Visión 2030: la alianza Alemania-América Latina
El nuevo posicionamiento estratégico de la bancada parlamentaria CDU/CSU para Latinoamérica tiene como base la profundización del vínculo, la búsqueda de caminos comunes para preservar la democracia y fortalecer las instituciones y el comercio.
Visión 2030: una alianza para el futuro es la declaración estratégica de la Unión Demócrata Cristiana Alemana y la Unión Social Cristiana de Baviera con relación a América Latina. Un documento novedoso e interesante que muestra el interés de la principal fracción legislativa del Parlamento alemán en estrechar los lazos con la región que más comparte sus valores.
Ante las tensiones entre democracia y autocracia, libre comercio y proteccionismo, multilateralismo y unilateralismo aparece en primer plano la necesidad de consolidar un Estado de derecho funcional, que en todas sus actuaciones enaltezca el imperio de la ley y que tenga como bandera principal la igualdad sustantiva de las personas ante leyes que garanticen por igual amplias libertades, paz duradera, bienestar social y estabilidad política y económica.
Para la bancada de la CDU/CSU en el Budestag alemán la existencia de normas compartidas es un principio fundamental para forjar un sistema amplio de garantías y protección de los derechos humanos, sin excepción ni distingos, con atención prioritaria al fortalecimiento de las instituciones de defensa y promoción de los derechos de sectores vulnerables como las mujeres, y las comunidades y los pueblos indígenas.
Visión 2030 es un importante reposicionamiento en las relaciones entre Alemania y América Latina, con una visión renovada de los retos continentales, los desafíos mundiales y una propuesta de agenda de cooperación en los ámbitos bilateral, multilateral y global. El punto de partida es la necesidad de consolidar un Estado de derecho que funcione y que sea capaz de imponerse a todos los actores políticos, económicos y sociales, como pilar para consolidar la gobernanza democrática.
Un sistema democrático vigoroso demanda la existencia de un sistema de partidos competitivo, que permita superar las tentaciones autoritarias concentradoras del poder y la fragmentación del voto. Los partidos deben adecuar sus estructuras, programas y métodos para hacer frente a la crisis de confianza y representatividad, y convertirse en actores centrales del proceso político, garantes de la estabilidad, defensores de valores libertarios y democráticos y promotores del involucramiento de la ciudadanía en los procesos políticos.
Al interior de los poderes estatales deben combatirse las prácticas del nepotismo y la corrupción. La garantía de no impunidad es terminante para que imperen las normas y se sancione con eficacia cualquier vulneración de estas. Los poderes legislativos deben reforzar su función de representación y control, e incentivar la calidad del trabajo de los representantes populares. Los poderes judiciales deben concretar la aspiración de una justicia igual para todos. La unión virtuosa de democracia e imperio de la ley lleva al Estado democrático de derecho.
Las instituciones de seguridad, únicas competentes para ejercer coacción a nombre del Estado, se enfrentan al reto de su fortalecimiento institucional para hacer valer las normas que conllevan libertad, paz, bienestar social y estabilidad económica. El terrorismo y la delincuencia organizada amenazan la integridad de nuestras naciones y demandan una mejor comprensión de las cuestiones de seguridad, así como el desarrollo de capacidades de las fuerzas del orden y la conducción democrática de fuerzas armadas al servicio de la soberanía, la democracia y la paz. La recuperación de la confianza y la credibilidad en las instituciones estatales es crucial para contar con una región cada vez más estable y pacífica.
La vitalidad de las instituciones públicas y la prosperidad de nuestras sociedades debe complementarse con un modelo económico basado en los postulados de la economía social de mercado, consistente con el objetivo de lograr un crecimiento económico alto y sostenible, con una economía diversificada y la promoción del libre comercio ante los afanes proteccionistas.
Un aspecto crucial en la agenda de la CDU/CSU es la promoción de una economía basada en reglas, promotora de mercados abiertos y fundamentada en el uso responsable de los recursos, sustentada en un modelo regulatorio democrático y justo. Una política fiscal basada en la simplificación y la progresividad permite hacer frente tanto a la evasión como a la creciente desigualdad. La distribución más justa del ingreso y la fortaleza del sector primario son pilares de la prosperidad económica.
