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Cuba condiciona progreso en la normalización con EEUU al fin del embargo

“El embargo… no ha sido en lo absoluto modificado, el ritmo del proceso hacia la normalización de relaciones entre los gobiernos de EEUU y Cuba dependerá del levantamiento del bloqueo”, dijo en una conferencia de prensa en Nueva York.

En otro momento, calificó las medidas tomadas por la administración de Obama para facilitar el comercio, los viajes y las transacciones financieras con Cuba como “limitadísimas”, pero recriminó al presidente por no emplear sus prerrogativas “amplísimas” para modificar el embargo.

“No habrá progreso sustancial en el proceso de normalización sin un cambio sustancial en la aplicación del bloqueo”, enfatizó.

Según el recuento hecho por el canciller de la reunión bilateral sostenida la mañana del martes con el presidente Barack Obama, “el presidente Raúl Castro enfatizó que la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba dependerá del levantamiento del bloqueo y abordó la necesidad de que mediante decisiones ejecutivas se modifique sustancialmente la aplicación práctica del bloqueo, tal como está en las manos del presidente de EEUU hacer”.

Una fuente de la Casa Blanca dijo que la reunión duró unos 35 minutos.

El día anterior, el presidente Obama había reiterado ante la Asamblea General de la ONU su confianza en que el Congreso levantaría el embargo, al que llamó una vez más “una política fallida”. Sin embargo, Castro ofreció un áspero discurso, en el que no mencionó a Estados Unidos al referirse al deshielo.

OBAMA PIDE MÁS REFORMAS Y PROTECCIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS

Pese a las sonrisas en la foto oficial, la versión de la reunión publicada por la Casa Blanca confirma un encuentro más tenso que el anterior en la Cumbre de las Américas en Panamá.

Según el comunicado, el presidente Obama “enfatizó los cambios regulatorios de EEUU que permitirán que más estadounidenses viajen y hagan negocios con Cuba, a la vez ayudando a mejorar las vidas del pueblo cubano. El presidente dio la bienvenida al progreso logrado en la normalización de relaciones diplomáticas y enfatizó que las reformas continuas en Cuba incrementarán el impacto de los cambios regulatorios de EEUU. El presidente también recalcó los pasos que EEUU espera tomar para mejorar los lazos entre el pueblo estadounidense y cubano y reiteró nuestro apoyo hacia los derechos humanos en Cuba”.

Ya a bordo del avión presidencial, el vocero de la Casa Blanca, John Earnest confirmó que Obama había enfatizado el tema de los derechos humanos en su reunión con Castro.

“El Presidente también reafirmó nuestro compromiso de ver al gobierno cubano hacer un mejor trabajo no solo respetando sino proactivamente protegiendo los derechos humanos básicos del pueblo cubano y continuamos creyendo que unas relaciones más profundas entre Estados Unidos y Cuba tendrán el efecto de mover al gobierno y a la nación en una dirección positiva”.

Por el momento, el mensaje no parece haber tenido mayor impacto en la delegación cubana.

En sus declaraciones a la prensa, Rodríguez se rehusó a responder sobre una posible apertura política, si el proceso de normalización avanzaba. Tampoco comentó sobre nuevas reformas en Cuba y se limitó a decir que ambos mandatarios “coincidieron en la necesidad de trabajar en la agenda de temas que ambos países han acordado para los próximos meses”.

Sobre los derechos humanos en la isla, el canciller no anunció cambios sino que refrendó la actual política.

“Nosotros nos sentimos muy orgullosos en la ejecutoria de Cuba en materia de derechos humanos”, afirmó y reiteró el mensaje de Castro en la ONU el lunes: los derechos humanos “no deben ser objeto de manipulación política ni de selectividad”. También aseguró que Cuba garantiza “el pleno ejercicio de los derechos políticos y las libertades civiles”.

El canciller dijo estar preocupado por la situación de derechos humanos en Estados Unidos debido a la “brutalidad policial” en contra de los afroamericanos.

“En Cuba existen leyes y los tribunales juzgan y sancionan conductas tipificadas en leyes que violan nuestro ordenamiento legal” y sugirió que los opositores eran considerados “agentes de gobierno extranjero”.

“Las ley de agente de gobierno extranjero en los EEUU o en algunos países europeos es muchísimo más severa que cualquier ley cubana”, dijo.

El canciller destacó que la devolución del territorio que ocupa la Base Naval de Guantánamo es un asunto de “alta prioridad” para Cuba, se refirió a las “grandes diferencias” con Estados Unidos en cuanto al derecho internacional y política exterior y recordó que Cuba había sido víctima de “agresiones terroristas”, en su mayoría concebidas en territorio de EEUU.

No obstante, consideró que “había una oportunidad de avanzar significativamente en la normalización de las relaciones bilaterales en el periodo del presidente Obama” y aprovechó la oportunidad para defender las “libertades civiles y de viajar” de los estadounidenses a Cuba.

