15-M, «Comunismo o libertad»: el ataque suicida de Iglesias contra Ayuso
La inmolación de Pablo Iglesias busca que Podemos no se quede fuera de la Asamblea polarizando en un plebiscito el 4-M entre él o Ayuso. Y ésta, se muestra encantada
Pablo Iglesias ha decidido otro 15-M -el día en que su conmilitón Juan Carlos Monedero declaraba ante el juez por el caso Neurona, que arrincona a Podemos- hacer saltar por los aires una vez más la estrategia de la izquierda y lanzarse a disputar la presidencia de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso. ¿Una operación suicida? ¿Dejar la vicepresidencia del Gobierno para, como dicen las encuestas, inmolarse en un escaño de la Asamblea de Madrid? ¿Cerrar el paso de Unidas Podemos a su pareja, Irene Montero, y dejar el camino expedito a Yolanda Díaz, como su ‘sucesora designada‘ por el divino dedo morado?
Iglesias ha sorprendido a todo el mundo político, desde Moncloa a Génova pasando por la convulsionada sede de Ciudadanos donde Inés Arrimadas respiraba aliviada ante una noticia que quita del foco las puñaladas orgánicas de la ejecutiva naranja. ¿Por qué se inmola Iglesias ahora?
No son pocos los que creen que el líder de Unidas Podemos lleva semanas sintiéndose irrelevante en el Gobierno, temiéndose ser abandonado por Pedro Sánchez, con el temido giro al centro ante la segunda parte de la legislatura -marcada por los hombres de negro de Bruselas, que no se fían de los morados ante los recortes que se avecinan para afrontar la postpandemia– y que ha preferido adelantarse.
Plebiscito entre Ayuso e Iglesias
En el fondo, en la «polarización» se han cocinado los mayores triunfos de Iglesias y de Podemos, y no hay mejor campo de batalla para polarizar que en el Madrid de Ayuso. Ante la «resignación» de Pedro Sánchez a un candidato como Ángel Gabilondo, Iglesias ha decidido saltar al ruedo: como rápidamente ha dicho Pablo Casado en las redes sociales, la opción el 4-M ya no es entre «Socialismo o libertad», como dijo Ayuso. Tras la candidatura de Iglesias, la disyuntiva es: «Comunismo o libertad».
Tampoco hay que olvidar que, según todas las encuestas conocidas, Podemos está a apenas unas décimas de quedarse fuera de la Asamblea, lo que sería una catástrofe que comprometía el futuro de la formación morada. La candidatura de Iglesias sería un movimiento a la desesperada para garantizarse, al menos, que Podemos seguirá teniendo representación -y subvenciones, además de decenas de cargos y sueldos institucionales- durante al menos dos años más.
Iglesias intentará una candidatura de unidad con Más Madrid. Tenderá la mano a su enemigo íntimo. Iglesias y Errejón rompieron tras Vistalegre II y los odios mutuos no ha hecho más que alimentarse en estos años, pero pocos entenderían que Errejón no aceptara una lista de unidad. «Todo con tal de evitar que Ayuso (con Vox) mantenga Madrid», parece ser el móvil de esta operación.
¿E Irene Montero? La pasada semana se llegó a especular con que, ante la posible inhabilitación de Isa Serra por su condena por agredir a un policía, Montero podría encabezar la candidatura de Podemos el 4-M. Pero el propio Iglesias le ha cerrado el paso al tiempo que, en su vídeo a la militancia, designa como sucesora a la ministra Yolanda Díaz, «la deseada por los afiliados de Podemos». ¿Cómo habrán sido las conversaciones este fin de semana en Galapagar…?
Iglesias ha cerrado el paso a Irene Montero al designar como sucesora a la ministra Yolanda Díaz, «la deseada por los afiliados de Podemos». ¿Cómo habrán sido las conversaciones este fin de semana en Galapagar…?
Pero la decisión de Iglesias, además, tendrá que ser respondida por Pedro Sánchez. El vicepresidente -que cada vez se sentía más ninguneado- ya le ha nombrado hasta sucesora, Yolanda Díaz, por encima de la vicpresidenta tercera, Nadia Calviño. ¿Estaba al tanto el inquilino de la Moncloa? ¿Aceptará sin más la ‘designación’ de Iglesias? El silencio en Moncloa, por ahora, es sintomático.
Alivio en el entorno de Ayuso
En el lado contrario, la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid respira aliviada. Isabel Díaz Ayuso sabe que la candidatura de Iglesias puede movilizar a los decenas de miles de votos huérfanos de Ciudadanos que pensaban quedarse en casa el 4-M. En la polarización –lleva así desde que llegó a Sol– Ayuso y MÁR están en su salsa. Y ante el «Comunismo y Libertad», que será el nuevo lema de Sol con la candidatura de Iglesias, en el entorno de la presidenta están convencidos de que el centroderecha madrileño se va a movilizar.
Ahora sí, el 4-M se jugará en Madrid el rumbo de la política de las próximas décadas en España. Es más que probable que, de lo que suceda ese día, dependerá el adelanto electoral en las generales. Las urnas madrileñas pueden refundar el centroderecha en torno a PP y Vox, precipitar la desaparición de Ciudadanos y dar vía libre a Pedro Sánchez para ‘deshacerse’ de Podemos. Y aún puede haber más sorpresas. Y todo, encerrados por el estado de alarma y en plena pandemia. Estos son nuestros políticos.