Otros temasRelaciones internacionalesViolencia

Biden exige una «desescalada» inmediata y Netanyahu está «decidido» a continuar la operación militar

El contenido de la llamada, desvelado por la Casa Blanca, muestra el creciente tono de exigencia de Biden a su homólogo israelí

EE.UU. e Israel han puesto este miércoles de manifiesto sus desavenencias más claras hasta la fecha sobre la erupción de violencia entre israelíes y palestinos, que ha llegado a su décimo día. El presidente estadounidense, Joe Biden, exigió al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una «desescalada significativa» que debía producirse de forma inmediata, ese mismo día. Netanyahu respondió que está «decidido» a continuar con la operación militar.

Biden volvió a hablar por teléfono este lunes con el primer ministro y con su homólogo israelí, después de haberlo hecho el pasado lunes.

El contenido de la llamada desvelado por la Casa Blanca muestra el creciente tono de exigencia de Biden a su homólogo israelí, después de que al principio de la crisis el presidente de EE.UU. hiciera siempre énfasis en el derecho de Israel a defenderse y en condenas a Hamás por sus ataques con cohetes.

«Los dos líderes tuvieron una discusión detallada sobre el estado de la situación en Gaza»

«Los dos líderes tuvieron una discusión detallada sobre el estado de la situación en Gaza, los progresos de Israel en deteriorar las capacidades de Hamás y otros grupos terroristas y los esfuerzos diplomáticos que se están manteniendo entre gobiernos regionales y EE.UU.», lee el comunicado, en referencia a las decenas de llamadas que altos cargos como el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, han realizado en los últimos días con países del entorno.

En la mayor presión efectuada por EE.UU. frente a Israel para que acabe la violencia, el comunicado asegura que «el presidente comunicó al primer ministro que espera que hoy haya una desescalada significativa para avanzar hacia el alto el fuego».

Esto se supo cuando Biden viajaba a Connecticut, donde este miércoles da un discurso en la graduación de la Academia de la Guardia Costera. En el Air Force One, el avión presidencial, una portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró a los periodistas que el deseo del presidente de EE.UU. es que se llegue por el momento a una «calma sostenible» en la región.

Jean-Pierre aseguró que no hay un cambio de postura en la posición de la Casa Blanca con esta llamada, pero la realidad muestra lo contrario: una evolución paulatina de la postura de Biden ante las crecientes presiones de los demócratas para que fuerce a Israel a avanzar hacia el cese de hostilidades.

Evolución de la postura de Biden

Al principio de la crisis, la Administración Biden siempre ponía el énfasis en su apoyo «inquebrantable» a Israel y en su derecho de «autodefensa», con condenas a Hamás y con lamentos por la pérdida de vidas civiles «en ambos bandos» (son mucho más numerosos entre los palestinos, que según Israel, son usados como escudos por los grupos terroristas).

Después, comenzó a decir al Gobierno de Netanyahu que tenía una «responsabilidad adicional» en la protección de civiles y que debía hacer «todos los esfuerzos» para evitar esas víctimas. El lunes, ante crecientes exigencias en EE.UU. de un alto el fuego, Biden dijo que lo apoyaba. Ahora, según el contenido de la llamada, suena más a exigencia.

La respuesta de Netanyahu fue despreciar la solicitud de su gran apoyo en la comunidad internacional. Tras una visita al cuartel general del ejército, el primer ministro israelí dijo que «aprecio mucho el apoyo del presidente de EE.UU.», pero que Israel seguirá hacia delante «para devolver la calma y la seguridad a vosotros, ciudadanos de Israel». Netanyahu defendió que está «decidido» a continuar la operación militar «hasta que se cumpla su objetivo».

La reclamación de Biden de una «desescalada» llega un día después de que Nancy Pelosi, la demócrata que preside la Cámara de Representantes, segura en la línea de sucesión del presidente tras la vicepresidenta Kamala Harris, exigiera en un comunicado el alto el fuego. Pelosi lo hacía después de días de protestas en su bancada: al principio, sobre todo en la corriente izquierdista liderada por Alexandria Ocasio-Cortez, que calificó a Israel de «estado apartheid»; después, con un número cada vez mayor de legisladores moderados, que apoyan con fuerza a Israel, pero que creen que es el momento de que acaben las hostilidades.

Lo mismo había ocurrido en el Senado, con un grupo de una treintena de senadores, encabezados por Jon Ossoff -que es judío-, y que pedía el alto el fuego inmediato.

Presión internacional

La presión a Biden también ha sido en la comunidad internacional. EE.UU. ha bloqueado hasta en tres ocasiones los intentos del Consejo de Seguridad de la ONU de emitir una comunicado que llame al alto el fuego. Este lunes volvía a intentarlo la delegación de Francia, que encabezaba una nueva iniciativa en el órgano de mayor poder en la ONU.

La llamada de Biden a Netanyahu se produjo un día después de que el primer ministro israelí insistiera en que la operación militar contra Hamás y el resto de grupos terroristas «continuará el tiempo necesario para restaurar la calma para los ciudadanos de Israel».

Un portavoz de Hamás ha negado que el grupo terrorista haya dado su beneplácito para un alto el fuego, pero reconoció que había conversaciones al respecto.

 

 

Botón volver arriba