¿Silenciar, advertir o desmentir? A propósito de Donald Trump
La noche del pasado jueves 5 de noviembre, tres de las más importantes cadenas de televisión de Estados Unidos decidieron, de forma unánime, sacar del aire el discurso que daba en vivo el presidente de ese país y candidato a la reelección, Donald Trump. ¿La razón? El mandatario estaba mintiendo sobre el proceso electoral en curso, cuyos resultados le dieron finalmente la victoria a su adversario, Joe Biden. Frente a esa acción el Observatorio Venezolano de Fake News presenta un análisis al respecto.
Las televisoras ABC, CBS y NBC cortaron al unísono el discurso de Trump, que se transmitía justo en el horario de máxima audiencia. Por su parte Fox News, que es la referencia informativa de los republicanos, desmentía en directo las palabras del presidente.
La decisión de las televisoras se hizo rápidamente tendencia en las redes sociales, con comentarios a favor y en contra, sobre todo en Twitter. Esta red social, por cierto, desde la madrugada del martes 3 de noviembre intensificó sus esfuerzos por verificar el contenido de los tuits del presidente, “etiquetando el 38 por ciento de sus 29 tuits y retuits con advertencias que decían que hizo afirmaciones engañosas sobre el proceso electoral”, señalaThe New York Times.
Retos y herramientas del periodismo para combatir las fake news de y sobre políticos
¿Qué deben hacer los medios cuando un político, sobre todo en un momento tan importante como lo es una elección presidencial, miente públicamente? ¿Silenciar, advertir o desmentir? No hay una única respuesta, pero sí se han hecho grandes esfuerzos para elaborar decálogos éticos para verificar informaciones y desmentir aquello que sea falso, aunque el reto de desmentir en directo es enorme.
Luego, decidir silenciar mentiras puede ser interpretado por la gente como un acto de censura. De hecho, una encuesta del Pew Research Center, cuyos resultados fueron publicados en agosto de este año, reveló que aproximadamente tres cuartas partes de los adultos estadounidenses dicen que es muy (37%) o algo (36%) probable que los sitios de redes sociales censuren intencionalmente los puntos de vista sobre asuntos políticos que encuentran objetables.
Sherry Ricchiardi, periodista especializada en temas internacionales y profesora emérita de periodismo en la Universidad de Indiana, escribió un artículo para Data Journalism que fue republicado en español por la Red Internacional de Periodistas (IJNET, por sus siglas en inglés) con el título “Cómo cubrir la desinformación sin darle más visibilidad”.
Ricchiardi cita en su artículo una guía para orientar a periodistas y editores sobre cómo cubrir actos de grupos o personas que pueden mentir o desinformar, titulada “10 preguntas para hacerse antes de cubrir la desinformación”, escritos por Claire Wardle, directora de First Draft, una organización que lucha contra la desinformación en Estados Unidos. Ricchiardi destaca tres de esas preguntas:
1. ¿Quién es mi audiencia? ¿Es probable haya estado en contacto con la desinformación o no? Si la respuesta es no, ¿cuáles son las consecuencias de llamar la atención de un público más amplio hacia esa desinformación?
2. ¿Cuánto tráfico o “vistas” debe tener un contenido desinformativo antes de que deba abordarse desde el periodismo? ¿Cuál es el punto de inflexión y cómo se mide? En Twitter, por ejemplo, ¿verificamos si una etiqueta o hashtag llegó a las 10 principales tendencias en el país donde está nuestra audiencia mayoritaria?
3. ¿Cómo deberíamos escribir sobre los intentos de amplificar la desinformación? ¿Deberíamos centrarnos en desacreditar los mensajes de las campañas automatizadas a través de la verificación de datos? ¿O enfocarnos en los actores detrás de ellos, mediante la verificación de fuentes? ¿O es necesario centrarse en ambos, mensajes y emisores?
Libertad de expresión y verificación de expresiones
Sin embargo, elegir si se cubre o no a alguien, y nada menos que al presidente de un país, que además es candidato en la elección en curso, no es tan sencillo. Luego, el uso de las redes sociales y la multiplicación de canales alternativos a los medios de comunicación impiden que sea posible silenciar absolutamente a alguien, esto sin tomar en cuenta el debate sobre si sería censura o no, o si se está violando la libertad de expresión de ese emisor.
El medio local The News and Observer, de Carolina del Norte, ha hecho de la verificación un elemento central de su funcionamiento, señala Ricchiardi. En septiembre pasado este medio publicó en un artículo sus pautas de verificación, su código de ética y una historia que ilustra el rigor del fact-checking que hacen sus periodistas. Además, “a los lectores se les proporciona una lista de recursos que fueron consultados al escribir una verificación en particular, junto con los nombres de los periodistas y editores que trabajaron en ella”.
Además de esa publicación de The News and Observer, Ricchiardi recomienda los siguientes recursos y herramientas para verificar informaciones que pueden ser muy útiles para medios y periodistas:
1. La Red Internacional de Verificación de Hechos (International Fact-Checking Network, IFCN), que monitorea tendencias y acciones contra la desinformación en todo el mundo y tiene unboletín semanal.
2. El Manual de verificación del Centro Europeo de Periodismo, una guía para verificar contenido digital durante coberturas de emergencia.
3. First Draft, la coalición de medios que ofrece recursos y cursos en línea gratuitos sobre verificación.
4. Búsqueda inversa de imágenes en Google, herramienta de verificación de imágenes ya recomendada por el Observatorio Venezolano de Fake News (OVFN).
5. Bellingcat, un sitio web de periodismo de investigación especializado en fact-checkinge inteligencia de fuentes abiertas.
Referencias
-Ricchiardi, S. (2020). Cómo cubrir la desinformación sin darle más visibilidad. IJNET. 8 de octubre. [Documento en línea]. Disponible en: https://ijnet.org/es/story/c%C3%B3mo-cubrir-la-desinformaci%C3%B3n-sin-darle-m%C3%A1s-visibilidad