El deslave de Vargas: veinte años de la mayor mortalidad mundial en un alud y una propuesta engavetada
José Ignacio Moreno León, ex-rector de la UNIMET:
El deslave de Vargas (Venezuela, diciembre 1999) representó lo que expertos consideran como el peor desastre natural ocurrido en ese país, después del terremoto de Caracas en 1812, con el mayor número de muertes en el mundo por un alud, estimadas en 30.000. La Cruz Roja Internacional estimó las muertes en 50 mil.
Una importante ayuda logística ofrecida por el gobierno de Estados Unidos en aquel momento fue rechazada por el presidente Hugo Chávez por sugerencia telefónica de Fidel Castro, según una fuente cercana a la conversación.
Si se hubieran realizado las obras que, hace casi 20 años se propusieron en el plan de desarrollo formulado por la Universidad Metropolitana en alianza con la Universidad de Harvard, hoy el Litoral Central del Estado Vargas en Venezuela estaría convertido en un atractivo polo de los circuitos turísticos del Caribe, con excelentes ventajas competitivas.
Hasta la fecha, el plan propuesto a mediados del año 2000, por las referidas universidades como solución integral y visión de largo plazo para reconstruir las devastadas zonas de Vargas, destruidas por los deslaves de diciembre de 1999 que generaron las torrenciales lluvias en esa localidad, permanece engavetado por el gobierno nacional. Y es que este plan, identificado como Reabilitación del Litoral Central de Venezuela, el cual tuvo inicialmente el apoyo oficial, fue luego rechazado y archivado con la excusa de que era preferible no hacer mayores obras en la zona para forzar a los damnificados a retornar a sus lugares de origen en las diversas regiones del país. Inclusive en esos trágicos días surgió el rumor, de una alta fuente oficial, señalando que una importante ayuda logística ofrecida por el gobierno de los Estados Unidos fue rechazada por el presidente Chávez por sugerencia de Fidel Castro, quien le insinuó al Jefe del Estado venezolano que no era políticamente conveniente que ese país participara en la ayuda humanitaria que se requería con urgencia.
El deslave de Vargas representó lo que expertos consideran como el peor desastre natural ocurrido en el país, después del terremoto de 1812 y con el mayor número de víctimas mortales que, según estadísticas mundiales, han sido causadas por un alud de barro. Víctimas que inicialmente la Cruz Roja Internacional estimó en 50 mil, aunque posteriormente se pudo determinar que podrían haber estado en el rango entre 10 mil a 30 mil, ya que muchas fueron arrastradas hacia el mar. Y se considera que para esos días de fines de año la población de ese litoral-balneario se incrementa sustancialmente por visitante temporales.
La tragedia de Vargas comenzó cuando, en las primeras dos semanas de diciembre de 1999, copiosas lluvias cubrieron prácticamente todo el Litoral Central, concentrándose especialmente en la cara hacia el mar del cerro El Ávila. A partir del 15 y hasta el 17 de ese mes se produjeron enormes deslaves provocados por los torrenciales caudales de aguas que bajaban del cerro generando grandes deslizamientos de tierra y rocas, conjuntamente con árboles y gran parte de la capa vegetal de esa montaña. Estudios posteriores determinaron que el deslave provocó el deslizamiento de cerca de 15 millones de metros cúbicos de sedimentos y la destrucción de parte de la vialidad y de gran cantidad de viviendas, edificaciones comerciales, turísticas y hoteleras, con una sensible alteración de los espacios geográficos de la zona y cambios importantes en las cuencas y la topografía del litoral, acumulándose mas de 1000 nuevas hectáreas de zonas ganadas al mar.
Como señalamos al principio, las peores consecuencias del deslave fueron las sensibles pérdidas de vidas humanas, pero además se generó un masivo desplazamiento de pobladores damnificados que tuvieron que ser ubicados de emergencia en varias facilidades de Caracas. Por cierto en el campus de la Universidad Metropolitana alojamos cerca de 40 familias a quienes atendimos durante el fin de año y hasta el mes de febrero cuando fueron reubicadas en locales temporales provistos por las autoridades gubernamentales.
En respuesta a esa tragedia y, haciendo honor al compromiso cívico y la responsabilidad social, valores fundacionales de la Universidad Metropolitana y que siempre impulsamos durante los 14 años de nuestra gestión como Rector de esa casa de estudios superiores, le dimos pleno respaldo al grupo de expertos y académicos de la Maestría de Diseño Urbano de la universidad que formalizaron la alianza con la Escuela de Diseño de Harvard para, en cinco meses de arduos estudios e intensivos talleres, formular el referido Plan para la Rehabilitación de El Litoral Central de Venezuela, en el cual se proponen proyectos específicos para convertir, en un lapso de 10 a 20 años al Litoral Central en un importante centro de atracción turística del Caribe, con la reorientación del desarrollo urbanístico del área más afectada, especialmente Macuto-El Cojo, Camurí Chico, Los Corales, Tanaguarena y Carmen de Úrea. En el Plan se proyecta la ubicación y dimensión de los canales para el control de riesgos, nueva vialidad, parques ecológicos, obras para convertir a Macuto-El Cojo en una moderna Ciudad Balneario, con nuevos desarrollos habitacionales, turísticos y comerciales; un Parque Recreacional y ecológico en Camurí Chico, convertir a Los Corales y Tanaguarena en la “Riviera Caribe”, y desarrollar en Carmen de Úrea un parque similar al de Los Chorros. Todos estos proyectos formulados con justo reconocimiento de la sensibilidad ecológica de la zona a intervenir y apoyados en una racional política de expropiaciones, con garantía de justa indemnización, otorgamiento de concesiones mediante licitación pública, y divulgando los mismos ante las autoridades gubernamentales, comunidades afectadas, cámaras vinculadas, instituciones académicas y cuerpo diplomático para hacer conocer estas iniciativas y facilitar el apoyo técnico y financiero.
El Plan fue validado por un panel de expertos internacionales de Harvard, Columbia, Politécnica de Cataluña y de la Universidad de París. Y el mismo fue galardonado en 2001 con el Premio Nacional de Arquitectura.
A 20 años de la tragedia de Vargas es justo reconocer el valioso aporte profesional de los académicos y arquitectos que participaron activamente en el Plan de Rehabilitación del Litoral Central, entre los que destacan Oscar Grauer, Coordinador del Proyecto y David Gouverner Jefe del Proyecto, ambos para entonces del equipo de la Universidad Metropolitana; y Peter Rower de la Universidad de Harvard. Ese equipo directivo contó con el apoyo de otros reconocidos profesionales del diseño urbano como Graciela Galardón de la UNIMET y Tony Gómez de Harvard.
Desengavetar el Proyecto de Rehabilitación del litoral Central debe ser compromiso de un gobierno sensato, que sepa enfrentar con eficiencia y visión futurista la promoción del modelo de desarrollo no rentista que el país reclama y en el cual el turismo debe cumplir un papel predominante.