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Falleció Vera Lynn, «The Forces’ Sweetheart»

Es indudable pensar que durante la lucha del pueblo británico contra el totalitarismo durante la Segunda Guerra Mundial su líder indiscutible fue Sir Winston Churchill, un real estadista de liderazgo firme, resiliente y que con un verbo formidable «movilizó la lengua inglesa a la guerra», llegando a mantener índices de popularidad hoy impensables en un político. Durante los años de la guerra (1940-1945) su apoyo popular no bajó nunca del 70%.

Pero ¿Y después de Churchill, a quién idolatraba y seguía el pueblo inglés? No sería arriesgado afirmar que fue a una chica de veintitantos años cuya voz le dio fuerza, coraje y esperanza a millones de ciudadanos en las Islas británicas y en sus posesiones en el mundo, todas en guerra contra el nazismo: Vera Lynn, quien acaba de fallecer a los 103 años.

En momentos en que los soldados norteamericanos colocaban en sus barracas afiches de Betty Grable, Rita Hayworth, Veronica Lake o Lana Turner, en Londres o Coventry,  en Singapur, Norte de África, la India, o las selvas de Birmania; doquiera que estuvieran los soldados de Su Majestad, el afecto de las tropas británicas se desbordaba ante las baladas sencillas, sentimentales, de esta chica nacida en East Ham, Londres, en marzo de 1917. Un secreto fundamental: Las letras eran positivas,  pletóricas de esperanza, altruismo, abnegación y determinación.  Ella, al contrario de las estrellas de cine norteamericanas, no era una bomba sexual; más bien representaba a la novia de la escuela, a la vecina de la esquina, a la hija del dueño del supermercado. Es decir una chica real («the girl next door»), como la que habían dejado, a la espera de regresar con vida, centenares de miles de jóvenes británicos (y canadienses, australianos, neozelandeses, sudafricanos, etc., el Imperio Británico de entonces en guerra).

 

 

Vera Lynn, cantando a miembros del ejército en 1940.

 

 

Se ha destacado en muchas ocasiones la contribución que las diversas instituciones de la cultura y el entretenimiento dieron a ese esfuerzo bélico, como es el caso del cine, y ciertamente de la música. En esta última, Vera Lynn no fue segunda de nadie.

Oigamos a Vera Lynn en una de las canciones más populares de la guerra, «We’ll meet again» (Nos volveremos a encontrar), compuesta en 1939 por Ross Parker y Hughie Charles, y título de una película protagonizada por ella, cuya escena final vemos a continuación:

 

 

 

 

Sería necesaria otra nota para repasar todas las versiones en cine y en discos de We’ll meet again, una canción que trasciende su época ya que es una de las más hermosas baladas románticas que se hayan escrito; pero hay que mencionar el gesto sumamente irónico de Stanley Kubrick al incluir, al final de una de sus obras maestras, «Dr. Strangelove» (1964),  la voz de Vera Lynn cantando We’ll meet again:

 

 

 

 

A los 15 años Vera Lynn ya cantaba en big bands londinenses, pero su salto se dio en 1939, a los 22 años, cuando gana, con gran ventaja, una encuesta del diario The Daily Express, y recibe el título que la acompañaría para siempre: «The Forces’ Sweetheart» (La novia de las tropas). En 1941 ya tenía su propio programa de radio en la BBC, «Sincerely Yours», que se transmitía a las guarniciones británicas en todo el mundo, los domingos por la noche, justo después de las noticias. Lynn afirmaría, años después, socarronamente: «en esos días, Winston Churchill era mi telonero». En el programa ella se convertía en el canal de comunicación que unía a las tropas con sus novias, esposas y amigas. Porque Vera Lynn no fue simplemente una cantante con suerte que pegó una serie de hits; ella logró transmitir con su voz y sus canciones un sentimiento nacional de optimismo, de férrea disposición a continuar la lucha, sin dudas ni vacilaciones; y de esperanza en el reencuentro, al regreso a casa.

