Villasmil: Arrecheras, tristezas y alegrías
“Quien no detiene un crimen es un cómplice”.
Publilio Siro, escritor romano.
Cambio a última hora el primer párrafo porque lo que sentimos hoy los venezolanos es impotencia, arrechera, por la nueva tragedia venezolana, por los muertos, esta vez en el mar, que buscaban huir de la prisión chavista hacia costas de libertad. Tengamos claro que hay responsables con nombre y apellido, enmarcados en esa obscenidad que se llama chavismo. En palabras de @jguaido: 19 venezolanos expulsados de su país por una dictadura criminal murieron. Hoy el país está de luto.
Prohibido olvidarlos. Y como ellos, tantas víctimas ya innumerables, en estos 21 años de desgracia nacional.
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En los días previos, a pesar de la violencia, del coronavirus, de la inhumanidad del régimen, del chantaje económico, dos rostros de Venezuela aparecieron: la soledad del domingo 6 de diciembre, y la multitudinaria presencia en la Consulta Popular.
Esta última fue, indudablemente, la contrapartida del fraude electoral del 6D. Pero sería iluso negar que si bien las mayorías ciudadanas ven con absoluto desprecio a los tiranos, le están reclamando asimismo más resultados y menos divisiones y rencillas a los demócratas. A pesar de ello, estos últimos recibieron –una vez más- un voto de confianza.
Uno de los logros de los dos procesos electorales realizados en Venezuela recientemente -el ilegal, de la tiranía, y el constitucional, de las mayorías ciudadanas- es que han servido para clarificar, si se quiere aún más quién es quién, en especial en el campo opositor. Comencemos allí, pero con los traidores.
Esa suma que no suma, conformada por los partidos de la mesita de diálogo –más bien sus jefes, porque sus organizaciones demostraron una vez más el 6D que son fantasmales-, y por los alacranes, demostró una vez más que no convocan a nadie, que no representan nada, que su voz proviene de un hoyo negro de descreimiento, falsedad y cinismo.
¡La abstención es una ruta sin destino y conduce a la nada! Decían los inefables alacranes y demás alimañas con el fin de cohonestar su participación en el fraude electoral del chavismo; tenían razón, en parte. Ha sido una ruta sin destino, que conduce a la nada…de todos ellos, algunos recibiendo las migajas del régimen, las curules de la traición de un anti-parlamento conformado con los chantajes, amenazas y chequeras de la tiranía.
Según la frase citada al comienzo de esta nota, de Publilio Siro, ellos son indudables cómplices de la tragedia causada por el chavismo. No hay suficientes billetes verdes que les limpien sus manos enrojecidas por la sangre del pueblo.
Como sucede con José Luis Rodríguez Zapatero, Piedad Córdoba o Pablo Iglesias. Por cierto, podrían haberles dado a estos defensores foráneos de los crímenes chavistas unos “curules ad honorem”, en ese nuevo y sumiso aquelarre chavista, constitucional y legítimamente inexistente. Con la misma validez de la difunta Prostituyente.
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Por otra parte, la oposición verdadera mantiene lamentablemente sus divisiones cíclicas, con una memoria tan corta como la de un noticiero de Tv y tan frágil como un click.
Se necesita un nuevo concepto de oposición que rechace el más reciente (una estructura montada sobre rivalidades, pragmatismos mediocres, luchas por el poder y exclusiones) y que renueve y defienda el objetivo de cesar la usurpación y su tránsito a una democracia renovada (no al intento de normalización y al blanqueo del régimen, al cultivo del olvido, sí a la ruptura final), mediante un plan estratégico creíble dentro y fuera de Venezuela, bajo una nueva manera de entender la unidad: no una mera agrupación de elementos en competencia por el poder sino como totalidades legítimas (instituciones, partidos o movimientos) que interactúen bajo el modelo estratégico común a implementar desde los comienzos del 2021 -eso sí, con un participación mayor, constante, no convocatorias epilépticas- de la sociedad civil y que tome en cuenta en sus análisis –como acertadamente me recuerda el querido amigo Lorenzo Lara, estudioso del tema- la gobernanza, tribulaciones, logros y economía de una diáspora que se dice podría llegar -de seguir la situación local como va- a los ocho millones de personas pronto.
Un plan estratégico que contemple seriamente pasar del Twitter, de Telegram y del Whatsapp a la lucha social de calle, de barrio y de urbanización, a acompañar en sus penurias diarias al sufrido pero bravo pueblo, a organizar y orientar la lucha popular, la urgente necesidad de hacer más eficaz toda ayuda humanitaria. La época de la simple marchitis ha quedado atrás. Que la tiranía se mantenga, a trancas y barrancas, por la fuerza y por el apoyo de tiranías foráneas, pero no por las faltas de los demócratas.
Así que aprovechen lo que queda de diciembre para aliviar la tensión, y poner analgésicos en las rozaduras que han generado todos estos años.
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Conviene ahora hacer una aclaración (mencionada en un Twitter por José Ignacio Hernández) sobre la cual hay que insistir: Afirmar que “el chavismo retoma el control de la AN” es inexacto. Lo correcto es decir que el chavismo mantiene el secuestro de la AN. Primero lo hizo con el TSJ, luego con la ANC y ahora con el fraude parlamentario. El mismo poder de facto en diversas presentaciones.
También oigo una entrevista que hace la periodista colombiana Patricia Janiot a una compatriota, en la cual intercala esta afirmación sobre la Consulta Popular: “claro, no es vinculante”. Una vez más, una periodista extranjera que todavía no tiene claro lo que pasa en Venezuela, que ni Maduro, ni sus instituciones, ni sus actos, son legítimos, y los de la Asamblea Nacional democrática, sí lo son. Que algunos periodistas no deben seguir indirectamente “blanqueando” y “normalizando” al régimen, como han hecho por décadas con Cuba. Mientras, Maduro sí está preocupado, de verdad, como lo muestran sus exóticas declaraciones contra la Consulta (y sus resultados), así como su explosiva rueda de prensa del domingo 13 por la noche.
Los gerifaltes del régimen odian la felicidad ciudadana. Los venezolanos amanecimos el lunes 14 de diciembre -en el santoral católico día de san Juan de la Cruz, san Elías y san Nicasio- con una sonrisa en el rostro. No una grandota, pero sonrisa al fin. Recordemos siempre estas palabras de William Shakespeare, en boca de uno de los hijos del rey Duncan, asesinado por Macbeth: “en el mundo del tirano, las sonrisas de los hombres son como dagas”.