Luis Betancourt Oteyza: Los Traidores
«Lo imposible es el fantasma de los tímidos y
el refugio de los cobardes» Napoleón Bonaparte.
La batalla del pasado 5 de enero por la Directiva de la AN escenificada por el bando Patriota, encabezados y dirigidos por Juan Guaidó, contra el bando de los Traidores y sus cómplices, reclutados de la oposición mediante sobornos promovidos pública y descaradamente en divisas, resultó en una nueva y determinante derrota del régimen, que traerá consecuencias graves e importantes en el plano internacional y, lo más resaltante, en planos nacionales, civiles y militares.
En el ámbito internacional, a pesar del bloqueo informativo que pesa sobre Venezuela, ya hemos visto, y veremos en un futuro cercano, la aplastante condena de aliados conocidos y la crítica severa de nuevos actores que se suponían sensibles al castrochavismo pero que están entendiendo de qué se trata esta farsa cruel que, sin futuro, se abate contra el país de Bolívar desde hace demasiado tiempo ya y que se ve en sus estertores. Sin embargo, hoy lunes 6 se conoce una noticia que no dudo en calificar de macabra como es el anuncio de Rusia de apoyar y reconocer la farsa del traidor Parra, y llamamos macabra porque eso presagia el interés de esos imperialistas ex soviéticos por promover algún enfrentamiento sangriento entre nosotros: los rusos, con su economía quebrada pero con los arsenales de armas repletos, juegan a guerras en otros países como medio de lograr negocios, y ello debemos tenerlo en cuenta nosotros.
En el plano nacional, se destacan algunas consecuencias positivas de la victoria lograda por Guaidó como son: la identificación de 18 diputados electos en listas de partidos opositores a la Tiranía que prefirieron el soborno al honor, encabezados por un apellidado Parra y cuyo nombre no retengo. Este afortunado suceso debe enseñar a esos partidos a escoger a sus candidatos no por la incipiente y local popularidad sino por la consistencia de sus fibras éticas. No es la primera vez que estas traiciones ocurren en nuestra historia política pero nunca en una oportunidad tan delicada para el país. Hay que aprender. Otra consecuencia a resaltar es la actitud valiente y decidida de Juan Guaidó en su condición de Presidente en ejercicio y líder de la Nación frente a la tiranía. En política se agradece más el coraje de los dirigentes que la habilidad, a veces ofídica, que se atribuye a los actores políticos. Los que fundaron nuestra Democracia, aquellos años iniciales de final de los cincuenta y los sesenta, hicieron gala de un gran coraje y valentía, moral y física, que permitieron alcanzar un sistema de dignidad ciudadana para todos los venezolanos, luego de tantos años postrados por dictadores.
Otro hecho que debemos significar de la batalla del 5 de enero, es el uso y abuso, torpe y triste, de la Guardia Nacional, hoy falseada y burlada como GNB, sin atreverse el tirano a llamar a esa represión a las otras fuerzas, en particular al Ejército, para atropellar a diputados y hombres y mujeres del pueblo que acudieron, no como curiosos, sino a acompañarlos. Para mí, es una manifestación de debilidad ostensible, a la vez que lógica.
A manera de conclusión pronta del somero análisis de los sucesos de ayer, la batalla por la Directiva de la Asamblea Nacional, que libró victoriosamente Juan Guaidó, podemos afirmar rotundamente que este nuevo líder ha demostrado ser útil y no sólo importante, parafraseando en positivo al gran Winston Churchill, y destacar que ha clamado, al igual que María Corina Machado, sin cesar por un despertar de las FAN que les permita reasumir su papel de ser «los herederos del ejército libertador» y no vergonzosos instrumentos coloniales de un gobierno extranjero: la dictadura cubana, para escarnio de los venezolanos, otrora orgullosos de ellos.
Se ha librado, y ganado una batalla, vendrán nuevas y, con el favor del Supremo y la Virgen, las ganaremos también hasta la Victoria Final.
Caracas, 6 de enero de 2020