Deuda. Pese a la mejora de la oferta, el alivio hasta 2028 llegaría a US$50.000 millones
Desde que Martín Guzmán presentó su primera oferta de reestructuración de la deuda, a mediados de abril, hasta la última propuesta, conocida ayer, el Gobierno cedió US$8270 millones entre capital e intereses para acercar posiciones con los acreedores con bonos bajo legislación extranjera. Esta cifra oficial es levemente inferior a la que calculan algunos analistas privados, que va de US$10.000 a US$15.000 millones sumando a la ecuación la deuda bajo legislación local.
Sin embargo, si se tiene en cuenta el perfil actual de la deuda, la última propuesta del ministro de Economía le da al país un ahorro de alrededor de US$50.000 millones entre 2020 y 2028 en amortizaciones de capital e intereses sumando todos los vencimientos de acreedores privados tanto bajo legislación local como extranjera. Vale tener en consideración que, entre esta semana y el lunes de la semana que viene, el Gobierno planea enviar al Congreso un proyecto de ley en el que cristalizará su promesa de dar trato igualitario a los acreedores en moneda extranjera bajo legislación local, cuyos vencimientos fueron reperfilados hasta 2021.
Lo que más llama la atención de la nueva secuencia financiera que presentó Guzmán es que, en un contexto de crisis económica derivada del arrastre recesivo de los últimos dos años y el impacto de la cuarentena en la actividad, la mayor parte del ahorro previsto ocurrirá en los próximos cuatro años, que coinciden con el mandato de Alberto Fernández, pero también con el período de reconstrucción obligado de la economía.
Si hasta hoy el país tenía que pagar US$48.000 millones hasta 2024 en vencimientos de capital e interés, con la propuesta que el ministro presentará mañana a las 6 de la mañana ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), lo que debería pagarse en el próximo cuatrienio pasaría a ser, según datos oficiales de alrededor de US$4900 millones. «Casi dos tercios del total del ahorro se concentran en los primeros cuatro años», se sorprendía ayer un veterano economista privado.
En un plazo un poco más largo, hasta 2028, con la secuencia actual el Gobierno debería pagar US$83.000 millones. Con la propuesta de Guzmán, US$33.000 millones. Es un ahorro, en ese marco temporal, de US$50.000 millones. Pero no es un ahorro neto, porque más allá de esa fecha se reconocen vencimientos que fueron suavizados en esos primeros ocho años, según indicaron fuentes oficiales al tanto de la negociación.
Esta noche, ante la consulta sobre por qué todavía no había ingresado la enmienda a la SEC, fuentes oficiales confirmaron que la propuesta ya estaba en la Casa Rosada, mañana se publicará un decreto oficial con los detalles y a primera hora se presentará ante la SEC, según dijeron.
El domingo por la noche, el Gobierno presentó su cuarta oferta, que tendrá un valor presente neto (VPN) de 53,5 centavos por dólar para quienes ingresen voluntariamente al canje y de 52,2 centavos por dólar para aquellos que sean arrastrados por las cláusulas de acción colectiva (CAC). Además, el equipo de Guzmán afirmó que respetaría las reglas de juego: los indentures de 2005 no tendrán cambios (tampoco los de 2016). Por otra parte, al explicitar un umbral mínimo de aceptación (50% global y 60% con uso de CAC) para determinar la validez de la oferta, el equipo de Economía se autolimita en la estrategia denominada «Pac-Man» (canjes parciales).
Primera oferta, más dura
En la primera oferta que hizo Guzmán a los bonistas, y que presentó en abril junto con Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la quinta de Olivos, se preveían una quita en la carga de intereses de 62% (US$37.900), un alivio en el stock de capital de 5,4% (US$3600 millones) y un período de tres años de gracia. Ese alivio total era de US$41.500 millones sin contar la deuda en dólares bajo legislación local. En la propuesta presentada el domingo, el alivio sobre los intereses, según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, llega a los US$32.000 millones, mientras que el alivio en el capital es de US$1230 millones (1,9% promedio, pese a que es de cero en los bonos de los canjes 2005 y 2010). El período de gracia es de un año. El total de alivio de esta propuesta es de US$33.230 millones, una diferencia de más de US$8000 millones.
El cupón promedio (tasa de interés) estará en 3,07% (nunca superará el 5%) e irá subiendo escalonadamente por año. El plazo de los bonos llega hasta 2046. Para sustituir el bono atado a las exportaciones se adelantaron fechas de pago, mientras que habrá un extra para los intereses vencidos. Para quienes ingresen voluntariamente, se reconocerán intereses hasta septiembre. Para los acreedores que sean arrastrados, en tanto, hasta el 22 de abril pasado.
«Es un acuerdo inteligente porque las mejores señales de VPN van para los bonos donde están los grupos Exchange y Ad Hoc», señaló ayer un hombre del mundo financiero que sigue de cerca la negociación. Esos grupos todavía esperaban la enmienda oficial ante la SEC para definir su visión. En el Ministerio de Economía descontaban el domingo a la noche que habría un rechazo inicial, pero confiaban en que los bancos que trabajan para el Gobierno (HSBC, Lazard, y Bank of America) tendrían tiempo hasta el 4 de agosto (fecha de cierre) para sumar los apoyos necesarios entre los bonistas minoristas e incluso también dentro de los comités que son más reacios al acuerdo.