El desarrollo sustentable de las cadenas de valor en los sectores de materias primas agrícolas y extractivas, la consolidación de una sociedad nacional de la industria y los servicios y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible son altas prioridades para que las generaciones futuras accedan a importantes recursos para su desarrollo.
En lo exterior, la prosperidad se sustenta en el libre comercio, los mercados abiertos y la defensa de la propiedad intelectual; en lo interior, el desarrollo se fortalece con inversiones permanentes en infraestructura, la modernización de los sectores económicos y la transferencia de tecnología y conocimientos para promover la innovación y el crecimiento.
La mejora de la calidad de vida de las personas es un imperativo del desarrollo económico y un objetivo central de la política social. La cohesión de nuestras sociedades se afianza con el fortalecimiento del capital social, basado en redes de confianza, en la participación de las comunidades en su propio desarrollo y en el acceso a bienes públicos de calidad para amplios sectores de la población.
La educación y la salud son pilares de la transformación social e instrumentos para el desarrollo pacífico e incluyente. Los servicios sociales no deben condicionarse a la situación laboral de las personas, sus fines deben ser universales y sus efectos deben sentirse en todas las comunidades. La pervivencia de sectores excluidos y vulnerables como los de las mujeres y los indígenas es contraria a la igualdad esencial de las personas y atenta contra los derechos fundamentales. El acceso a bienes públicos es una condición necesaria para luchar contra la exclusión, la marginación y la pobreza. La reducción de la pobreza extrema y la vulnerabilidad son imperativos para lograr una sociedad sustentable, abierta, libre, cohesionada y próspera.
La ciencia y la investigación son bases de la transformación social, instrumentos para la formación de élites en el diálogo y para abatir las brechas digitales que definen a nuestras sociedades. El desarrollo inclusivo, en la era de las noticias falsas y del predominio de Internet, es un medio privilegiado de libertad y una apuesta por un futuro en el que la segregación sea la excepción, y las normas que promueven las libertades, la paz, la inclusión el bienestar y la estabilidad sean la regla.
II
Desde la mirada del posicionamiento estratégico de la CDU/CSU en Alemania, la región tiene muchos desafíos y en ese sentido es necesaria una alianza para el futuro.
Visión 2030: una alianza para el futuro es la declaración estratégica de la Unión Demócrata Cristiana Alemana y la Unión Social Cristiana de Baviera con relación a América Latina. El documento, con base en un diagnóstico fiel del cambiante entorno mundial, propone una agenda de política exterior para lograr una región que sea la más democrática del mundo y una de las más prósperas y pacíficas.
Los cambios que se han suscitado en décadas recientes han transformado la dinámica internacional, con un nuevo orden multipolar, en el que a futuro no se vislumbra el predominio de una sola potencia global.
A la par de que se desarrollan múltiples ejes y polos de desarrollo a nivel regional, también surgen nuevas tensiones entre tendencias opuestas: apertura comercial y libre comercio contra proteccionismo y cierre de fronteras; democracia y Estado de derecho contra autoritarismo y nuevos populismos de izquierda y de derecha; multilateralismo y multipolaridad contra unilateralismo e imposición hegemónica de una agenda global. Ante los nuevos escenarios que se vislumbran en el orden mundial, Visión 2030 señala con claridad una agenda para América Latina que tiene como objetivo principal concretar un orden internacional basado en normas y en el fortalecimiento de políticas de desarrollo que traigan paz, bienestar y estabilidad a la región y al mundo.
La bancada de la CDU/CSU sostiene que un orden internacional basado en normas ha sido la base para la estabilidad política, el crecimiento económico y la prosperidad social; de ahí el interés compartido que tienen muchas naciones de América Latina y el Caribe con Alemania y la Unión Europea. La relación entre nuestras naciones ha sido históricamente fructífera, pero es necesario trabajar conjuntamente en alianzas, pensar en términos compartidos y consolidar un sistema internacional basado en la responsabilidad y el fortalecimiento de los organismos supranacionales.
Se debe adoptar una agenda global que rebase la capacidad de cualquier nación, con temas de impacto mundial como las migraciones, el cambio climático, los avances digitales, el fortalecimiento del Estado de derecho, la promoción del libre comercio, la expansión de la cooperación en materia cultural y la lucha contra la criminalidad.
