Democracia y Política

Antonio Vélez: La gula

caloriasLa mayoría de las especies vivas pasan por momentos de bonanza alimenticia, seguidos por inevitables periodos de vacas flacas. Por eso resulta adaptativo aprovechar la abundancia para engordar, un seguro de vida para superar los periodos de escasez. En consecuencia, si disponemos de alimentos en abundancia nos engordamos hasta enfermar, situación desconocida en el reino animal. En el pasado remoto, esa característica era una virtud, un buen diseño metabólico, pues debíamos comer en exceso cuando los alimentos abundaran. Además, lo que no se comiera de inmediato terminaría descompuesto.

Nosotros heredamos esa tendencia a la gula desmedida, de tal suerte que aquellos afortunados que dispongan de alimentos en abundancia terminarán engordando más allá de lo recomendable, tanto por motivos de salud como de estética. Hoy día, después del invento de la agricultura y de la domesticación de animales, el hombre al fin pudo contar con alimentos en forma casi permanente, por lo que la gula ha pasado de ser una virtud paleolítica a convertirse en un pecado capital neolítico.

La comida es quizá la mayor adicción de los humanos; peor para la salud que el licor y el tabaco. El mundo se ha vuelto obeso: las estadísticas nos dicen que, salvo los paupérrimos, los demás humanos sufrimos de sobrepeso. Y la lucha es incesante, pero perdida. Por bien balanceadas que sean las dietas, y sin importar mucho el ejercicio físico que hagamos, perder peso es un imposible. Es una empresa que supera la voluntad más férrea, indiferente a las censuras y miradas feas que a diario nos hace el espejo.

Midwife/High School Science Teacher, 2008, left, and right, midwife/business consultant, 2012
Midwife/High School Science Teacher, 2008, left, and right, midwife/business consultant, 2012

La prueba de la fortaleza de esos impulsos la tenemos en el número de dietas para adelgazar que cada día nos ofrecen, ineficaces, pues las instrucciones genéticas no están para privaciones. Los genes implicados en la gula son insaciables, desobedientes al esfuerzo de la voluntad. A lo anterior colabora nuestro organismo, una máquina de una eficiencia perfecta: podemos reducir la ingesta de alimentos a la mitad, pero nuestro peso sigue igual.

Para los cristianos, la gula es un pecado capital, un feo vicio causado por los placeres de la mesa. El término gula proviene del latín gluttire, que significa engullir o tragar de manera excesiva alimentos o bebidas. El goloso es una persona que come con avidez, muchas veces sin tener hambre, por puro placer. La gula es, por lo general, un vicio desordenado, exagerado y desmedido, y, muchas veces, un atentado contra la salud propia.

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En tiempos pasados se pensaba que ser obeso no era preocupante. Más aún, la corpulencia era símbolo de distinción, mientras que a los escuálidos se los menospreciaba. Hasta se los llegó a considerar malvados. Decían de ellos que padecían de un mal natural, pues nada les aprovechaba.

Los antiguos romanos eran glotones empedernidos. En su época fueron muy frecuentes los banquetes opulentos, en los que comían hasta reventar. Luego se retiraban de la mesa, vomitaban y regresaban para seguir comiendo. Enrique VIII, tan enamorado, perdió todos sus encantos físicos en la mesa: engordó sin medida hasta impedirle realizar cualquier actividad física. Gracias al cielo, su gordura terminó por llevarlo antes de tiempo a la tumba.

Gourmet significaba catador de vinos, ahora significa gastrónomo; gourmand era usado por el sibarita francés Brillat-Savarín para referirse al hombre refinado en la comida; ahora se lo llama glotón. Pero el significado actual de los términos lo explica mejor la siguiente historia. Mientras viajaba en barco por el río Magdalena, una atractiva dama preguntó a su acompañante, un caballero de abultado abdomen, si podía explicarle la diferencia entre gourmet y gourmand. Así respondió: “¿Observa usted, allá, ese caimán boquiabierto? En el caso de que cayéramos al agua y el animal empezara su festín comiéndome a mí sería un gourmand; pero si la prefiriera a usted, no hay duda, sería un gourmet”.

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