«Llegan menos, se quedan poco y gastan el mínimo», el turismo se estanca en Cuba
Los cinco principales países europeos que envían turistas a la Isla parecen haber perdido el entusiasmo
En una de las más céntricas arterias de la ciudad colonial de Trinidad, Marcia y Luis tienen una casa de renta para turistas que incluye una tienda de artesanías y un punto de encuentro de extranjeros que vienen buscando guías que le enseñen la «cara oculta de la Villa», una de las mejor conservadas de la Isla. Pero desde hace medio año el negocio no levanta cabeza.
«Empezamos a notar la caída a finales del año pasado pero pensamos que era algo temporal y que mejoraría con la llegada de febrero y marzo, cuando normalmente tenemos muchos huéspedes», cuenta Marcia a 14ymedio. «Pero en lugar de eso todo siguió cayendo y ahora estamos teniendo pérdidas y pagando la licencia con lo que teníamos guardado porque están llegando pocos clientes y los que vienen gastan muy poco».
Datos recién publicados por la Oficina Nacional de estadísticas confirman esa percepción. Los cinco principales países europeos que envían turistas a la Isla parecen haber perdido el entusiasmo. Los viajeros de Francia, Alemania, Inglaterra, España e Italia disminuyeron a lo largo de 2018 en cantidades que van desde un 10 a un 25% menos que el año anterior.
En la sala de la residencia colonial hay una zona para la venta de artesanías, dibujos a plumilla, prendas de ropa tradicional y adornos para colgar en el refrigerador. «Hace dos años esta sala estaba llena de gente todo el día», recuerda Luis. «Pero hemos perdido al cliente que más compraba y que más propinas dejaba que era el que no venía con un paquete oficial, ahora llegan en un ómnibus pasan media hora en la ciudad y se van».
«Empezamos a notar la caída a finales del año pasado pero pensamos que era algo temporal y que mejoraría con la llegada de febrero y marzo, cuando normalmente tenemos muchos huéspedes»
A pocos metros, en la paladar Sol y Son el panorama no es muy diferente. «Pasamos de tener cola en la entrada a tener que ir a cazar los clientes en otros lugares», confiesa un joven empleado de camisa blanca y menú en la mano para atraer comensales.
El joven cree que la causa es «un cambio en el tipo de turismo, ahora llegan más gente con paquetes de todo incluido y menos turistas independientes, pero lo peor es la caída en la cantidad de yumas «. Acostumbrados a pagar en su país como mínimo el 10% del consumo en propinas, los norteamericanos ayudaron a crear, desde finales de 2014 y con el deshielo diplomático, la idea de que por cada factura pagada había un apetitoso tip.
Sin embargo, clientes de otras latitudes no tienen la misma costumbre, algo que se resiente en la actividad turística privada, obligada a cubrir altos impuestos, el monto de las licencias y el pago que muchas veces deben hacer por debajo de la mesa a inspectores estatales para que se hagan de la vista gorda.
A casi 500 kilómetros de allí otro de los epicentros turísticos del país también se resiente con la caída del turismo estadounidense y europeo. En Viñales, para estas fechas de septiembre «teníamos que ir pidiendo permiso para pasar por las calles«, cuenta Guillermo Luaces, quien junto a su esposa renta dos habitaciones dentro de su casa «a la sombra de los mogotes», aclara.
Luaces describe un panorama preocupante. «Llegan menos, se quedan poco y gastan el mínimo». La combinación ha sido fatal para la economía de los emprendedores locales que deben pagar elevadas tarifas por licencias, impuestos sobre ingresos personales y otros importes derivados de estar ubicados en una zona altamente turística.
Sin embargo, Luaces muestra su reticencia a bajar los precios para atraer más huéspedes. «Estamos en el mínimo de lo que podemos cobrar para que esto valga la pena, en mi casa pedimos 35 CUC por una noche con desayuno incluido, bajarlo sería tener pérdidas», precisa. «Entre los gastos de electricidad, los impuestos y el costo de los productos para el desayuno, nos queda muy poco de ganancia».
«Estamos en el mínimo de lo que podemos cobrar para que esto valga la pena, en mi casa pedimos 35 CUC por una noche con desayuno incluido, bajarlo sería tener pérdidas»
Varios trabajadores por cuenta propia de la zona consultados por 14ymedio achacan la caída turística a varias razones. Las nuevas regulaciones impuestas por la administración de Donald Trump a los viajes de estadounidenses en la Isla encabezan la lista, pero otros factores internos podrían estar contribuyendo también al estancamiento de las cifras del sector.
«Los clientes dicen que Cuba es un país muy caro para hacer turismo y que con el dinero que gastan aquí se pasan más tiempo en República Dominicana o en Cancún, con mayores comodidades», reconoce Reyna, una cocinera que labora en una paladar privada a pocos metros del parque principal de Viñales. «Se quejan de los servicios en general y de que todo cuesta mucho».
En La Habana, el puerto principal al que arribaban los cruceros, la actual situación afecta a miles de emprendedores que basaron sus negocios en la llegada de un turismo más dispuesto a gastar en las pequeñas cosas. A pocos metros de la Terminal de Cruceros Sierra Maestra, una cafetería oferta bebidas y platos para picar, la mayoría con nombres en inglés.
«Nuestro cliente principal es el que llega en un barco y aunque allí lo tenga todo incluido quiere probar algún plato local, así que tenemos combos pequeños acompañados de cócteles», explica Dayron, uno de los jóvenes empleados del local. «Pero en las últimas semanas hemos tenido que cambiar el concepto y tratar de atraer a más clientes nacionales porque el turismo ha caído».
El cambio se nota en las ofertas. «Si antes ofrecíamos un daiquirí y algo para picar como tostones rellenos, ahora lo que más estamos vendiendo es cerveza y bocaditos que es lo que consume el usuario nacional», detalla. «Hay que tratar de sobrevivir hasta que los yumas regresen, pero que no se demoren mucho que hay negocios aquí que están en números rojos».