La crisis de Venezuela y la creciente influencia de China y Rusia en la región plantean amenazas a los derechos humanos y promueven un modelo de creciente dependencia económica y política; contra estas tendencias, se debe apostar por un modelo de interdependencia respetuoso de la democracia y la justicia, que consolide la expansión de nuestras relaciones, así como un modelo de desarrollo económico basado en la generación de valores más altos en cada país de la región. La cooperación con países como China, con un modelo alternativo de capitalismo de Estado, debe basarse en el cumplimiento de normas de seguridad laboral, medioambiental y social, con respeto a la propiedad intelectual.
El crecimiento de la economía y el comercio son parte de una agenda global de libertad. Los mecanismos de cooperación globales deben intensificarse y fortalecerse. Se necesitan nuevos acuerdos de libre comercio justos y favorables para promover el bienestar global. Mecanismos regionales como el Mercosur y la Alianza del Pacífico deben complementarse con nuevas alianzas, proyectos de cooperación y acuerdos, así como con el Programa de Promoción del Comercio Exterior que conlleva inversiones crecientes de empresas alemanas en los mercados latinoamericanos. En todos los casos, el punto central de la cooperación es la protección de bienes públicos mundiales como el medioambiente y el clima, y el fortalecimiento de la gobernabilidad y el Estado de derecho.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es un pilar para lograr la sostenibilidad ecológica, fortalecer la cohesión de las sociedades y promover un desarrollo próspero e incluyente. Mecanismos globales como el Acuerdo de París de 2015 y programas como el de Reducción de Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación de los Bosques y el Papel de la Conservación son de vital importancia para hacer frente al cambio climático y transformar el sector energético. La seguridad alimentaria es una preocupación compartida, ya que América Latina puede contribuir de manera importante al suministro de alimentos, con base en la cooperación en agroecología y tecnologías del futuro.
La sociedad civil y organizaciones de la Iglesia como Misereor, Caritas, Pan para el Mundo o Adveniat son vitales para estrechar los vínculos entre las Américas y Europa. El compromiso e iniciativas de la sociedad civil, como los programas de voluntariado y los proyectos de asociación, además de estrechar los vínculos de hermanamiento, son parte de un modelo de sociedad abierta, ante los intentos de desacreditar a las democracias liberales.
La violencia en la región no puede enfrentarse de forma aislada, Visión 2030 establece un compromiso de la CDU/CSU para desarrollar acciones conjuntas para mejorar la calidad de vida de las personas. Actualmente las estructuras de cooperación para lograr la estabilidad regional son débiles; de ahí que el objetivo sea apoyar la cooperación y la integración regional en América Latina con procesos de cooperación conjuntos que fomenten la confianza entre las naciones.
Los países de América Latina se enfrentan al reto de incrementar la participación de sus fuerzas armadas en misiones de paz regionales e internacionales, para lo que se requiere un mayor compromiso regional. Europa ha establecido los principios del trabajo policial que pueden ser guía para la cooperación entre las naciones; Alemania ha desarrollado un modelo de conducción democrática de las fuerzas armadas y asume el compromiso de apoyar el desarrollo de capacidades de las fuerzas de seguridad latinoamericanas.
En el ámbito de la migración se debe hacer frente a una crisis de dimensiones mundiales a partir de defender las normas internacionales que permitan ordenar y canalizar la huida de los países, bajo la orientación compartida de la visión judeocristiana del ser humano y del derecho internacional de los refugiados.
Visión 2030 compromete a Alemania para apoyar iniciativas regionales y multilaterales como la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la OEA, así como ofrecer mayor apoyo financiero a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito e intensificar los esfuerzos para eliminar las fuentes y flujos de financiamiento de la delincuencia organizada. Se necesita una actitud más decidida y transfronteriza para combatir estos fenómenos, así como el desarrollo de iniciativas conjuntas para combatir la producción y el tráfico de drogas en aras de reducir de forma considerable el impacto de la violencia y la delincuencia. La bancada de la CDU/CSU está comprometida con garantizar esta ambiciosa agenda para América Latina.