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Periscopio Chile – La crisis migratoria sin precedentes

 

La entrada ilegal de más de un millar de extranjeros en menos de siete días generó la semana pasada tensión en la localidad de Colchane, al norte de Chile, comunidad Aymara que tiene frontera con Bolivia, de apenas 1.700 habitantes, a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar, y que terminó con la expulsión de 87 migrantes de Venezuela y Colombia, a lo que se suman 52 personas que salieron en buses, con destino a Perú y Bolivia, hecho que fue calificado como “un hito, porque es la primera vez que en un solo día que se hace una expulsión administrativa tan masiva, señaló el ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Delgado, hecho que fue criticado por la forma de cómo se hizo y por vulnerar los derechos humanos.

La denominada “crisis de Colchane” que afecta a la localidad fronteriza con Pisagua, Bolivia, fue la llegada repentina de cientos de migrantes el 1 de febrero, y la misma fue agudizada por la muerte de dos migrantes -un venezolano y una colombiana-. Se baraja que ambos murieron por las condiciones climáticas como consecuencia de las bajas temperaturas del altiplano.

Colchane, conocida como “la gran tierra de los Aymaras”, es un pueblo en el norte de Chile de tan solo 1.700 pobladores, y que hoy vive la crisis migratoria y humanitaria más grande, como también un altísimo crecimiento poblacional, producto de una crisis migratoria sin precedentes en la historia.

A pesar de las extremas temperaturas, las condiciones climáticas adversas y si le sumamos la pandemia por Coronavirus, el paso fronterizo del altiplano se convirtió en los últimos meses en la ruta perfecta para extranjeros indocumentados que quieren ingresar a Chile, a diferencia de la frontera con Perú en la región de Arica y Parinacota, zona fronteriza que por su extensión es custodiada por la policía.

Esta crisis migratoria fue advertida hace años, y hoy representa un complejo desafío para el gobierno, porque debe hacerse cargo de la seguridad y el orden público del pueblo Aymara, como también de la crisis humanitaria y migratoria.

Y las críticas al gobierno han sido de parte de la oposición como del oficialismo, como también de los ciudadanos y del pueblo Aymara a través de su propio alcalde Javier García que pide medidas concretas y respeto a los derechos del pueblo Aymara. El gobierno debe hacerse cargo y evitar el colapso en Colchane, y asegurar que los cientos de familias que han ingresado en forma irregular no pongan en riesgo su salud y se cubran sus necesidades básicas de subsistencia, como también proteger la seguridad de los habitantes.

«Estamos viviendo una de las peores crisis humanitarias. Nos encontramos hoy día con 1.800 inmigrantes. Por tanto, se ha producido un colapso sin precedentes en el poblado. Esta ola incluye 235 niños, que están ocupando todos los espacios públicos…. La municipalidad no cuenta con la infraestructura para acoger esta cantidad de gente«, indica el alcalde de Colchane, Javier García.

El censo de 2017 arrojó que 1.728 personas vivían en la comuna ese año. La localidad no cuenta con electrificación las 24 horas del día. Tampoco cuenta con alcantarillado ni menos con supermercados o farmacias. Tiene un solo consultorio que tiene capacidad para atender a 30 personas.

El gobierno presidido por Sebastián Piñera autorizó el despliegue de las Fuerzas Armadas para combatir el tráfico ilícito de migrantes en Colchane, donde son habituales los llamados «coyotes» o “pasadores”, que son guías que cobran dinero a los interesados para cruzarlos de un país a otro.

En Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos por los peruanos, haitianos y colombianos.

Hasta el propio presidente Sebastián Piñera en febrero del 2019 fue a la localidad de Cúcuta, Colombia, ciudad fronteriza con Venezuela, y con un gran despliegue y parafernalia invitó a venezolanos y colombianos a vivir a Chile, indicando: “vamos a seguir recibiendo venezolanos en Chile”, imagen que se contrasta con la larga fila de personas esposadas, cubiertas con trajes blancos (estilo overol) y cada uno de ellos custodiado por un policía para subir a un avión de la Fuerza Aérea y expulsarlos de Chile.

La migración es un derecho, y hay que abordar la problemática de las migraciones ilegales, para evitar que hombres, mujeres, niños y niñas sigan cruzando la frontera de manera ilegal provocando una crisis inhumana por no tener condiciones mínimas para subsistir. Sobre este tema hay que tener claro una cosa, las personas migran por necesidad, muchas veces lo hacen por miedo, y porque la situación en sus países no da para más, nadie lo hace por gusto. Migrar es un derecho humano, lo que hoy está pasando en Colchane es una crisis humanitaria que el Estado debe resolver, y hacerse cargo, y está claro que no se resuelve con más restricciones, sino que se hace con más derechos fundamentales.

 

 

 

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