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El oscuro maniqueo editorial del PCC

Mal anda la justicia en Cuba y en cualquier parte del mundo donde, en lugar de jueces imparciales, el gobierno recurra a sucias maniobras editoriales

LAS TUNAS, Cuba. – El pasado miércoles, atacando al ciudadano José Daniel Ferrer García, Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), que es a la vez periódico y papel higiénico de millones de cubanos que no encuentran o que no pueden pagar en los comercios papel de retrete, publicó un nebuloso y maniqueo “editorial” titulado “Nueva campaña de calumnias de EE.UU. contra Cuba”.

Luego de no pocas vacilaciones y desacuerdos, iniciada la contienda en 1868, tras 10 años de batallas, un pacto, una protesta inútil, una tregua, otra guerra que resultó “chiquita”, y la Guerra de Independencia, Cuba fue el último país de América en liberarse del colonialismo español en 1898, durante la guerra hispano-cubano-estadounidense; instaurándose la República de Cuba el 20 de mayo de 1902.

Llamado el período de 1902 a 1958 “pseudo república” por la narrativa castrista, fuera de su régimen, dueño de vidas y haciendas desde el 1ro de enero de 1959 hasta el día de hoy, el castrismo no tolera oposición política en Cuba.

El régimen castrista ha reducido al ciudadano cubano a la mera condición de peón. Considera contrarrevolucionarios asalariados al servicio de los Estados Unidos a los que se le oponen; cuando en realidad son jornaleros de sus miserias los más exaltados “revolucionarios”.

Refiriéndome al texto de Granma, escribí la palabra “editorial” entrecomillada, pues, al carecer de firma ese escrito, técnicamente, los conceptos expuestos no son juicios personales de un periodista de ese diario, sino responsabilidad del periódico y de su patrocinador, el Comité Central del PCC.

Califiqué de nebuloso y maniqueo el “editorial” de Granma ajustándome al significado de esas palabras. Lo nebuloso es sombrío, obscuro, y, en sentido figurado, difícil de entender, falto de lucidez y claridad.

Lo maniqueo guarda relación con el viejísimo apartheid o exclusión de Manes o Maniqueo (215-276); el maniqueísmo sólo admitía dos principios creadores: uno para el bien y el otro para el mal.

Dicho de otro modo: usted no podía ser una persona correcta, justa, prudente, imparcial y crear con su propia cabeza; o usted estaba con Dios o con el Diablo; según el principio de Manes se estaba influenciado por lo divino o por lo diablesco. Y este “editorial” de Granma viene a ser la reiteración del maniqueísmo del año 276 en el siglo XXI.

Según el concepto periodístico universalmente aceptado, un editorial es el análisis y enjuiciamiento de hechos sobresalientes de actualidad y su característica esencial es “resumir la posición doctrinaria o política de cada empresa informativa frente a los hechos de interés colectivo”, dicen Marín y Leñero en Manual de Periodismo, que siempre estuvo sobre la mesa de los editorialistas de Granma.

Pero frente a valores de interés personal y colectivo, de los que el PCC no es poseedor legítimo pese a instituirse albacea y apoderado de absolutamente todos los bienes y derechos de los cubanos mediante el artículo 5 de la Constitución, estableciéndose como “fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado”, el Partido Comunista de Cuba a través de su órgano oficial de información y propaganda, el periódico Granma, al establecer su posición doctrinaria hace apología de daño moral, ni más ni menos, editorializándolo sobre una sociedad cada vez más enferma como la cubana; soez, agresiva; irrespetuosa rampante sobre personas y propiedades, como escandalosamente vemos en comercios o estadios deportivos.

¿Ignora el Comité Central del PCC y su órgano oficial, el periódico Granma que los antecedentes penales de un ciudadano no son públicos sino estrictamente para uso personal y jurisdiccional?

¿Son para el castrismo las constituciones cubanas, desde la de Guáimaro de 1869 hasta la redactada por ellos mismos este 2019 meros trapos de cocina?

¿Cómo es que el PCC, partido que se dice “martiano”, cuando José Martí jamás utilizó el vituperio como instrumento político, con abuso de poder, el de los medios de prensa negados a otros, empleando medios de comunicación masiva pretende humillar a un ciudadano cubano divulgando antecedentes que sólo son de su incumbencia y de los jueces encargados de juzgarlo?

Si el ciudadano cubano José Daniel Ferrer García estuviera siendo instruido de cargos en debido proceso judicial, por un presunto delito común de privación de libertad y lesiones graves según puede entreverse en el obscuro “editorial” de Granma, ya debió contar con asistencia letrada y ya su abogado debió establecer contacto personal con su defendido y acceso al expediente acusatorio para proyectar la defensa ajustada a Derecho y a los hechos.

Pero ese debido proceso judicial al día de hoy no lo han tenido ni José Daniel Ferrer García, ni las demás personas acusadas en su ¿causa?, ni los cientos de miles de cubanas y cubanos enjuiciados en Cuba desde 1959 hasta este día.

Mal anda la justicia en Cuba y en cualquier parte del mundo cuando en lugar de jueces imparciales, el gobierno recurre a obscuros y maniqueos editoriales como este del PCC, para hacer que los ciudadanos miren donde está atrincherado el poder y no donde pernocta la culpa arracimada sobre la inocencia, no importa si cierta o probable, cuando de la vida o la libertad de los seres humanos se trate.

 

 

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