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En México, burrolandia

Un santuario para burros maltratados se ha instalado en un solar vecino a las pirámides de Teotihuacán, a diez kilómetros de la capital mexicana, informa EL PAIS madrileño.

 

 

 

Se llama, apropiadamente, Burrolandia y ve la luz de manera muy oportuna, junto a otras iniciativas a escala global en auxilio de estas bestias humildes y silenciosas que son objeto, por ejemplo, de la avidez china por sus pieles en regiones tan distantes como Kirgistán, México y Brasil y, sobre todo Africa, como materia prima de medicinas tradicionales, presuntamente  afrodisíacas.

 

Soy feliz en mi santuario. Foto PIXABAY

 

Es un rancho de dos hectáreas y media donde cada animal tiene su propio nombre, en la localidad de Otumba que guarda con estos animales una relación tan vieja como la época colonial, cuando pasaba por allí el transporte entre la provincia y la capital del Virreinato español, hasta la institucionalización de una feria, en 1964, consagrada a los pollinos cada primero de mayo.

Es un conglomerado cosmopolita, apunta el diario madrileño, donde cohabitan la variedad mamuth de los Estados Unidos que, como su nombre indica es una de las más grandes del mundo, otra originaria de los Pirineos catalanes, una tercera siciliana y una pandilla de simpáticos burritos locales.

En México, la población equina ha desaparecido en un 80% en los últimos treinta años, privada de utilidad -excepto en regiones semiáridas de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Hidalgo y el Estado de México- inaccesibles a las maquinarias, por el modernismo agropecuario y el transporte motorizado, y la mayoría de la cincuentena de ejemplares que disfruta del refugio fue abandonada en Burrolandia por sus propietarios.

 

Burros protegidos

 

Su uso es sinónimo, por lo general, de maltrato, sobreexplotación, desnutrición, agotamiento, huesos partidos y piel en carne viva que transforman en bestias irritables y agresivas a una especie usualmente amigable; el fruto de una existencia de  abusos que los administradores del refugio intentan revertir y que comienza a dar resultados.

Como la iniciativa del partido gobernante MORENA de reformar el Código para la Biodiversidad del Estado de México y prohibir el uso de animales como medio de transporte y su tránsito por vialidades asfaltadas que no estén hechas para ese fin, o el Programa Donkey Sanctuary-UNAM que promueve el bienestar de las comunidades rurales que precisan del esfuerzo físico de los animales.

Es una iniciativa tanto más loable porque no recibe ayuda alguna del Gobierno ni de instituciones privadas y depende exclusivamente de los donativos del público visitante, al cual acaba de reabrir sus puertas después de una forzada clausura por la pandemia.

Varsovia noviembre 2020

 

 

 

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