Ciudadanos pierde la mitad de afiliados en un año y cae en redes por primera vez
El liderazgo de Inés Arrimadas no logra parar la hemorragia: cada mes se van unos mil militantes. La formación naranja apenas cuenta ya con afiliados de base y comienza a perder seguidores en Facebook
Ciudadanos no logra parar la hemorragia de bajas de militantes. Ha perdido la mitad de los que tenía en abril de 2019: de los casi 34.000 afiliados con los que se presentó a las primeras elecciones generales del año pasado se ha pasado ahora a la cota de los 16.500 y con una tendencia preocupante a la baja, según admiten a Vozpópuli fuentes de la Ejecutiva de Cs y cercanas al núcleo de Inés Arrimadas.
En la última semana, a raíz del ‘sí’ del partido de Arrimadas a la prórroga del estado de alarma por seis meses y al acuerdo entre el Gobierno y Cs para tramitar los Presupuestos Generales del Estado (PGE), se están produciendo «decenas» de bajas de afiliados cada día. «Hay un aluvión de bajas diarias y muchísima gente que ha dejado de pagar las cuotas», subrayan.
Las deserciones más conocidas de los últimos días han sido las de Patricia Reyes, adelantada por este periódico; la de Xavier Pericay, uno de los fundadores del partido; así como de algunas de las figuras del llamado sector crítico como Orlena de Miguel o Saúl Ramírez.
Es decir, están diciendo adiós a Ciudadanos tanto figuras cercanas a Albert Rivera como personas que encabezaron la candidatura de Francisco Igea en las últimas primarias frente al oficialismo de Arrimadas, en un goteo que da una sensación de desbandada generalizada.
A ello se ha unido el episodio de la última votación en el Congreso sobre la prórroga de la alarma en el que la diputada Marta Martín estuvo a punto de romper la disciplina de voto. Según supo Vozpópuli, hubo otros diputados con reservas a la hora de dar esta excepcionalidad al Ejecutivo de Sánchez, aunque no salieron a la luz. «El partido está incendiado«, hacen hincapié las citadas fuentes.
Otro dato preocupante para el partido centrista es que desde julio está perdiendo una media de mil afiliados al mes. De los 22.700 que había antes de verano se ha pasado nominalmente a menos de 20.000, pero solo 16.500 militantes están al corriente de pago. Cuando un militante deja de abonar las cuotas del partido, a los seis meses se le da de baja automática.
Esta caída de la afiliación está provocando que en muchos pueblos y regiones hayan desaparecido los militantes de base. «Sólo quedan de afiliados los cargos, los trabajadores de los diferentes gobiernos e instituciones, con sus familiares y algunos amigos allegados«, se lamenta un dirigente naranja.
Ciudadanos está presente en 400 gobiernos municipales, si bien sólo ocupa cinco alcaldías importantes: Granada, Palencia, Melilla, Ciudad Real y Albacete -las dos últimas deberá cederlas el próximo año al PSOE por un pacto de alternancia-, mientras que en Badajoz pasará lo mismo en 2021 cuando se la ceda el PP.
Desde febrero, cada mes se ha perdido de media un 2-3% de la militancia. El giro estratégico de Arrimadas durante el coronavirus ha acelerado la fuga de afiliados, subrayan las fuentes
En total, hay casi 3.000 cargos electos de Cs en las diferentes instituciones políticas del país, quienes a su vez cuentan con asesores y personal de confianza que está afiliado al partido. Así que la gran mayoría de los afiliados con los que cuenta el partido centrista forman parte de esta red naranja.
Desde febrero, cada mes se ha perdido de media un 2-3% de la militancia. En opinión de las citadas fuentes, el giro estratégico de Arrimadas durante la pandemia del coronavirus ha acelerado la fuga de afiliados. En junio, por ejemplo, se perdió el 6% de los registrados en la Comunidad de Madrid. En Andalucía y la Comunidad Valenciana, las otras regiones con mayor número de afiliados, los descensos fueron del 5% y 4% respectivamente.
Antes de verano, Madrid contaba con apenas 3.500 afiliados. En Andalucía, la situación es muy similar: de los 6.000 de 2019 se había pasado a 4.300 militantes. En la región valenciana sólo quedaban 2.500 en liza, mientras en Cataluña apenas había poco más de 2.000 afiliados. En Navarra, País Vasco y La Rioja sólo hay unas pocas decenas de militantes -no llegan al centenar en ninguna de las tres CCAA- y en Castilla y León se supera a duras penas el medio millar, al igual que en Asturias.
Además, hay «malestar» con la Ejecutiva naranja al ver que aún no se han montado las estructuras territoriales. Según los estatutos de Cs, pasados seis meses de la Asamblea General deben estar elegidos todos los órganos y funcionando a pleno rendimiento. Transcurrido más de medio año desde la elección de Arrimadas al frente del partido, justo al inicio de la primera ola del coronavirus, y la dirección nacional solo ha sido capaz de elegir los autonómicos a finales de septiembre.
Esta falta de gestión interna está originando muchas quejas y bajas de cuadros medios. «El partido no funciona. Nadie contesta al teléfono. No hay referentes internos para el día a día de Ciudadanos«, son algunos comentarios que han formulado cargos a este diario.
Menos seguidores en Facebook
En las redes sociales se ha producido también otro hecho sin precedentes. Por primera vez desde que Cs empezó su expansión nacional fuera de Cataluña se han perdido seguidores en Facebook. En mayo, cuando llegó Arrimadas a la presidencia, había 333.600 seguidores en esta plataforma que es muy utilizada por los partidos políticos. En la última semana de octubre se había bajado a 328.200, es decir hay 5.000 seguidores menos que hace seis meses.
La persona encargada de subir contenidos es Javier Pereira, «el venezolano de las redes sociales» como se le conoce dentro de la sede nacional. Lleva varios años, desde la etapa de Rivera, al frente de la estrategia del partido en esta importante área, aunque varios dirigentes critican su falta de dinamismo y creatividad.
Por último, hay otro dato que cuantifica la importante pérdida de afiliados. Para la Asamblea General que entronizó a Arrimadas en la presidencia de Cs, los militantes pudieron elegir a un total de 355 compromisarios para que les representasen en el cónclave, lo que supuso casi un 25% menos que en el último congreso de Rivera de hace tres años, cuando los representantes electos fueron 479.