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Arabia Saudí conmuta la pena de muerte a los asesinos de Jamal Khashoggi y cierra el caso

"Estoy más determinada que nunca a luchar por la justicia. La comunidad internacional no aceptará esta farsa", ha reaccionado su prometida.

Menos de dos años después del asesinato de Jamal Khashoggi, la justicia saudí ha dictado sentencias definitivas contra los acusados del crimen, conmutando las penas para los condenados a muerte y cerrando un caso que ha minado la imagen internacional del país y del príncipe heredero Mohamed bin Salman.

La Fiscalía General de Arabia Saudí informó este lunes del fallo definitivo contra los ocho acusados, que fueron encontrados culpables en diciembre pasado.

El portavoz de la Fiscalía General indicó que los fallos, contra los que no cabe apelación, implican castigos de 124 años de cárcel contra los ocho acusados que fueron encontrados culpables en diciembre del asesinato del periodista, crítico moderado del Gobierno saudí y columnista habitual del diario The Washington Post.

Los cinco acusados que en diciembre habían sido condenados a muerte fueron sentenciados este lunes a 20 años de prisión y uno cumplirá 10 y otros dos 7 años, estos tres últimos fueron sentenciados en diciembre por encubrimiento, según indicó el fiscal en declaraciones difundidas por la agencia oficial SPA.

Quiénes son

Ninguno de los nombres de los condenados ha sido hecho público. Sí eran conocidos los nombres de Saud al Qahtani, asesor del príncipe heredero Mohamed bin Salman, y del subdirector de los servicios secretos saudíes, Ahmed Asiri, encontrados no culpables en sentencia en primera instancia.

El tribunal no encontró entonces pruebas suficientes ni contra ellos ni contra el cónsul saudí en Estambul, Mohamed Al Otaibi, en cuyo despacho fue presuntamente asesinado y descuartizado el periodista.

La sentencia definitiva se produce después de que en mayo los hijos de Khashoggi anunciaron que perdonaban a los asesinos de su padre, coincidiendo con el mes sagrado del Ramadán.

La ley islámica permite que los familiares perdonen al asesino de sus seres queridos y ese perdón puede llevar a suspender la ejecución de la sentencia de muerte.

«Nosotros hijos de Khashoggi perdonamos a quienes mataron a nuestro padre por el amor de Dios Todopoderoso», indicó en un mensaje difundido en la red Twitter Shalah Khashoggi, hijo de Jamal.

«Farsa»

El fallo que cierra el caso por el asesinato el 2 de octubre de 2018 en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, un crimen cometido según las autoridades turcas tras torturar al periodista y que acabó con su descuartizamiento, ha sido recibido con duras críticas.

La Alta Comisionada de la ONU para las Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard, que tildó el fallo de diciembre de «farsa», afirmó que el «fiscal saudí hizo otro acto más en esta parodia de justicia».

«Estos veredictos no llevan legitimidad legal o moral», agregó en Twitter, afirmando que «llegan al final de un proceso que ni fue justo, ni transparente».

La relatora volvió a señalar directamente a Bin Salman, que, dijo, «ha permanecido bien protegido contra cualquier tipo de escrutinio verdadero en su país».

La prometida de Khashoggi, Hatice Cengiz, también reaccionó al fallo afirmando que «de nuevo hace de la justicia una burla».

«Las autoridades saudíes están cerrando el caso sin que el mundo sepa la verdad sobre quien es el responsable del asesinato de Jamal. ¿Quién lo planeó, quién lo ordenó, dónde está el cuerpo?», indicó en Twitter.

«Estoy más determinada que nunca a luchar por la justicia para Jamal», añadió en el mensaje, afirmando que «la comunidad internacional no aceptará esta farsa».

 

Caso abierto en Turquía

A pesar de la sentencia en Arabia Saudí, en julio la justicia turca comenzó el juicio en ausencia contra veinte ciudadanos saudíes, entre ellos un ex alto cargo de los servicios secretos, por el asesinato del periodista.

La Fiscalía turca pide cadena perpetua para los veinte sospechosos, entre ellos Asiri y Al Qahtani, acusados de «instigar la planificación de un homicidio premeditado con tortura brutal».

Los otros 18 funcionarios saudíes han sido acusados de este mismo delito y se cree que estuvieron presentes en el consulado saudí en Estambul, donde se vio con vida por última vez al periodista de 59 años.

 

 

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