Este lunes, la Casa Real hizo público un comunicado en el que se anunciaba que el rey emérito, Juan Carlos I, abandonaba España. El antiguo monarca señalaba que se iba a vivir al extranjero para que las polémicas que se han desatado en los últimos meses sobre los negocios «personales» y las supuestas comisiones que habría cobrado no afecten a su hijo, el actual Jefe del Estado, Felipe VI.
Al poco de conocerse la noticia, mientras la parte socialista del Gobierno daba la callada por respuesta, la parte podemita criticaba «la huida» del emérito y ponía en la diana sobre Felipe VI. Así, el vicepresidente Pablo Iglesias escribía en Twitter: «La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex Jefe del Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida»; en la misma red social, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, señalaba: «Lo único que cabe en una democracia del siglo XXI es investigar todas las operaciones sospechosas del ciudadano Juan Carlos de Borbón, juzgarle y desvelar a todos los responsables y cómplices de una trama que no pudo ser tejida y mantenida por una sola persona». Finalmente, la ministra de Igualdad, Irene Montero, calificaba en la SER de «indigna» la salida de España de Juan Carlos.
Ante esta situación, hemos preguntado a algunos tertulianos de esRadio y columnistas de LD su opinión sobre la marcha del emérito y sobre la reacción del Gobierno. Estas son sus respuestas:
Raúl Vilas
Es una noticia muy mala pero, probablemente inevitable. Al margen del bochorno que provoca ver a la clase política, especialmente al PSOE, haciéndose las vírgenes ofendidas como si la corrupción y el cobro de comisiones les fuese algo ajeno a ellos como políticos o como si estas conductas de Juan Carlos no fuesen conocidas y toleradas. Personalmente es muy triste ver que una figura de tanta importancia para la historia de nuestra Nación como Juan Carlos termine así por culpa de una tipa de la catadura moral de Corina.
Pero la cuestión de fondo no son las golfadas de Juan Carlos, sino que paralelamente a su pésima gestión de la pandemia (50.000 muertos y la ruina económica de España) el Gobierno está en lo que llaman «guerra cultural» con la que pretende aniquilar lo que llaman el «régimen del 78». Han arrinconado a la derecha con leyes totalitarias como la de Menoria Histórica y la llamada violencia de género. Ahora van a por la Monarquía. No tengo ninguna duda. En esta casa fuimos los primeros en llamar golpe de Estado a lo que sucedía en Cataluña y algunos se reían. Luego pasó lo que pasó y ya no había tanta risa. Hemos sido los primeros también en advertir del cambio de régimen que pretende la izquierda. Pues ya está aquí.
Tomás Cuesta
Me parece una pésima noticia. Tenemos una crisis económica, una crisis sanitaria y se nos viene encima una crisis institucional. Además, hay una crisis en el sistema judicial, porque, en España, la presunción de inocencia, evidentemente, existe. Y, sobre todo, una crisis de identidad. No entender que la monarquía de Juan Carlos I, y ahora la de su hijo Felipe VI, están absolutamente ligadas a la Historia de España, y a España como tal, y más allá de los presuntos delitos o irregularidades que haya podido cometer el rey emérito, es un asunto muy serio, muy grave.
Vista la miseria de los acusadores, vista la catadura moral de quienes ahora despotrican contra Juan Carlos I, es evidente que, aunque sea reo de lo que sea, hay que absolverlo.
Gabriel Albiac
Es el final de una época. Eso no es una opinión: es un dato. La función simbólica de Juan Carlos está ligada a la Transición. A veces olvidamos lo que es el año 1975, un año en el que todos los conflictos de la Guerra Fría están en un punto crítico. En política internacional, se vio cómo la salida más económica, la menos costosa, la más limpia para España era la de un rey que, por un lado, aceptase la condición constitucional y, por otro, pudiese evitar el choque con el aparato franquista. En los años anteriores había habido la Revolución de los Claveles, y el derrumbe de la dictadura en Grecia, que se llevó por delante la monarquía, y eran los últimos avances importantes en el tablero de la Guerra Fría por parte de la URSS. El gran envite, y salió bien, era tener una posición fuerte en España que colocase la continuidad con el mundo occidental y, a la vez, evitara el conflicto con el franquismo. ¿Qué sucede ahora? Que el modelo de la Transición ha terminado.
Estamos con un pie en el vacío. Y lo verdaderamente asombroso es que, al contrario de los viejos dirigentes del PSOE, que siguen sin querer adentrarse en un espacio vacío, la característica, primero de Zapatero, y luego de Sánchez, es la de querer dar ese salto al vacío, en el que el primer eslabón es la liquidación de Juan Carlos como paso previo a lo que creo que es el objetivo de Sánchez, que es el de acabar con la institución monárquica.
