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Miramundo: Jardines contra la demencia

Cada día son más y más reconocidas las capacidades terapéuticas de la jardinería para mejorar la salud de los pensionistas, refiere un reportaje en el Guardian londinense que destaca el aporte de varios millones de esterlinas decidido por el gobierno para la red de hogares de retiro que mantiene a lo ancho del Reino Unido.

Emerson Court, Abbcross, Upminster y Parkside son algunos de esos centros favorecidos con los fondos oficiales que permitirán notables mejoras en la infraestructura física, vital para los residentes, según expresa James Brennan, director de una de ellos, que derivan calma y serenidad del acceso a un ambiente abierto y sin peligros.

 

 

Anciano feliz con su árbol de cerezo, sakura.
Foto: cortesía nejron

 

 

La realización está en manos de Kim Grove, una enfermera que se especializó en diseños de jardines para personas con problemas mentales, tras captar cuán inadecuadas eran las instalaciones del centro donde solía visitar a su abuela y redactar un documento con indicaciones para revertir, a un costo razonable, una situación que ponía en riesgo la integridad de los pacientes.

En uno de esos centros, la señora Grove ha cuidado que todas las plantas sean comestibles y que la disposición de las camas haga accesible a simple vista la vida vegetal, con resultados inmediatos en el comportamiento de los ancianos que se muestran orgullosos del trabajo realizado en los jardines.

 

Jardinería terapéutica para mejorar condiciones del adulto mayor.
Foto cortesía de www.greencirclegarden.com

 

 

Y todo comenzó en los Estados Unidos en 1984 –según el diario británico- cuando la investigación del psicólogo experimental Roger Ulrich reveló que los pacientes de cirugía que tenían acceso a la naturaleza eran menos proclives a complicaciones, requerían menor sedación y podían volver a sus casas mucho antes que quienes tenían que resignarse a contemplar un monótono muro de ladrillos.

Ulteriores estudios han comprobado la capacidad curativa de los jardines en personas con demencia, cuya capacidad cardiovascular aumenta, se incrementan el apetito y el nivel de vitamina D, hay una mejoría en el estado de ánimo y reducción del stress y emprenden actividades que pueden compartir con los familiares y el personal de servicio.

 

Marcelino, protagonista del corto “El Predicador”, en su silla de ruedas cultiva un solar en medio de la ciudad de Barcelona, España. Foto cortesía de Scriptura Films

 

Fue en 2010 el primer paso del gobierno británico al urgente problema de una población cada vez más añeja, donde el número de enfermos con demencia es ya de 820 mil, lo que demanda un presupuesto de 23 millardos de libras y que rebasará el millón de personas a la vuelta de doce años; y, ahora, en esta nueva fase, el Ministro de Salud expresó la convicción del papel regenerador de los jardines en ese vasto sector de la población que sufre los efectos del almanaque.

 

 

 

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