Cultura y Artes

Cinco libros para conocer a Ian McEwan

Lecturas básicas para comprender al autor británico.

Ian McEwan no tiene un ritual extraordinario para escribir. Al igual que muchos autores, el escritor británico va escribiendo párrafos que eventualmente podrían convertirse en una historia en cuadernos que acumula a lo largo de su casa. Después se sienta frente a su computadora y, basándose en alguna de las líneas que hayan llamado su atención, comienza a escribir. McEwan, teclea conforme las ideas van surgiendo en su mente. Siempre confiando en la libertad propia de las historias.

“Me gusta la naturaleza especial y privilegiada de la prosa que aún no se ha impreso, atrapada en un espacio especial que asemeja a un pensamiento privado o un secreto”, confesó el autor en entrevista con la página inglesa Five Books. McEwan, nacido en Aldershot, Hampshire en 1948 pero criado en Alemania, Singapur y algunos territorios de África del Norte gracias al trabajo de su padre, inicio su carrera como escritor en 1975, cinco años después de obtener una maestría en literatura por la Universidad de East Anglia en Norwich, Inglaterra.

Sus libros de cuentos Primer amor, últimos ritos y Entre las sábanas obtuvieron el aclamo de la crítica local, lo que motivó la publicación de sus primeras novelas: The Cement Garden de 1978 y El placer del viajero de 1981, dos textos cuya naturaleza oscura lo hizo acreedor al apodo “Ian Macabro”, un curioso juego de palabras derivado de su nombre y el sensación que desataban sus historias. A pesar de contar con más de diez años en el mundo de la literatura inglesa, el éxito llegó con su tercera novela Niños en el tiempo, ganadora del premio Whitbread de Novela en 1987.

Desde entonces, McEwan, convertido en uno de los autores más importantes de la literatura británica, ha publicado once novelas más, seis de ellas llevadas al cine con éxito, dos libros infantiles y una colección de cuentos. El novelista, considerado por el rotativo inglés The Times como uno de los mejores 50 escritores británicos en los últimos setenta años, también ha trabajado en artes más allá de los libros, colaborando en cuatro guiones cinematográficos y el libreto de la ópera For You, que contó con la música del afamado compositor Michael Berkeley.

En su cumpleaños setenta, McEwan está más que activo, presentando una novela corta inspirada en su cuento My Purple Scented Novel –publicado originalmente en The New Yorker– y trabajando en la adaptación televisiva de su libro Operación Dulce.

Aquí están los cinco mejores libros de Ian McEwan:

Niños en el tiempo (1987)

La tranquila y ordinaria vida de Stephen Lewis, un renombrado autor de libros infantiles, cambia drásticamente después de que su pequeña hija, Kate, es secuestrada durante una visita al supermercado. A partir de ese suceso, McEwan detalla una odisea guiada por la ausencia y el dolor, retratando la crisis matrimonial que explota la desaparición de la hija más pequeña de Lewis y el significado de ser padres en un futuro convulso, donde la sociedad inglesa se acerca peligrosamente a una guerra nuclear y un thatcherismo asfixiante.

El texto, publicado originalmente bajo el título The Child in Time, se convirtió rápidamente en un relativo éxito en ventas y crítica. Christopher Hitchens, renombrado escritor y amigo personal de McEwan, describió en 2001 a Niños en el tiempo como la obra maestra del autor británico.

Amsterdam (1998)

Después del éxito de Niños en el tiempo, McEwan incursionó en diferentes géneros literarios que atraparon su atención. Escribió El inocente, un drama de espionaje publicado en 1990; Los perros negros, novela que transparentaba la textura ideológica del siglo XX tras el fin de la Segunda Guerra Mundial; The Daydreamer, un libro infantil presentado en 1994 y su popular novela Amor perdurable, texto de 1997 en el que el escritor planteaba un thriller sobre la naturaleza misma del amor y su importancia entre la racionalidad y la locura. Sin embargo, ninguno de estos títulos tendría tanta importancia en la carrera de McEwan como Amsterdam, publicada en 1998.

En el libro de 200 páginas se cuenta la historia de un grupo de personas completamente diferentes -un músico famoso, el director de uno de los diarios más importantes de la Gran Bretaña, un poderoso millonario y un político de derecha candidato a primer ministro- que se encuentran durante los funerales de Molly Lane, amiga en común de los cuatro, recientemente fallecida tras luchar contra una terrible enfermedad cerebral. Lo que debería ser un tranquilo funeral se convierte en el inicio de un debate por la moralidad y el precio de mantenerla intacta en el Reino Unido de finales de los noventa.

