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Oswaldo Páez-Pumar: Tres en Grecia cuatro aquí

 

Recibo de mi amigo Sergio Sáez la comunicación de protesta dirigida por él al CNE en la persona de Tania D’Amelio por haberle sido asignado, sin que mediara su solicitud, un nuevo centro de votación para poder ejercer su derecho. En ella solicita además, que se sancione conforme a la ley a los funcionarios que realizaron el cambio sin haber mediado su solicitud, que  nunca será atendida, porque aunque me llamen mal pensado, ese cambio debe ser obra suya, no de Sergio, sino de Tania, aunque hayan sido subalternos suyos los que instrumentaron el cambio, pero no quienes lo decidieron.

Hace más de ocho años cuando en el CNE regían Tibisay, Sandra y Socorro establecieron que la “difusión mil veces repetida por radio y televisión de la obra de gobierno no era propaganda electoral”, pero que, asómbrese lector,  la crítica que hacía la oposición a esa obra magnífica, si lo era.

Yo las llamé en mi artículo “Parcas” evocando las que en la mitología griega tenían el control de la vida, aunque ellas solo tuvieran el control del voto, pero la protesta de mi amigo me ha hecho recordarlas porque obviamente Tania DAmelio debe ser adherente a la tesis que en aquel entonces aplicó el CNE dándole al usurpador Maduro a solicitud suya un nuevo centro de votación ya cerrado el registro electoral; y seguramente negándole a mi amigo el retorno a su centro original porque “YA ESTÁ CERRADO EL REGISTRO ELECTORAL”.

Lo que mi amigo tendrá que soportar  no lo puedo dimensionar porque él no me comunicó adónde lo habían incorporado ya que, si es en el área metropolitana de Caracas, la cosa no es grave, aunque pudiera serlo si se trata de un centro de votación donde su figura sea recibida como extraña por los inscritos en ese centro, pero más complicado sería si tiene que desplazarse a Puerto Ayacucho o a San Cristóbal.

Este mensaje que yo dirijo a mi amigo bajo la forma de este artículo con tonalidades serias y otras un poco burlonas, en realidad tiene como destinatarios a los cientos, miles y aún millones de venezolanos a pesar del éxodo, que esperan que su manifestación de voluntad pueda originar un cambio en lo que estamos viviendo, cuando hace ya años el difunto Castro sentenció que “revolución no pierde elecciones”.

Lo que acaba de ocurrir en Nicaragua ha recibido el repudio generalizado en la comunidad internacional a esa farsa electoral, desde luego excluidos Rusia, China, Irán fuera de América y algún otra país que se me escapa; y aquí entre nosotros Cuba, Bolivia y no Venezuela, pero sí la llamada República Bolivariana de Venezuela en la cual el usurpador aspira contar con la llamada Fuerza Armada que grita en los desfiles “patria o muerte”, pero que en estos 20 años a lo que se ha enfrentado es a su propio pueblo, por lo que alguna vez, hace ya muchos años, un ilustre político venezolano se permitió definirlas, sin que hubieran llegado al estado de degradación que hoy ocupan como “genios inéditos del arte militar que jamás han disparado un tiro sino a mansalva y sobre seguro contra su propio pueblo inerme”. 

Yo espero que la solicitud de mi amigo para que su nombre sea de nuevo incorporado al centro electoral del cual nunca debió ser excluido sea escuchada, pero mucho me temo que no será así; y hasta temo que si efectivamente si lo inscriben de nuevo en su antiguo centro la resolución lleve fecha 22 de noviembre de 2021.

Caracas, 10 de noviembre de 2021

 

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