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Ortiz / Crónicas desde Miami: Daniel Ortega busca el manicomio

        Una profesora asilada en Costa Rica le confesó a un diario internacional, que su padrastro la violó desde niña y que, su propia madre, fue cómplice del delito. Esta no sería más que otra abominable historia de estupro, sino supiéramos que el padrastro y la mamá de la niña violada, son el presidente y la vicepresidenta de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Se trata de una historia tan desquiciante que la víctima, Zoila América Narváez Murillo, hizo esta desgarradora revelación al periódico: “Mi madre comenzó su cruzada para conquistar el poder vendiendo a su propia hija”.

Ahora Ortega y Murillo, como una pareja que se fuga de la realidad real para buscar el patético refugio de un manicomio de su propiedad, han encabritado todos los caballos del abuso y la infamia. Veamos:

Se lanzaron a un cuarto ejercicio de la presidencia, al mismo tiempo que la Corte Interamericana aclaró que la reelección indefinida no es un derecho humano”.

Inhabilitaron y/o detuvieron a todos los candidatos democráticos opositores.

Allanaron al emblemático diario “La Prensa”, persiguiendo con saña a sus propietarios, los herederos de los héroes de la democracia nicaraguense, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal y Violeta Barrios de Chamorro.

Además de los candidatos encarcelaron a numerosos líderes sociales: sindicales, campesinos, empresariales, profesionales, periodistas, indígenas, estudiantes, de ong´s…

Acosan a los médicos, enfermeras y madres de familia que se quejan de la ineficacia, el sectarismo y la corrupción oficial, ante el flagelo Covid-19.

          Insultan a los gobiernos y líderes extranjeros que los exhortan a un mínimo de moderación y respeto a las garantías ciudadanas.

El infierno que viven los hermanos nicas es tan espantoso, que el arzobispo católico de Managua, Leopoldo Brenes,  se lamentó: “Nicaragua vive una lucha encarnizada entre el bien y el mal”.

 

 

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