Amsterdam, publicada en español por Editorial Anagrama, fue reconocida con el premio Man Booker de Ficción, uno de los premios de literarios más prestigiosos de habla ingelesa, en 1998. Durante la entrega del reconocimiento el político conservador Douglas Hurd describió a la novela como “un examen sardónico y sabio de la moral y la cultura de nuestro tiempo”.

Expiación (2001)

El reconocimiento volvería a McEwan en 2001 con la publicación de su siguiente novela, Expiación (Atonement, por su título en inglés), un ejercicio de metaficción desarrollado a lo largo de tres periodos de tiempo.

Briony Tallis, una joven adolescente con espíritu de escritora, cambia el curso de las vidas de muchas personas al acusar a Robbie Turner, el brillante hijo de la criada, protegido de la familia Tallis y amante de su hermana mayor Cecilia, de un crimen que no cometió. Tras la acusación, el juego narrativo creado por McEwan a lo largo de 440 páginas, abarca tres diferentes historias con un resultado sorprendente: un amor imposible, una dura narración de la Segunda Guerra Mundial y una novela dentro de la novela escrita por uno de los personajes principales.

Al aclamo del libro, nominado al Booker Prize y considerado por la revista TIME como una de las cien mejores novelas en inglés del último siglo, le siguió una potente adaptación cinematográfica homónima dirigida por Joe Wright y protagonizada por Keira KnightleyJames McAvoy y la joven Saoirse Ronan, quien consiguió una nominación al Oscar por su trabajo como la menor de las hermanas Tallis.

Sábado (2005)

Sábado 15 de febrero de 2003. Una manifestación contra la inminente guerra de Irak toma las calles de Fitzrovia, barrio en el centro de Londres donde vive el neurocirujano Henry Perowne, su esposa Rosalind y su hijo Theo. Aunque el día parecería estar destinado a la cotidianidad, salvo por el aterrizaje forzoso de un avión que ha iluminado el tranquilo cielo en la pasada madrugada y el esperado arribo de Daisy, única hija del matrimonio, las condiciones cambiarán después de que Perowne se vea involucrado en un accidente automovilístico.

Después de una ausencia de cuatro años, McEwan regresó a los aparadores de las librerías con Sábado, libro reconocido con el premio James Tait Black Memorial en 2005. En la obra el escritor inglés explora la violencia dentro de la cotidianidad, obligando a sus personajes a seguir sus vidas después de ser dramáticamente alteradas por un evento imprevisto.

La novela, reconocida como uno de los primeros trabajos enfocados en la sociedad después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, permaneció cuatro semanas en la lista de más vendidos de The New York Times, además de recibir buenos comentarios por parte de The GuardianThe ObserverThe Times y The Washington Post.

La ley del menor (2014)

Después de Saturday, McEwan se dio el lujo de escribir lo que a él le interesaba. Regresó al drama temporal en Chesil Beach, donde dibuja a una joven pareja recién casada antes de la llegada de la revolución sexual de los años sesenta a Inglaterra; publicó la sátira Solar, enfocada en la vida de un físico ganador del Premio Nobel que comienza a obsesionarse con encontrar una solución para el cambio climático basada en la energía solar, tras encontrarse en un punto crítico en su vida social; se reencontró con la novela negra en Operación Dulce y debutó en el drama legal con La ley del menor, un exquisito trabajo sobre las relaciones de pareja, el compromiso con el trabajo y el peso de la moral en el sistema judicial inglés.

Fiona Maye, es una de las juezas especializadas en derecho familiar más reconocidas del Tribunal Superior. Sin embargo, para llegar a ese prestigioso lugar, Fiona ha tenido que dejar atrás sus ideas de formar una familia con su esposo Jack, quien abandona su casa después de encontrarse con la negativa tras haberle pedido a su esposa que le permitiera tener una aventura. Al borde del divorcio, Fiona decide centrar toda su atención en el caso de Adam Henry, un adolescente mentalmente maduro enfermo de leucemia, que ha rechazado todas las transfusiones de sangre que le han ofrecido por ir en contra de su religión. En el camino a su veredicto final, la jueza comienza a relacionarse cada vez más con el joven, al mismo tiempo que se debate el futuro de su relación.

The Children Act, como se le tituló en países anglosajones, también recibió buenas reseñas por parte de la crítica internacional. Kate Kellaway de The Guardian nombró al libro como uno de los mejores trabajos de McEwan en años, Santiago Roncagliolo reconoció en El País que el autor inglés retenía el título de “gran explorador de nuestros miedos”  y en estas páginas, María Teresa Hernández describió al autor como una pluma mordaz. “Recurre a la sutileza y la elegancia que podría esbozar un personaje de películas de James Ivory, o de Downton Abbey, para mostrar que la ley, la culpa y la razón también pueden despedazar”, publicó Hernández en Gatopardo.

 

 

 

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