Raúl Ochoa Cuenca: Suiza cómplice de crímenes de lesa humanidad
Este es un escrito que busca analizar, aunque muy someramente, ciertas características y sus peculiares interpretaciones del sistema bancario suizo, y de lo que se consideran las necesarias normas de buen comportamiento dentro de la comunidad internacional.
El sistema bancario suizo tiene como principio básico su bien ganada fama de nación de gran precisión y puntualidad. No olvidemos que parte de su antiquísimo prestigio viene de su industria relojera: El es tan puntual que parece un reloj suizo. ¿ Cuántas veces en nuestras vidas no hemos escuchado esa exclamación ? No obstante tanta pulcritud hay quien afirma que es el sistema bancario más permeable del mundo entero.
Pero no obstante tanta belleza natural y tanta precisión, Suiza no es un país muy respetuoso de los derechos humanos como se presenta, ya que en sus entrañas existe otro sistema tan preciso, tan bueno y eficaz como el de los relojes, pero en este caso es un sistema de soporte a pequeños y grandes delincuentes. Me refiero tanto a organizaciones mafiosas criminales, como a gobiernos y a gobernantes corruptos saqueadores de las arcas públicas, arcas estas sean de países pobres o países ricos, eso poco importa, ya que en el país de los Patek Philippe, de los Breitling o los Audemars Piguet, para eso se inspiraron en la historia de los tres Budas, pero dándole una interpretación contraria a la historia del código moral chino del santai, ya que cuando se trata de dinero no ven, no hablan y no escuchan, solo suman el dinero sin preguntar y lo ponen a buen resguardo. Así fue y así es actualmente.
Pues bien, ese bello país es una gran caja fuerte, donde se esconden millones de millones de dólares americanos tan valorados por las mafias políticas o narcotraficantes de Latino América, pero también de libras esterlinas, tan apreciadas por los dictadores africanos y los jeques árabes, de Euros ídem con los dictadores franco parlantes, en fin de cualquier signo monetario, ya que para eso está Suiza, para guardar los dineros bien habidos o no.
Que no quepa duda, para eso está esa caja fuerte. Si efectivamente los intereses de la banca han convertido a la Confederación Helvética en sinónimo de territorio Offshore, donde cualquier persona sin ninguna limitación puede guardar en forma segura y confiable sus haberes. Debemos reconocer que son realmente hábiles; la banca suiza hizo como suyo el concepto del secreto bancario, pero no solo en teoría, en la práctica sirvió para que infinidad de truhanes y delincuentes de cuello blanco y otros también de cuello blanco pero estos con gotitas rojas de la misma tonalidad del rojo sangre, pudieran dormir tranquilos ya que estaban seguros que su dinero estaba a buen resguardo, como efectivamente ha ocurrido.
Así el secreto bancario resulta de suma importancia en la economía internacional y es objeto de muchos debates, incluso en la actualidad, pero el punto que más controversia suscita es no tanto lo que protege, sino lo que por su medio se facilita: no solo la evasión de impuestos sino también la legitimación de capitales y otros delitos que se realizan por medio del sistema bancario nacional e internacional.
Pero hubo un hecho que puso muy nerviosos a los jerarcas de la banca como a sus clientes, y fue que el 27 de mayo de 2015 la Unión Europea y Suiza firmaron un acuerdo histórico de transparencia tributaria. Las dos partes se comprometían a intercambiar automáticamente toda la información de las cuentas bancarias de sus residentes respectivos a partir de 2018.
Era el final del secreto bancario en Suiza, un país con reputación centenaria acreditada como paraíso fiscal facilitador de la evasión fiscal y de la circulación de dinero ilícito. Aunque está protegido el secreto bancario, en la práctica todas las cuentas bancarias están vinculadas a un individuo identificado, y un fiscal o un juez puede emitir una «orden de exclusión» a fin de permitir el acceso y aplicación de la ley a la información pertinente a una investigación penal. Pero gracias a Dios y a la poderosa asociación bancaria suiza eso casi nunca ocurre, ladrones dixit.
En Suiza hay 327 bancos autorizados sin contar los agentes de valores, una figura intermedia entre los bancos e inversionistas y de estos agentes de valores la cantidad es importante. Muchos de estos pequeños bancos atienden las necesidades de una comunidad única o de algunos clientes especiales. Además existen muchas instituciones financieras, las cuales operan como bancos cerrados al público y creados para atender únicamente las necesidades de transacciones financieras de sus socios o propietarios o eventualmente de clientes especiales.