La reunión transcurrió en un ambiente “respetuoso y constructivo”, agregó, y en ella ambos mandatarios abordaron “cuestiones referidas a la cooperación” en temas como la lucha contra el narcotráfico, el salvamento de personas en el estrecho de la Florida, el enfrentamiento al terrorismo y la cooperación médica en Haití. En ese sentido, el canciller anunció que EEUU y Cuba presentarán un programa de cooperación en el área de salud al gobierno de Haití para su aprobación.

También aseguró que Castro había ratificado su voluntad de “trabajar para construir un nuevo tipo de relación con Estados Unidos”.

Los comunicados de prensa del MINREX y la Casa Blanca mencionan además que Obama y Castro conversaron sobre la reciente gira del papa Francisco a ambos países.

En la reunión estuvieron presentes el secretario de Estado John Kerry así como los asesores de seguridad nacional, Susan Rice y Ben Rhodes. Por la parte cubana, estaban presentes el canciller y la directora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), Josefina Vidal.

Antes de entrar a la sala donde se celebró la reunión bilateral, Castro saludó brevemente al Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon.

El lunes, sostuvo un breve encuentro bilateral con el presidente francés François Hollande y en la noche saludó a Barack Obama y a su esposa Michelle Obama durante la recepción que el presidente ofreció a los jefes de Estado presentes en las actividades de la ONU. Según Granma, “el General de Ejército solo estuvo unos momentos allí pues en su agenda de trabajo todavía le quedaban otras actividades pendientes”.

Este martes, concluyó la participación del gobernante cubano en Naciones Unidas.

RAÚL CASTRO EN NUEVA YORK: “UNA GRAN VISITA”

Conversando con periodistas al finalizar la conferencia, Rodríguez consideró que esta había sido “una gran visita” para Castro, “confortable” , pues había sido “cálidamente recibido” en la ciudad de Nueva York y había cumplido un programa “intenso pero placentero” en la ONU.

Rodríguez resaltó que el gobernante había defendido en sus discursos “las posiciones tradicionales de la política exterior cubana, totalmente vigentes desde el 1ro de enero de 1959”.

El canciller hizo un resumen de los argumentos ofrecidos por Castro, muchos de los cuales pueden encontrarse en los discursos de su hermano Fidel en esa misma sede décadas atrás.

“Defendió los principios del derecho internacional, de la carta de las Naciones Unidas, de la igualdad soberana de los estados; denunció el orden económico internacional como egoísta y excluyente; abordó la necesidad de demoler la arquitectura financiera internacional actual. Se refirió también a la crisis de los refugiados y llamó a los responsables que con guerras no convencionales y políticas de explotación y saqueo de esos países y que son la causa, las guerras y la pobreza, de esa oleada de refugiados, que asuman su responsabilidad”.

LAS NEGOCIACIONES SE ESTANCAN

Críticos del Presidente Obama en el Congreso no tardaron en reaccionar ante la retórica empleada por el gobernante cubano en la ONU.

“Raúl Castro reforzó su intransigencia, lo que demuestra aún más que la administración de Obama ofreció concesiones a un régimen que han resultado en una mayor opresión por esa odiada dictadura cubana”, dijo en la Cámara de Representantes este martes la congresista Ileana Ros-Lehtinen.

La representante acusó a Obama de no presionar al gobierno cubano para la liberación de los presos políticos, convocar elecciones libres y respetar lo derechos humanos como condiciones para levantar el embargo, además de debilitar al Congreso y sugerir una eventual abstención en el voto en las Naciones Unidas sobre el embargo contra Cuba, que tendrá lugar a fines de octubre.

Algunos expertos señalan que el gobierno cubano tampoco ha dado mucho en términos comerciales (de hecho las compras de productos agrícolas ha disminuido drásticamente), pese a una intensa campaña de marketing para empujar a las compañías de Estados Unidos a presionar por el fin del embargo.

De acuerdo con el presidente del Consejo Económico y de Comercio EEUU-Cuba, John Kavulich, Obama podría hacer más para flexibilizar el embargo, por ejemplo permitir que Cuba emplee el dólar estadounidense para las transacciones internacionales pero debería condicionar nuevos pasos a que Castro permita a las compañías de EEUU beneficiarse de las nuevas regulaciones de los Departamentos del Tesoro y Comercio que se han estado promulgando desde enero.

“Visitas a Cuba de miembros del Congreso, gobernadores, miembros de organizaciones de comercio, cabilderos, representantes de compañías y dueños han aumentado. Ninguno ha resultado en pagos de la República de Cuba por concepto de las recientemente autorizadas exportaciones desde los Estados Unidos”, advirtió.

Este martes, el canciller cubano recalcó el interés de las compañías estadounidenses por entrar al mercado cubano (“probablemente el único donde las compañías de terceros países no tienen la competencia de las compañías estadounidenses”) y aseguró que “Cuba no discrimina de modo alguno los intereses de Estados Unidos en materia de comercio o inversión sino que invita a aprovechar las oportunidad que producen las transformaciones que están en curso”.

Para Kavulich, “lo que Estados Unidos puede percibir como una ‘presión con una sonrisa’ es percibido por el gobierno de la República de Cuba como debilidad y como una carnada para atraer intereses de otros países a costa de los Estados Unidos”, opinó.

Siga a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres.

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