El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE decidió este lunes imponer sanciones a los responsables rusos que resulten haber estado implicados en el envenenamiento del dirigente opositor Alexéi Navalni. La decisión está todavía en la primera etapa de un proceso jurídico que por su complejidad ha de llevarse a cabo con todas las garantías jurídicas, pero se basa en la constatación, efectuada por Alemania, Francia y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, de que en ese hecho se han utilizado elementos proscritos por la legislación internacional.
La decisión política de imponer esas sanciones es un paso previo antes de que los expertos europeos puedan determinar quién o quiénes pueden considerarse responsables de ese envenenamiento. El Alto Representante para la política exterior, Josep Borrell, dijo al término de la reunión presencial celebrada en Luxemburgo que los ministros habían discutido «posibles elementos de una respuesta común de la UE por el uso de agentes nerviosos prohibidos. Pondremos en marcha la propuesta hecha por Francia y Alemania sobre medidas restrictivas contra aquellas personas implicadas con el ataque» y se llegó a la decisión de «aplicar medidas restrictivas que se desarrollarán en los órganos técnicos del Consejo».
Normalmente, el proceso se desarrolla bajo cierta discreción, porque una de las partes de las medidas a adoptar es la congelación de los bienes que esos responsables que van a ser sancionados puedan tener en Europa. También se les impondrá la prohibición de pisar territorio europeo.
Posibles sancionesa Lukashenko
Los ministros también llegaron a la conclusión de que la UE debe empezar a establecer «contactos con actores no estatales» en Bielorrusia, es decir con los representantes de la oposición democrática. La opción de imponer sanciones también se ha dejado abierta, incluyendo al propio máximo dirigente del país, Alexander Lukashenko, en la lista eventual de señalados, en caso de que «la situación no mejore».
La ministra española de exteriores, Arancha González Laya, ha afirmado al termino de la reunión que los europeos han decidido «mantener abiertos los canales de comunicación» con el régimen bielorruso, aunque por lo que había dicho ya con anterioridad el propio Borrell, Lukashenko no ha querido hablar hasta ahora con los responsables comunitarios que le han llamado por teléfono.