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La Europa desconfiada

España debe ser consciente de que un alto porcentaje de ciudadanos de la UE temen que los fondos europeos sean malgastados

La confianza en la Unión Europea se ha deteriorado durante la pandemia y una mayoría de ciudadanos en países como Francia (62%), Italia (57%), Alemania (55%), España (52%), Austria (51%) y Países Bajos (43%) considera que ha funcionado mal, según una encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). Los analistas de este ‘think tank’ consideran que la UE tiene una oportunidad de oro para restablecer su credibilidad con la gestión de la recuperación económica. Sin embargo, en algunos países subsisten recelos sobre el uso que se dará a los fondos europeos. El país que más desconfía de la correcta utilización de estos y de la posible corrupción que traigan aparejada es Austria, donde un 48% de los encuestados cree que van a ser dilapidados. Le siguen Suecia y Holanda, con un 38%, y Alemania con un 37%. Más atrás están Finlandia y Francia, con un 33%, y Dinamarca con un 32%.

Si se combinan estas cifras con las de los países donde la opinión pública cree que la UE se ha comprometido con niveles excesivos de gasto, los tres países que ocupan el primer lugar son Alemania (26%), Finlandia y Países Bajos (ambos 24%).

Es importante tener en cuenta esta perspectiva para entender el juego europeo. En España, el debate sobre los fondos apenas considera que, si su gestión es percibida por el resto de la UE como corrupta o fracasada, se infligirá un daño importante no sólo al país receptor de los fondos sino al proyecto europeo en su conjunto. De ahí el daño reputacional que suponen operaciones poco transparentes como las ayudas concedidas a Plus Ultra que, aún sin corresponder a fondos europeos, su gestión es responsabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez y su concesión se considera homologable.

El deterioro del crédito de la Unión se debe a la pandemia y especialmente a la gestión de las vacunas. Este asunto ha sido demoledor en Alemania. En noviembre de 2020, uno de cada dos alemanes creía que la UE funcionaba; hoy, sólo el 36% lo hace. Una de las peores consecuencias es que se ha incrementado el número de europeos que creen que se ha ido demasiado lejos con la integración, lo cual entorpece cualquier nuevo avance en ese sentido: en Alemania, son diez puntos más (del 23% al 33% entre abril de 2020 y abril de 2021), en Francia seis puntos (del 22% al 28%) y en España, uno de los países menos críticos, ha pasado del 9% a 13%.

El ‘think tank’ recomienda a los gobiernos que den crédito a Bruselas por la recuperación económica y que se esfuercen en conseguir los objetivos digitales, climáticos y de sostenibilidad. Los fondos, dice, son una inversión en el futuro y no un subsidio para rectificar errores del pasado. Mi impresión es que una buena aportación sería no repetir la cacicada de Plus Ultra y gestionar con rigor y transparencia.

 

 

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