El regreso del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, a Caracas ha estado marcado este martes por la tensión y los ataques pese a la promesa de Diosdado Cabello, el número dos del régimen, de que no iba a pasarle nada. Pues sí pasaron cosas. La bienvenida que le dio el chavismo no fue tan pacífica como se esperaba. El recibimiento estuvo salpicado por enfrentamientos con los chavistas que intentaron sabotear la movilización de periodistas, el cuerpo diplomático y los diputados que pese a los obstáculos insistieron en llegar incluso a pie al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía.
Para ir al aeropuerto de Maiquetía hay que recorrer desde la capital unos 22 kilómetros de autopista en una zona montañosa que atraviesa dos túneles, el Boquerón I y II, que fueron bloqueados por las autoridades militares y policiales según órdenes del régimen.
La distancia entre los dos puntos no sería el problema sino el trayecto de bajar a pie los 900 metros de altura de Caracas hasta el nivel cero del mar del aeropuerto como lo tuvieron que recorrer con 35 grados de calor los diputados porque la Guardia Nacional Bolivariana y la policía nacional les impidieron el tránsito en autobús.
Consignas
El bloqueo de la autopista de La Guaira afectó también a muchos embajadores que quedaron varados sin poder llegar al aeropuerto. El cuerpo diplomático fue invitado a recibir a Guaidó tras su intensa y exitosa gira internacional de tres semanas por América y Europa, donde se reunió con los mandatarios de Colombia, Alemania, Francia, Reino Unido, Suiza, Bélgica, Canadá y Estados Unidos.
La llegada de Guaidó estaba anunciada para las 15 de la tarde, hora local, pero se retrasó más de una hora. Muchos se adelantaron para llegar temprano, entre ellos, la primera dama Fabiana Rosales, y así evitar los obstáculos de la carretera.
En los pasillos del aeropuerto los empleados de Conviasa, la línea aérea nacional, sancionada por el Departamento del Tesoro de los EEUU, se propusieron sabotear la llegada del presidente interino. Llevaban pancartas amenazantes que decían: «Guaidó, Traidor, Te sale Tocorón (cárcel)». La aerolínea Conviasa y su docena de aviones fue sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de EEUU para impedir que los funcionarios corruptos del régimen las utilicen. Esta medida parece que ha afectado mucho a Maduro pues amenazó con que iba a demandar al gobierno de Donald Trump ante la Corte Penal Internacional.
Varios pasajeros comentaron a la prensa local que el régimen había enviado al aeropuerto al grupo de activistas chavistas para gritar insultos y arremeter contra los opositores bajo el amparo de las autoridades aeroportuarias, en lugar de poner orden en un lugar público como el aeropuerto principal del país.
Guaidó llegó en un vuelo de la compañía portuguesa TAP173 procedente de Lisboa.
Antes de viajar, Guaidó había expresado: «Vamos a regresar asumiendo los riesgos, como todos los que luchan y dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograr nuestra Libertad. Nos toca unirnos como nunca para continuar la lucha con movilización popular dentro y fuera de Venezuela». El presidente interino subrayó que los líderes de los países que visitó han mostrado su intención de apoyar la transición a la democracia, pero advirtió que el pueblo venezolano «tendrá que poner también su parte» y mantener el pulso con las protestas en la calle.