María Corina Machado: ¡Jamás le daremos tregua al mal!
Anoche leí esto: “Con la llegada del Coronavirus hay que darle una tregua a la lucha contra Maduro y trabajar unidos”.
¿Una “tregua”? ¿Qué significa una “tregua”? ¿Alabar los ejercicios militares, reconocer las “cifras oficiales”, obviar la responsabilidad total que tiene el régimen sobre la vulnerabilidad de la sociedad venezolana ante esta enfermedad y la destrucción de nuestro sistema de salud?
En Venezuela se mueren miles de ciudadanos por tuberculosis, paludismo, sarampión, cáncer, diábetes y por hambre. Por HAMBRE. Todo esto significa que la propagación del Coronavirus tendrá peores consecuencias aquí que en otros países.
Este escenario dantesco lo crearon esos criminales de manera intencional. ¿O es que también pretenden que “olvidemos” que importaron vacunas y medicinas vencidas triangulando con Cuba? ¿Qué metieron a médicos y enfermeras presas por denunciar la verdad de los hospitales? ¿Que se robaron la plata del sistema eléctrico y que por eso no hay ni luz, ni agua en los hospitales y en los hogares? ¿Qué han asfixiado a las clínicas privadas forzando el cierre de muchas de ellas?
Postergar la salida del régimen un día significa más muertos. Punto.
Para algunas personas de buena fe, el poder de control social que tiene un régimen totalitario pudiera ser “efectivo” para enfrentar la propagación de una pandemia. Medidas de fuerza amparadas y justificadas en la “salud pública”. ¿Cuál Salud Pública? Ellos la destruyeron intencionalmente para debilitar a nuestra sociedad y no existe posibilidad alguna de que ahora actúen con responsabilidad y eficiencia. Este sistema criminal que hundió a Venezuela en la devastación y la muerte, no puede resolver esta crisis.
Muy distinto es la solidaridad y la unión entre los ciudadanos para ayudarnos y protegernos para enfrentar con lo que tenemos esta pandemia. La gente, con razón, tiene mucho miedo. Familias que tienen a sus hijos afuera y se angustian pensando quién los cuidará si se enferman. Adultos mayores solos en Venezuela y cuidando a los nietos chiquitos… Las Iglesias, las universidades, las asociaciones vecinales y gremiales, los grupos políticos; todos debemos sumar esfuerzos en una labor pedagógica, preventiva de acompañamiento y coordinación de esfuerzos a nivel comunitario.
La esencia de este régimen es la mentira; nadie le cree nada. Buscar y exponer la verdad es nuestro deber por el bienestar de todos los venezolanos.
Esta tragedia adquiere otro nivel en Venezuela porque la maldad absoluta y las mafias tomaron el poder desde hace 20 años y entregaron nuestra nación a fuerzas criminales trasnacionales.
Venezuela, hoy más que nunca, requiere ayuda de las fuerzas externas del bien. Nunca ha sido tan urgente como hoy; y nunca tan prioritario para los propios intereses de nuestros aliados. Ya quedó claro que nuestra tragedia no es contenible dentro de nuestras fronteras.
Nuestra obligación ética es decirlo, exigirla y obtenerla.
Ésta es una lucha existencial que jamás tendrá tregua hasta derrotar a los criminales culpables de tanta corrupción y muertes y hacer que enfrenten la justicia; también por sus crímenes de estas horas.