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Los venezolanos salen del limbo en EE.UU.: «Ya no tenemos miedo a que nos deporten»

La protección temporal aprobada por Biden tranquiliza a más de 320.000 huidos del chavismo

«Vete del país ahorita mismo, tú eres el primero en la lista, te van a asesinar». Tras recibir este chivatazo de un policía por una línea telefónica segura, Johann Peña decidió poner pies en polvorosa. Como jefe de operaciones de infiltración de la inteligencia venezolana durante años, Peña había puesto al descubierto la implicación de importantes figuras del chavismo en el tráfico de drogas y ahora los gerifaltes pedían su cabeza. Literalmente. Así que en diciembre de 2004 no se lo pensó dos veces y huyó de su país, vía Colombia, hasta Estados Unidos.

Desde entonces vive en Miami, donde forma parte de una nutrida colonia de venezolanos que salieron de su tierra escapando de la persecución política y la crisis económica y humanitaria. Sin embargo, como muchos de sus compatriotas, Johann Peña no ha podido aún regularizar plenamente su situación en EE.UU. Aunque hace unos años se acogió al amparo de la Convención contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés), no tiene reconocido el asilo político en EE.UU. ni puede optar a la residencia permanente, además de estar bajo supervisión oficial, tener que presentarse cada año ante las autoridades y no poder salir de Florida a trabajar a otros estados.

 

 

Un grupo de venezolanos celebran en Miami la aprobación de la TPS
              Un grupo de venezolanos celebran en Miami la aprobación de la TPS Efe

 

 

Por eso el antiguo agente de inteligencia, hoy con 68 años, ha recibido con gran alivio la reciente decisión de la Administración de Joe Biden de conceder a los venezolanos en situación irregular el llamado Estatus de Protección Temporal, conocido en EE.UU. como TPS.

Medida humanitaria

Se trata de un permiso migratorio provisional de carácter humanitario del que ya gozan ciudadanos de otros países en conflicto o con desastres naturales, como El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Nicaragua, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

En el caso de Venezuela, según el Departamento de Seguridad Nacional, se otorga por «las condiciones extraordinarias y temporales» que «evitan que los nacionales regresen a su país de manera segura», tales como «una crisis humanitaria compleja, marcada por el hambre y la desnutrición generalizadas, una creciente influencia y presencia de grupos armados no estatales, represión y una infraestructura en mal estado».

A juicio de Peña, «esta TPS es una gran ventana para los venezolanos, vamos a poder salir del encierro en que estamos». «El que no tiene permiso de trabajo en EE.UU. está ‘fregao’», comenta por teléfono a ABC. En este sentido, explica, además de no poder obtener un empleo con todas las de la ley, si no tienes papeles «no puedes tener licencia de conducir, no puedes abrir una cuenta bancaria, no puedes pagar la casa, tener un seguro de salud…». En su caso, al llegar a EE.UU. pudo ejercer como instructor de vuelo y después, gracias a que al menos tenía la protección del CAT, ha ido saliendo adelante como conductor de Uber o repartiendo comida. Ahora confía en obtener la TPS y zafarse de la espada de Damocles de la deportación.

Unos 323.000 venezolanos podrán verse beneficiados por este estatus temporal, que se podrá solicitar hasta el próximo 5 de septiembre y que tendrá una vigencia de 18 meses, hasta el 9 de septiembre de 2022.

 

Un cartel agradece la aprobación de la protección temporal para los venezolanos en EE.UU.
Un cartel agradece la aprobación de la protección temporal para los venezolanos en EE.UU. – Efe

 

El presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), José Antonio Colina, asegura que los miembros de la diáspora en EE.UU. han recibido la medida «con mucha alegría y entusiasmo», porque era algo que llevaban pidiendo largo tiempo a los presidentes George W. BushBarack Obama y Donald Trump, «y por fin se ha hecho realidad». «Va a servir para que las personas que están en un limbo migratorio puedan vivir legalmente y tener un permiso de trabajo.

Según sus datos, se trata de unos 120.000 venezolanos que están a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo y más de 180.000 inmigrantes en situación irregular. Para estas personas que viven «bajo las sombras», apunta, «desaparece el temor a ser detenidos y enviados a Venezuela» y tendrán «una garantía de que bajo esta administración están protegidos». Colina insiste en que «vivir en la ilegalidad es muy difícil» y confía en que, tras la vigencia de 18 meses, el permiso se pueda prorrogar sucesivamente, como se ha hecho con la TPS para ciudadanos de otros países afectados.

Guiño al votante de Florida

Sobre el hecho de que haya sido con el nuevo presidente demócrata, y no con Donald Trump, cuando se ha dado el paso, el presidente de Veppex reconoce que «por fin alguien cumple una promesa electoral». «Todo el mundo sacaba rédito político y no hacía nada», comenta. Trump mostró durante sus cuatro años un lenguaje duro contra el régimen de Nicolás Maduro e impuso sanciones a buena parte de sus altos cargos, pero no resolvió la situación de los venezolanos en EE.UU.

Biden perdió las últimas elecciones en el estado de Florida, con un importante volumen de población cubana y venezolana, en buena parte lastrado por su actitud hacia las dictaduras latinoamericanas, menos beligerante que la del expresidente republicano. Ahora da muestras de querer congraciarse con ese electorado. «Si fue eso lo que le motivó, por lo menos cumplió», señala Colina, que además destaca que el nuevo mandatario no va a retirar las sanciones.

Ahora espera que salga adelante una propuesta de varios legisladores de Florida para que haya una vía que permita a los beneficiarios de la TPS acceder además a la residencia permanente en el país.

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