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Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: El tiempo no nos favorece

 

Me imagino que todos los sectores e individualidades de la oposición democrática están conscientes sobre la realidad que vive una nación destruida, desmembrada institucionalmente y desconcertada con relación al futuro inmediato que comenzó en el presente. Sería útil en grado superlativo que quienes no estén de acuerdo con lo dicho lo digan abiertamente. El debate sobre el tema podría contribuir de manera eficiente a la lucha por la reconstrucción del país, especialmente a determinar las acciones que deben realizarse una vez que se clarifique nuevamente el objetivo central de esta etapa de la lucha.

Una vez más repetiremos que mientras este régimen exista será imposible superar la situación actual. Puede haber acomodos oportunistas para ganar tiempo. Hay que evitarlos y denunciarlos con el vigor necesario, pero es indispensable ponerle fin a la usurpación encabezada por Nicolás Maduro Moros. Lo demás vendrá por añadidura. No será fácil, pero realizable.

Se necesitará un equipo de gobierno transitorio que sustituya todo lo actual y devuelva al país el desparecido estado de derecho, la seguridad jurídica indispensable para cualquier acción dejando de lado toda desviación electoralista inmediata. La candidaturitis crónica de algunos debe esperar. Ya tendrán, en su momento, oportunidades para concretarse, pero poner todo el empeño en esto es contrario al objetivo central.

A veces siento que me estoy poniendo fastidioso con estos temas. Los repito con frecuencia. Lo considero necesario. Especialmente cuando el tema electoral se pone sobre la mesa, bien por iniciativa de algún sector tenido como oposicionista, bien por iniciativa del propio régimen. En este juego han transcurrido más de dos décadas y estamos en la situación dramática que vivimos.

La migración de casi siete millones de compatriotas tiene que significar la existencia de una realidad que tratamos de no verla con claridad internamente, pero para el mundo es una fuerte llamada de atención. Venezuela como país y los venezolanos en cualquier parte del mundo son mucho más importantes de lo que desprevenidamente se percibe. No me refiero en este momento a las enormes reservas petroleras que tenemos. Están bajo tierra. Costará tiempo y mucho dinero que no tenemos, para invertir. Hay que hacerlo con visión clara y determinación bien definida.

Para buena parte del mundo Venezuela, ya integrada al binomio Cuba-Nicaragua, deja de ser confiable. Los tres países están pasando a formar parte de lo que no se quiere. Hay que marcar distancia con rapidez y claridad.

El desarrollo de la guerra en Ucrania ha desnudado integralmente a Vladimir Putin y a sus inmediatos seguidores. Está construyendo su propia historia sobre la base de la destrucción material y humana de una nación que nos da ejemplo diario de dignidad. En la hora actual las guerras son algo más que enfrentamientos armados. Atentos.

 

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