El movimiento de protesta contra Salvini, las Sardinas, desembarca en Roma
Un mes después de su nacimiento en Bolonia, concentra decenas de miles de personas en la simbólica plaza de San Giovanni
«Plaza llena; objetivo logrado», han manifestado los organizadores del movimiento las Sardinas, que este sábado se enfrentaban a una importante prueba de fuego con la convocatoria de una gran manifestación popular en Roma, con un lema central «Constitución, antifascismo». No es un movimiento antisistema. Nació contra el populismo, en particular contra la ultraderecha representada por Matteo Salvini. Las sardinas recogen las simpatías de la izquierda y también el aplauso del centro político. Poco después del inicio se cantó «Bella ciao«, y se ha concluido con una frase que resume el espíritu que anima a las sardinas: «Somos los partisanos del 2020». También se cantó el Himno de Mameli, el himno nacional italiano.
Se ha considerado que su gran prueba de madurez era esta manifestación en la plaza de San Giovanni, lugar simbólico de las grandes concentraciones sindicales y políticas, sobre todo de la izquierda. Era su primer mitin nacional. Acudieron decenas de miles de personas, más de 100.000 según los organizadores, cifra que la policía la rebajó a 35.000. En la manifestación no se admitía ningún símbolo, salvo el de la sardina.
Una de las grandes sorpresas de la política italiana en los últimos tiempos ha sido el nacimiento del movimiento de las Sardinas. Todo partió espontáneamente de Bolonia, el pasado 14 de noviembre, con la idea de un investigador universitario de 32 años, Mattia Santori, y tres amigos, ninguno de los cuales se ocupa de política, al menos como profesión. En su página web oficial el movimiento se denomina «6.000 sardinas», porque su objetivo era reunir 6.000 personas en la Plaza Mayor de Bolonia. Los participantes tenía que estar apretados como sardinas en lata para concretar el objetivo de superar el número de personas que podían asistir contemporáneamente al mitin de Matteo Salvini en el Paladozza, cuya capacidad máxima es de 5.570 personas.
Su crecimiento ha sido impresionante. En su página oficial de Facebook cuentan con 234.000 seguidores. Pero son numerosos los grupos que se han formado por todo el país. El movimiento se extendió de inmediato de norte a sur de Italia, con manifestaciones en un centenar de plazas, acabando las concentraciones cantando el «Bella ciao», la canción popular italiana considerada el himno de la resistencia antifascista. Se pretendió dar a la concentración un aire innovador y trasversal, abierta a todo el mundo, pero ha sido evidente el viento de la izquierda. Algunos observadores han comentado que a San Giovanni pareció retornar las manifestaciones de la izquierda radical. Significativa fue la presencia en el palco de la presidenta de la Asociación Nacional de Partisanos Italianos (ANPI), Carla Nespoli, junto al que fue durante decenios médico de la isla de Lampedusa, Piero Bartolo, hoy europarlamentario del Partido Democrático, un testimonio de acogida de la inmigración y del multiculturalismo. Carla Nespoli destacó que la manifestación de las sardinas «supone un gran soplo de esperanza y de compromiso democrático». A su vez, Bartolo resaltó que «hemos encontrado el camino de la humanidad». Por último, el fundador del Movimiento, Mattia Santori, expresó su satisfacción por «haber llenado la plaza; mañana trabajaremos para comprender cuál es el mejor camino con el fin de partir hacia nuevos objetivos«. Los organizadores leyeron unas propuestas dirigidas a los políticos, entre ellas que se elimine la «violencia verbal» en la vida política. Algunas propuestas parecían tener como destinatario al líder de la Liga, Matteo Salvini: «Pretendemos que quien ha sido elegido vaya a las sedes políticas en lugar de hacer campaña electoral permanente, y quien hace el ministro hable en las sedes institucionales». Se pidió además que sean suspendidos los dos decretos sobre seguridad que logró aprobar Matteo Salvini en su etapa de vicepresidente y ministro del Interior.
Hasta ahora las Sardinas no consideraron la posibilidad de convertirse en un partido político. Pero después de esta gran manifestación, el movimiento de las Sardinas deberá decidir si se convierte en un sujeto político o continúa en la forma actual: Ser un estímulo desde la calle para los partidos. Mattía Santori ha destacado en la plaza San Giovanni que ya desde mañana se debe concretar ese futuro. Hasta ahora ha sido muy impreciso: «Nuestro movimiento intenta entender quiénes somos y por qué hay tanta gente que nos sigue. En una segunda fase, quizás después de las elecciones regionales de Emilia-Romaña y de Calabria (ambas se celebran el próximo 26 de enero), intentaremos averiguar si vale la pena tener una estructura diferente».
La atención y curiosidad de todos los medios sobre el movimiento es grande, pero, según una encuesta reciente, el 53 % de los italianos considera que no tiene futuro y terminará desapareciendo al igual que otros muchos movimientos nacidos de la sociedad civil. En el sondeo realizado por el instituto IZI, solo el 28 % de los italianos piensa que las sardinas se transformará en un partido político. Su peso electoral, en caso de presentarse a las elecciones generales, sería hoy del 5,4 %, con un electorado potencial del 7,5 %.