El Grupo Planeta cierra el Círculo de Lectores
La digitalización se ha apoderado de todos los ámbitos de la vida cotidiana de la humanidad. El contexto actual obliga a las empresas y a las personas a vivir en un ambiente en constante transformación. Justamente ese es el argumento del Grupo Planeta para justificar el cierre del Círculo de Lectores.
En específico, el comunicado de la editorial se refiere al “cambio de hábitos en el consumo de los ciudadanos derivados de la fuerte implantación de las nuevas tecnologías”. La denominada Revolución Industrial 4.0 ha modificado de forma radical la economía; la competencia es más feroz que nunca.
Internet imponiendo las pautas
Internet pone las reglas de todo: comercio mundial, comunicación, medios de interacción, estrategias pedagógicas… Por ello, no sorprende que el Círculo de Lectores pasó de contar con más de millón y medio de suscriptores a finales del siglo pasado a alrededor de 300.000 al momento de su clausura.
El fin de un club con más de medio siglo de historia
El Círculo de Lectores fue adquirido por el Grupo Planeta en el año 2010. En ese momento ya habían desarrollado varios proyectos cuya intención era integrarse al comercio electrónico y conseguir el aprovechamiento de las aplicaciones de la era digital. Sin embargo, estas estrategias no funcionaron debido principalmente al imparable avance de gigantes tecnológicos como Amazon.
Poco importó que se tratase de un club de larga data fundado en 1962, sostenerlo durante más tiempo no es rentable. Desde 2016 presentaba un promedio de pérdidas anuales cercanas al 15% por concepto de ventas y en 2018 fue necesaria una ampliación de capital de 6 millones de euros.
Ante la incapacidad de captar nuevos socios, el Grupo Planeta se planteó seriamente un cambio hacia un modelo de negocios más adaptado a los nuevos tiempos. Muchos españoles extrañarán al mayor club de lectura de su país, así como sus múltiples agentes autorizados, catálogos, foros de internet y espacios para sus suscriptores en las librerías.
El mismo burofax que anunciaba el cierre del Círculo de Lectores brinda una tenue luz de esperanza a sus miembros más fieles. En uno de sus párrafos reza “se ha intentado hacer cincuenta mil cosas para mejorar este modelo, pero se ha decidido cerrar la estructura comercial, no cerrar Círculo, para entrar en un proceso de la estructura futura (aún sin estudiar)”.
Entonces, ¿la culpa es de las nuevas generaciones?
Lo más fácil sería pensar que los “cambios en los hábitos de los consumidores” se deben a que las nuevas generaciones leen menos que sus padres. No obstante, al analizar de manera más detallada las razones del cierre de Círculo de Lectores es evidente que la causa fundamental es una deficiencia en las estrategias de marketing y promoción en las plataformas digitales. No se adaptaron a tiempo.
El primer dato evidente es el prejuicio que existe en torno a los denominados millennials (personas nacidas entre 1980 y 1995) y la generación Z (nacidos a partir de 1995). Porque, contrario a la tendencia esperada para unas generaciones estigmatizadas como individualistas y desinteresados, los millennials son lectores voraces.
De hecho, el portal Biz! Republic Magazine (2019) reseñó que solo en los Estados Unidos “un 80% de los adultos jóvenes desde los 18 a los 35 años ha leído un libro en cualquier formato durante el último año, incluido el 72% que ha leído una copia impresa”. La misma fuente indica que los estadounidenses adquieren en promedio de uno a cinco libros al año.
Asimismo, Cerezo (2016) afirma en su publicación La Generación Z y la información que los cambios culturales son muchísimo más veloces en la actualidad. Ya no es una cuestión de décadas. El autor afirma: “Una de las grandes novedades que aporta la actual transformación es su velocidad de expansión, cuyo impacto es inmediato y simultáneo en diferentes puntos del planeta”.
Los círculos de lectores ahora son booktubers
El portal Ecoosfera (2019) describe a la Generación Y (los millennials) como a la primera generación global, gracias a haber crecido familiarizados con el internet y han visto la difusión de la digitalización. Igualmente, la crisis económica mundial y fenómenos como el cambio climático han marcado bastante sus intereses y costumbres.
Por ende, los millennials tienden a mantenerse bien informados sobre diversos temas políticos y ecológicos. Estas circunstancias han impulsado la diversificación de las fuentes de información. Ya no son únicamente los libros, ahora las bibliotecas virtuales, los foros y las publicaciones indexadas en línea son igualmente relevantes.
Además, la opinión de los lectores es crucial, tanto para calificar como para realizar contribuciones que enriquezcan el valor de la información. Por esta razón, los consultores perciben a los booktubers como plataformas muy versátiles e interactivas que reúnen todos los aspectos mencionados.
En el caso del cierre de Círculo de Lectores del Grupo Planeta, las alternativas para evolucionar dentro del mundo digitalizado ya están disponibles. Tal vez en un futuro no muy lejano sea posible un retorno como booktuber o en un modelo de negocios similar que pueda competir dentro de la vertiginosa Revolución Industrial 4.0.