rechazado.

Aunque fuentes del Gobierno indicaban que esta fuerza política «debe rectificar y entrar en razón» para cerrar un Ejecutivo de coalición y salvar la investidura, la guerra por quién tiene la culpa en la ruptura comenzó a librarse. Durante unos minutos se especuló con una entrevista de Sánchez en Telecinco. La cadena llegó a anunciarlo. Pero rectificó después. Finalmente será mañana.

Probablemente con el presidente sin haber logrado la confianza del Congreso, con el país en funciones y las relaciones entre PSOE y Podemos dinamitadas para un segundo intento después del verano. Previsiblemente los de Iglesias votarán hoy que no. En las redes empezaron su batalla: «#PedroNoQuiere».

 

 

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