“Es molesto y hasta embarazoso el tener que aceptarlo, pero algunos bancos suizos continúan haciendo lo que quieren. Suiza sigue siendo un paraíso para el blanqueo de capitales«. Esto lo afirma el Dr Mark Pieth quien es un connotado abogado y profesor de derecho penal en la Universidad de Basilea y un destacado experto en corrupción y blanqueo de capitales. “La plaza financiera suiza es una de las más poderosas del mundo, pero nuestro sistema de control es ineficaz, a pesar de que existen los medios necesarios para una vigilancia adecuada«, lamenta el connotado jurista.
El jurista identifica un problema en el órgano supervisor del sector financiero ya que aunque sus expertos pueden advertir a los bancos sobre los riesgos que asumen, la decisión de aceptar o no a un cliente corresponde al banco. Esto es como si estuviéramos pidiendo a los casinos que identificaran a los ludópatas. «El trabajo de los banqueros es ganar dinero”, explica el jurista Mark Pieth.
Propongo ahora que veamos la razón por la cual se puede considerar la banca suiza como cómplice de crímenes, hoy catalogados como de lesa humanidad. Venezuela otrora considerado como un próspero productor de petróleo, se ha convertido en uno de los países más pobres de América Latina: prácticamente la totalidad de la población (96%) vive en la pobreza, según la encuesta nacional sobre las condiciones de vida 2019-2020 (Encovi. Universidad Católica Andres Bello).
Mercenarios disfrazados de funcionarios públicos cercanos al régimen de Hugo Chávez y posteriormente a la dictadura de Nicolas Maduro, se enriquecieron y aún hoy, desviando inmensas cantidades de fondos públicos, los cuales grandes cantidades han sido blanqueadas a través del corrupto sistema bancario de la Confederación Helvética. Nueve mil millones de francos repartidos en cientos de cuentas bancarias en Suiza es solo un ejemplo de ello. Monto este que condujo a un tal Alejandro Andrade, mejor conocido con el alias de El Tuerto. Especialistas de organismos multinacionales de economía y finanzas han calculado que el desfalco podría ascender a los 300 mil millones de dólares americanos a lo largo de 20 años.
Los casos de malversación de fondos públicos venezolanos involucran a uno de cada ocho bancos suizos. Este escándalo demuestra el fracaso del sistema que instrumenta Suiza para combatir el blanqueo de capitales, según varios expertos, e insisto en ello, lo que convierte a ese circunspecto país en un vulgar cómplice de delitos de lesa humanidad. Datos no confirmados afirman que el 80 % de los fondos desfalcados a Venezuela han tenido al sistema bancario suizo como primer destino.
De estas enormes cantidades, sólo unos pocos cientos de millones de dólares han sido bloqueados por el tribunal de Zúrich o simplemente los tiene el banco en sus bóvedas cobrándole un módico interés por guardarle al ladrón su botín. ¿ Y el resto de lo robado ? ya voló a otros países para una parte ser reinvertida en Venezuela a través del mercado paralelo, ilegal constitucionalmente, pero legalizado por la dictadura, especulando con el hambre y sus necesidades. Además, según revela un informe de inteligencia, desde esta cuentas se han efectuado millonarias compras de villas en varios países del primer mundo entre otros España y Estados Unidos, así como aviones, yates, caballos de carreras. “Nuestra investigación muestra que altos funcionarios venezolanos fueron partícipes del desfalco al estado venezolano”.
Un ejemplo de este proceso de expoliación constante durante los 20 años de revolución bolivariana, es el gran negocio que hicieron en el sector eléctrico venezolano. El gobierno ha declarado que la inversión total en este sector de la sociedad ha sido alrededor de unos 105 mil millones de dólares. Como dato que nos enseña el salto al vacío de Venezuela durante estos 22 años es equivalente a todo el PIB nominal de Ecuador durante el año 2019, el doble del PIB nominal de Uruguay en 2019 y 10 veces el PIB nominal de un país como Nicaragua. Pero según expertos financieros lo realmente invertido de los 105 mil millones de dólares comprometidos inicialmente no llegó a más de 32 mil millones de dólares. Entonces tenemos que el sistema bancario suizo, como hemos visto en los Suisse Secrets y en otros documentos salidos a la luz, blanqueó una inmensa tajada de esos 70 mil millones de dólares, todos, hasta el último centavo, propiedad del hoy hambriento pueblo de Venezuela.
Señores gobernantes y señores banqueros de Suiza, eso que han hecho, permitiendo el blanqueo del dinero robado al pueblo de Venezuela a lo largo de estos veinte años tiene un nombre y es un delito: “Es un crimen de lesa humanidad”.
Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 27 de febrero del año 2022.