Oswaldo Páez-Pumar: Piada tardía
Todos tenemos derecho a equivocarnos no solamente en nuestras acciones, sino también en nuestros juicios sobre nuestras propias acciones y las de los demás; y por ser ese derecho común a todo el género humano todos tenemos derecho a rectificar tanto de lo que hicimos, como de lo que aprobamos y apoyamos hecho por otros. Siento sin embargo que ese derecho no se nos ha dado para ser ejercido poco a poco, o quizá más bien deba decir para ser ejercido a conveniencia nuestra.
Es posible que mi forma de ver y juzgar las acciones de los demás esté influida por la formación religiosa. Ella me dejó profundamente arraigado que al autocensurarme por el mal que haya hecho, para que esa autocensura tenga realmente valor debe existir el ánimo de no hacerlo de nuevo, sin que ello implique que no pueda volver a incurrir en el mal que hice.
Partiendo de ese patrón para juzgarme a mí mismo, que sería -o más bien tiene que ser- el único que puedo emplear para juzgar a los demás, me voy a permitir juzgar y condenar las últimas declaraciones de la ex-Fiscal Luisa Ortega Díaz que nos ha venido a contar que el ex-presidente Chávez falleció en Cuba en diciembre del año 2012 y no en Venezuela, en marzo del 2013, como el gobierno usurpado por el usurpador y el resto de su entorno, pretendieron vendérnoslo para legitimar la condición de “encargado de la presidencia” por parte del “usurpador” cuando esa condición cesó con la muerte de Chávez, porque cuando se produce la falta absoluta del presidente electo antes de tomar posesión, dice la constitución, se procederá a una nueva elección y mientras se elige ese nuevo presidente y toma posesión, se encargará de la presidencia de la República no el vice-presidente encargado de la presidencia por el presidente del período que vence, ni siquiera si él hubiera sido reelecto, porque quien se encargará de la Presidencia de la República es “el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.”
Para que el usurpador pudiera ejercer como encargado de la presidencia se necesitaría que Chávez hubiera vivido más allá del 10 de enero de 2013 y tomado posesión del cargo, lo que implicaría haber llegado a Venezuela antes del día 10 de enero, o al menos ese día, porque la toma de posesión no depende de tener la voluntad de hacerlo y firmar un acta, sino que efectivamente asuma el control, para lo cual se requiere su presencia y su juramentación para ejercer el cargo ante la Asamblea Nacional.
Toda esa farsa se estructuró porque quien dispuso que fuera el usurpador Maduro no fue Chávez sino Castro. Por todo lo dicho ahora por ella, por la fiscal Ortega Díaz, sabemos que sabía de la muerte y desde luego de la imposibilidad del nombramiento de Maduro como vice-presidente para el período que se iniciaba el 10 de enero de 2013, ni de la toma de posesión anticipada para el nuevo período porque, aunque sea la misma persona la que va a desempeñar el cargo, no lo es por decisión propia sino por decisión del soberano.
Que la boca de la Fiscal haya permanecido cerrada, cuando una de sus funciones es la de “ordenar y dirigir la investigación penal de la perpetración de los hechos punibles” como lo sería la usurpación del cargo de Presidente de la República, me lo explico cuando ella misma formaba parte de esa conjura en la que había tantos comprometidos, porque eso significaba su salida del Ministerio Público, de la Fiscalía, pero no parece por todo lo ocurrido después que quisiera separarse del cargo. Pero que una vez roto el vínculo, cuando decidió que “sus principios” eran incompatibles con el ejercicio de una Fiscalía, que había dejado de estar al servicio del soberano, es decir del pueblo, para servir al gobierno de Maduro, lo que la obligaba a renunciar, a separarse del cargo, que no nos haya contado lo que cuenta ahora, no lo puedo entender sino como la inexistencia de lo que dije en el segundo párrafo sobre la influencia de la religión en mi formación, o sea que me parece ver en todo cuanto ha dicho hasta ahora la ex-fiscal Ortega Díaz, que no hay propósito de enmienda, por lo que me siento obligado a pedirle casi rogarle, por favor “Cállese”.
Caracas, 2 de noviembre de 2021