Fue tal el éxito del programa que recibía hasta dos mil cartas semanales con mensajes, de las cuales ella seleccionaba algunas para ser leídas. Como siempre sucede, hubo críticas y envidias por doquier. Vera supo responderlas todas; a un parlamentario que se burló de su acento, al que consideraba un «cockney refinado«, ella le respondió: «millones de cockneys están peleando esta guerra». [Un cockney es un habitante de los barrios populares en el Este de Londres]. Incluso tuvo fans que oían el programa a escondidas en la Europa ocupada por los nazis, como en Holanda.

No permaneció siempre en casa: en 1944 hizo una gira por hospitales y zonas de combate durante cinco meses, en la India, Birmania y el Medio Oriente.

Oigamos » (There’ll be bluebirds over) The White Cliffs of Dover» (Volarán azulejos sobre los blancos acantilados de Dover, también llevada al cine, en 1944, con Irene Dunne, y en la cual aparece una actriz de 11 años en los comienzos de su carrera, Elizabeth Taylor). La canción fue compuesta en 1941 por Walter Kent y Nat Burton (este último un norteamericano que compuso la letra sin saber que en Inglaterra no hay «Bluebirds» -azulejos-). Otros intérpretes reconocidos son: Glenn Miller, Kate Smith, Bing Crosby o Connie Francis, pero LA VERSIÓN FUNDAMENTAL es la de Vera Lynn. 

 

 

 

 

 

En más de una ocasión ocurrió que los bombarderos de la Luftwaffe volaban sobre Londres durante el «Blitz» (sept. 1940 – mayo 1941), justo cuando ella cantaba «A nightingale sang in Berkeley Square» (Un ruiseñor cantaba en la Plaza Berkeley – hermosa plaza construida en el siglo XVIII, ubicada en Mayfair). Por ello, esa balada inglesa se convirtió en la «canción del Blitz». Muy popular, fue compuesta en 1939 con letra de Eric Maschwitz y música de Manning Sherwin. ¿Sus intérpretes más reconocidos además de Lynn? Frank Sinatra, Bing Crosby, Glenn Miller, Nat King Cole, Petula Clark, Bobby Darin.

 

 

 

 

Los mismos autores de We’ll meet again (Ross Parker y Hughie Charles), compusieron en 1939 «There’ll always be an England», un himno patriótico que en los dos primeros meses de guerra vendió, cantado por Vera Lynn, 200.000 copias. Se ha hecho famoso sobre todo por su coro:

«There’ll always be an England,

And England shall be free
If England means as much to you

As England means to me».

(«Inglaterra siempre existirá,

Y siempre será libre,

Si Inglaterra significa tanto para ti

Como significa para mí).

 

Oigamos la versión que aparece en el disco «Las canciones que ganaron la Segunda Guerra Mundial»:

 

 

 

 

¿Y después, en los años de la posguerra? Su popularidad no disminuyó, todo lo contrario. En 2009, con 92 años, se convirtió en la persona de mayor edad en encabezar la lista de éxitos en el Reino Unido, y en 2017 (apenas cumpliendo 100 años) logró ser la primera persona centenaria en tener un álbum en los primeros lugares (alcanzó el #3). Y hace poco más de un mes, en mayo de 2020, en plena pandemia, ante el aniversario 75 del VE Day (el Día de la Victoria en Europa sobre Hitler, en 1945), de nuevo We’ll meet again entró a las listas de los singles más vendidos en Gran Bretaña.

En sus palabras, hace poco tiempo, al inicio del confinamiento por el COVID-19, la reina Isabel invocó el espíritu de esa gran canción, asegurándole a los británicos: «We will meet again».

Este video – homenaje de «The Guardian», Vera Lynn cantando «We’ll meet again» en diversas épocas, en pocos días ya tiene casi 290.000 visitas en YouTube:

 

 

 

 

 

Vera Lynn, en 2009, en una reunión, en Kent, Inglaterra, con veteranos de la II Guerra Mundial

 

 

Como decíamos al comienzo de esta nota, Winston Churchill no fue el único gran líder motivador del heroico esfuerzo patriótico de su pueblo frente a la amenaza totalitaria nazi; también Vera Lynn, su voz y sus canciones jugaron un papel fundamental. Ellas también ganaron la Segunda Guerra Mundial. 

 

 

 

 

 

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