Bieito Rubido
Es una mala noticia para España y para la institución monárquica, pero no cabe duda de que, al mismo tiempo, probablemente, al rey Felipe VI no le queda más remedio que pedirle ese sacrificio a su padre, dada la presión que existe en la opinión pública ante hechos, por cierto, que no se han constituido en un proceso judicial concreto, pero que dañan la imagen de la institución. Y lo más importante, dado el momento que vive España, es defender la institución.
El Gobierno está utilizando esto como una cortina de humo. España tiene unos problemas enormes: en la gestión de la covid-19, la situación económica, el daño terrible que tiene el turismo…, y el Gobierno está convirtiendo esto en algo más trascendente de lo que es, porque Felipe VI está en su lugar. Además, hay una parte del Gobierno que lo ve como el comienzo de un proceso de acoso y derribo de la Corona.
Francisco Marhuenda
Creo que la decisión que han tomado los dos (Felipe VI y Juan Carlos I) es acertada. Es cierto que se podrían plantear opciones distintas, pero es una buena fórmula de abandonar la mayor cacería política que se ha vivido en España en la historia. No hay un caso igual. Aquí el objetivo es el de acabar con la institución y la monarquía, que es la prioridad de una parte de la izquierda política y mediática.
En el Gobierno hay una doble valoración. El PSOE ha estado razonablemente bien, dejando en manos de Zarzuela la decisión final. Y, por otra parte, la opción de Podemos que le viene muy bien como cortina de humo ante sus propios y graves problemas políticos y económicos y su retroceso electoral. La actuación de Podemos me parece muy mal, ha aprovechado la situación para hacer lo que quieren que es una república plurinacional e insolidaria.
José Alejandro Vara
Era obligado que el rey emérito dejara la Zarzuela. Tenía que haberla dejado mucho antes. Facilita las cosas a su hijo. Es un sacrificio, pero no tiene sentido que se vaya fuera de España. Tiene connotaciones de exilio de Borbón.
Podemos dice lo que piensa el Gobierno y lo que no se atreve a decir Pedro Sánchez, que piensa lo mismo. Crucemos los dedos para ver cuánto nos dura la monarquía, que está más en peligro que nunca.
Francisco Rosell
La marcha de Juan Carlos I es un error. No se puede perder la perspectiva de que fue fundamental en la llegada y la consolidación de la democracia. Y esta marcha no va a frenar el objetivo de este proceso, que no es acabar con Juan Carlos I, sino con Felipe VI.
El Gobierno ha favorecido crear el contexto necesario para abocar al rey emérito a marcharse y se está poniendo de lado facilitando esa marcha. Y mientras deja que actúe el vicepresidente del Gobierno, Sánchez se está poniendo de lado y, de este modo, alimentando a Iglesias.
Cristian Campos
Opino que era inevitable. Lo que sería intolerable en un político o en otro ciudadano, en el caso del Rey, no es que sea ideal, pero es comprensible. Dicho lo cual, creo que está por ver las consecuencias de esta marcha, y que estas vayan a ser las que está diciendo la derecha apocalíptica. No veo tan claro que esto tumbe la monarquía.
Las reacciones de Iglesias y Garzón me parecen previsibles. Me parece paradójico que quien dice que Puigdemont está exiliado diga que el Rey ha huido. Están construyendo un relato en un momento que les conviene: Podemos está perdiendo poder en el Gobierno, y se agarran a temas ideológicos, como el tema de la monarquía, la república, etcétera. Me parece una bravuconada destinada a una parte muy pequeña de la sociedad española.
Ricardo Artola
He sido muy defensor de la figura de Juan Carlos I desde el punto de vista humano. He leído mucho sobre él y, humanamente, creo que lo ha pasado mal: desde que lo manda con 11 años su padre a España, todo lo que tiene que pasar aquí… Efectivamente, a partir de 2012 y lo de Bostwana, ha tenido una situación antitética. Ahora, me parece bien que haya querido evitar hacer ruido marchándose, lo que pasa es que por las noticias que he leído no está claro que sea una solución definitiva. Si se marcha un mes de vacaciones, pues lo hará como tanta gente. Yo creo que tiene que pagar por sus errores, y si el sacrificio es una especie de exilio dorado, pues que sea.
Una cosa es el Gobierno y otra los que lo componen. Es evidente que el Gobierno ha estado presionando. Estaba incómodo con esa figura y presionaba a la Casa Real. Una vez que ha logrado su objetivo, es tibio en su reacción, muy institucional. Ahora, determinados componentes del Gobierno… Pablo Iglesias demuestra su condición de canalla. Cuando una persona se va, no es el momento, encima, de decir que se está yendo porque está huyendo de la justicia. Hay que tener clase en la vida, incluso ante los adversarios políticos. Yo creo que algún día él desfilará. Y el día que desfile, no me ensañaré con él. Mi padre me dio una lección, una máxima que aplico en mi vida: «Cuando tu enemigo esté en el suelo, no le pises el cuello«.